Francisco continuó con el ciclo de catequesis sobre el celo apostólico, apoyándose, en el ejemplo del apóstol San Pablo. El Santo Padre animó a los evangelizadores a estar siempre en camino: "No hay anuncio sin movimiento, sin 'salida', sin iniciativa".
El Papa celebró este miércoles en el Vaticano la primera Audiencia General del tiempo de Pascua. Francisco continuó con el ciclo de catequesis sobre el celo apostólico, apoyándose, en el ejemplo del apóstol San Pablo. El Santo Padre animó a los evangelizadores a estar siempre en camino y no "encerrados en una oficina creando polémicas".
"En virtud de su propia experiencia, Pablo no ignora el peligro de un celo distorsionado, orientado en una dirección equivocada; en este peligro había caído él mismo antes de su caída providencial en el camino de Damasco. A veces tenemos que lidiar con una preocupación mal orientada, obstinada en la observancia de normas puramente humanas y obsoletas para la comunidad cristiana", comenzó diciendo el Papa.
Preparados para partir
"No podemos ignorar la preocupación con la que algunos se dedican a ocupaciones equivocadas también en la misma comunidad cristiana; se puede presumir de un falso impulso evangélico mientras se está persiguiendo en realidad la vanagloria o las propias convicciones o el amor de sí mismo", añadió Francisco.
Para el Papa, es importante que el evangelizador esté siempre desinstalado. "Quien va a anunciar debe moverse, ¡debe caminar! (...). El celo evangélico es el apoyo en el que se basa el anuncio, y los anunciadores son un poco como los pies del cuerpo de Cristo que es la Iglesia. No hay anuncio sin movimiento, sin 'salida', sin iniciativa", expresó.
"Nadie es cristiano si no está en camino. No se anuncia el Evangelio parados, cerrados en una oficina, en el escritorio o en el ordenador haciendo polémicas como 'leones de teclado' y sustituyendo la creatividad del anuncio con el corta y pega de ideas cogidas aquí y allí. El Evangelio se anuncia moviéndose, caminando, yendo", añadió.
Y el asombro es clave para anunciar el Evangelio, entiende el Papa. "Un anunciador está preparado para partir, y sabe que el Señor pasa de forma sorprendente; por tanto, debe estar libre de esquemas y predispuesto a una acción inesperada y nueva. Preparado para las sopresas. Quien anuncia el Evangelio no puede estar fosilizado en jaulas de plausibilidad o en el 'siempre se ha hecho así', sino que debe estar preparado para seguir una sabiduría que no es de este mundo", comentó.
Aquí puedes ver íntegra la Audiencia General del Papa en el Vaticano.
Durante los saludos en español, el Papa felicitó la Pascua. "Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Con la fuerza que nos da Cristo Resucitado, y teniendo en cuenta la experiencia de San Pablo, salgamos a anunciar a todos la Buena Noticia, que nos da alegría y paz. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias", concluyó.
G. de A., ReL
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