La presidente del país, Katalin Novák: «Somos aliados,juntos defendemos la vida humana»
Francisco permanecerá en Hungría durante todo un fin de semana, que estará plagado de encuentros con jóvenes y religiosos: "Pienso en una Europa que no sea rehén de las partes, volviéndose presa de populismos autorreferenciales".
El Papa Francisco llegó este viernes 28 de abril a Hungría, en el que es su 41º viaje apostólico internacional. El Santo Padre permanecerá en el país centroeuropeo durante todo un fin de semana, que estará plagado de encuentros con autoridades, jóvenes y religiosos, bajo el lema de "Cristo es nuestro futuro".
Las primeras palabras del Papa en Hungría tuvieron lugar en el antiguo monasterio carmelita de la ciudad de Budapest. Un encuentro que contó con la presencia de la presidente y provida Katalin Novák, del primer ministro Viktor Orbán, del Cuerpo Diplomático y de miembros destacados de la sociedad húngara.
Budapest: símbolo de unidad
"La política nace de la ciudad, de la polis, de la pasión concreta por vivir juntos garantizando derechos y respetando deberes. Pocas ciudades nos ayudan a reflexionar sobre esto como Budapest, que no es sólo una capital señorial y vivaz, sino un lugar central en la historia", comenzó diciendo el Papa desde el atril.
Para el Pontífice, la capital del país es un símbolo para toda Europa. "Hoy Budapest es una de las ciudades europeas con el mayor porcentaje de población judía, centro de un país que conoce el valor de la libertad y que, después de haber pagado un alto precio a las dictaduras, lleva en sí la misión de custodiar el tesoro de la democracia y el sueño de la paz", explicó.
Sin embargo, Francisco lamenta el fin de las políticas del encuentro. "En el mundo en que vivimos, la pasión por la política comunitaria y por la multilateralidad parece un bonito recuerdo del pasado; parece que asistiéramos al triste ocaso del sueño coral de paz, mientras los solistas de la guerra se imponen", afirmó.
"En general, parece que se hubiera disuelto en los ánimos el entusiasmo de edificar una comunidad de naciones pacífica y estable, delimitando las zonas, acentuando las diferencias, volviendo a rugir los nacionalismos y exasperándose los juicios y los tonos hacia los demás", añadió.
El Papa animó a cultivar una Europa más generosa. "La paz nunca vendrá de la persecución de los propios intereses estratégicos, sino más bien de políticas capaces de mirar al conjunto, al desarrollo de todos; atentas a las personas, a los pobres y al mañana; no sólo al poder, a las ganancias y a las oportunidades del presente. En este momento histórico Europa es fundamental", advirtió.
Una misión, que es muy clara. "Porque ella, gracias a su historia, representa la memoria de la humanidad y, por tanto, está llamada a desempeñar el rol que le corresponde: el de unir a los alejados, acoger a los pueblos en su seno y no dejar que nadie permanezca para siempre como enemigo. Por tanto, es esencial volver a encontrar el alma europea", dijo.
"Pienso, por tanto, en una Europa que no sea rehén de las partes, volviéndose presa de populismos autorreferenciales, pero que tampoco se transforme en una realidad fluida, o gaseosa, en una especie de supranacionalismo abstracto, que no tiene en cuenta la vida de los pueblos", añadió Francisco.
Una "realidad fluida" que abra la puerta a grandes peligros. "Este es el camino nefasto de las 'colonizaciones ideológicas', que eliminan las diferencias —como en el caso de la denominada cultura de la ideología de género—, o anteponen a la realidad de la vida conceptos reductivos de libertad —por ejemplo, presumiendo como conquista un insensato 'derecho al aborto', que es siempre una trágica derrota—", comentó.
Como en el caso de Hungría, donde las políticas de natalidad son muy ricas, el Papa deseó que Europa sea una gran familia. "Qué hermoso, en cambio, construir una Europa centrada en la persona y en los pueblos, donde haya políticas efectivas para la natalidad y la familia —buscadas con atención en este país—; donde naciones diversas sean una familia en la que se vela por el crecimiento y la singularidad de cada uno", expresó.
'La paz nunca vendrá de la persecución de los propios intereses estratégicos, sino más bien de políticas capaces de mirar al conjunto, al desarrollo de todos', dijo el Papa.
El Papa tuvo palabras expresas de agradecimiento a las autoridades húngaras. "Quisiera agradecerles por la promoción de las obras caritativas y educativas inspiradas por dichos valores y en los que se empeña la estructura católica local, así como por el apoyo concreto a tantos cristianos que atraviesan dificultades en el mundo, especialmente en Siria y en el Líbano", afirmó.
"Hace bien una sana laicidad, que no decaiga en el laicismo generalizado, que se muestra alérgico a cualquier aspecto sacro para luego inmolarse en los altares de la ganancia", añadió.
Cuando más se necesita
"Dios nos lo ha traído, para que esté con nosotros", con estas palabras, dichas en español, la presidente de Hungría, Katalin Novák, dio la bienvenida al Papa Francisco.
"La llegada del Santo Padre en este momento a Hungría no es casual, tampoco es solo una consecuencia de las correlaciones políticas mundiales (...), esta visita es kairós ( del griego, hace referencia a un acontecimiento importante). Es el momento para reunirse, tocar las campanas y proclamar una paz justa. Dios nos reúne en este momento tan oportuno y nos infunde fuerza a quienes confiamos en el poder del amor, la unidad y la paz", expresó.
"Queremos que esta visita sea un punto alto desde el que poder ver el camino hacia la renovación espiritual e intelectual y hacia la paz. Nos pondremos en marcha y dependerá de nosotros, húngaros, europeos... mantenernos en el buen camino. Solo nosotros, los ciudadanos y dirigentes de Europa, podemos utilizar el libre albedrío para que Europa sea más pacífica, democrática y fuerte", añadió.
La presidente destacó el trabajo común en defensa de los valores cristianos. "Su Santidad viene en el momento en que Hungría y Europa más lo necesitan. El Papa refuerza nuestra convicción de que la vida basada en los valores cristianos tiene fundamento, sentido y futuro, incluso en el siglo XXI. Nosotros también reforzamos a su Santidad en este sentido. Esto es lo que nos damos mutuamente: la protección de la vida humana, de la familia y la fuerza de la fe cristiana", comentó Novák.
"Por eso hemos protegido en nuestra Constitución proteger la institución del matrimonio, como comunidad de vida entre un hombre y una mujer, basada en el consentimiento voluntario; la familia como base de la supervivencia de la nación; y que toda persona humana tiene derecho a la vida, y a la dignidad humana; y que la vida del feto tiene derecho a la protección desde su concepción", afirmó la presidente.
Novák lo expresó con gran claridad. "Somos aliados, juntos defendemos la vida humana, a la mujer y al hombre como individuos y como personas unidas, a nuestros hermanos y hermanas cristianos perseguidos... pero, también, la libertad de las personas que piensan y viven de forma diferente. Nuestra alianza tiene ahora una relevancia grave y trágica en la sangrienta guerra que asola nuestro vecino inmediato", comentó sobre Ucrania.
Novák le hizo un reclamo urgente al Papa. "Con dolor y esperanza me dirijo ahora a vuestra Santidad: los húngaros casi podemos tocar la devastadora realidad de la guerra. Hacemos Todo lo que podemos para ayudar al millón y medio de personas que huyen de Ucrania hacia nosotros, vemos el dolor de las familias destrozadas, oímos las madres que lloran a sus hijos", expresó.
Puedes ver aquí de forma íntegra el encuentro con las autoridades húngaras.
"Santísimo Padre, los húngaros y millones de personas en todo el mundo le ven a usted como un hombre de paz, y esperan que puede hablar hablar con Kiev, Moscú, Washington, Bruselas... y con todos aquellos que son necesarios para la paz. Le pedimos que tenga la bondad de interceder personalmente por una paz justa lo antes posible", clamó Novák.
Jesús M.C., ReL
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