Kurt Speed y su mujer fueron recibidos en la Iglesiael pasado Sábado Santo
La conversión de Kurt y su mujer, Kaziah, comenzó cuando él, cansado de múltiples interpretaciones, decidió buscar la verdad de la fe.
Con la celebración de la Pascua y especialmente en la vigilia del Sábado Santo, millones de nuevos católicos de todo el mundo pasan a formar parte de la Iglesia cada año. Muchos, especialmente de Estados Unidos, son conversos del protestantismo.
Es el caso de Kurt Speed, criado en una familia evangélica de Maine y que a los 24 años acaba de ser recibido en la plena comunión con la Iglesia católica.
Según declaró a Catholic Times Columbus, Speed siempre se consideró "interdenominacional" -perteneciente a más de una denominación cristiana-, habiéndose formado en las doctrinas bautistas, pentecostales y de la Iglesia nazarena.
Aunque percibió que en estas denominaciones "había muchas doctrinas teológicas en conflicto", Speed logró obtener el denominador común de todas ellas en dos creencias básicas, la sola scriptura y la sola fide (puedes conocer más estos pilares del protestantismo aquí).
Uno de los primeros conflictos que detectó el joven estaba en la doctrina de 'una vez salvo, se está salvo para siempre', donde las obras realizadas no tienen relación alguna con la salvación. También se planteaba cómo la Biblia podía ser la única fuente de autoridad en temas de fe, como dice el protestantismo. Las denominaciones que conocía profesaban ambas doctrinas, pero desde interpretaciones completamente diferentes.
"Estaba cansado de ir a iglesias donde dicen: `Esta es una iglesia bíblica´ -pero cuyos puntos de vista no se desarrollaron hasta hace 500 años- y ninguna de ellas compartían sus puntos de vista o interpretaciones al mismo tiempo que todas dicen que son una iglesia bíblica", explica.
Deseando y temiendo ser pastor
Speed profesaba fervientemente su fe y albergaba el deseo de ser pastor bautista. Empezó estudios bíblicos en una universidad, donde conoció a la que hoy es su esposa, Kaziah Conrad.
Pero cuanto más estudiaba, menos le convencía la teología que descubría.
"No sentí que pudiera servir al Señor con integridad y sin temor como pastor bautista. Si me equivocara, podría estar llevando a la gente al mismísimo infierno, y eso me asustó realmente", admitió.
Cambió sus estudios por una carrera en Ciencias Ambientales, aunque en su tiempo libre seguía volcado en estudiar la historia del Cristianismo y las Escrituras. Pronto descubrió las semejanzas y relaciones de éstas con el Credo de la Iglesia. Le gustó descubrir que las tradiciones católicas encontrasen su origen en la raíz del cristianismo y en los Padres de la Iglesia.
Kurt Speed y Kazia Conrad, el día de su boda.
Invadido por la ira al ir a Misa... y luego enamorado
Uno de los aspectos de la fe católica que más despertó su interés fue entender que la salvación no se limita a la misma fe, sino que también implica la intervención de la voluntad y la libertad humanas, dependiendo del estado del alma al morir el cuerpo y siendo posible así no salvarse.
Su siguiente reflexión -surgida de youtubers o comentaristas católicos como Matt Fradd o Mike Schmitz- fue en torno al origen de la autoridad protestante para suprimir determinados libros de la Biblia. ¿Qué autoridad tienen los protestantes para seleccionar qué libros antiguos son Escritura y cuáles no lo son? ¿Quién tiene autoridad para hacer esa selección?
"Si [como protestantes] nos equivocamos en eso, qué pecado más terrible hemos cometido", pensaba.
Intrigado por los descubrimientos que llevaba a cabo sobre la fe, decidió visitar una Iglesia católica, donde sucedió algo que no esperaba.
"Cuando entré, tenía una ira abrumadora. Quería derribar una imagen porque como protestante creía que eso era idolatría. ¿De dónde viene esta ira?, me preguntaba. Me dije a mí mismo que mi ira era injustificada y que tenía que ser respetuoso. Seguí adelante. Y rápidamente me enamoré de la Misa", relata.
Recibidos a la Iglesia: "Sólo se trata de Dios"
Lo hizo, especialmente, por la sobriedad y la unicidad del mensaje. En el culto protestante, explica, tenía la sensación de estar "montando un espectáculo" y muchas cosas de las que decía el pastor parecen provenir más de su punto de vista que de la autoridad de las Escrituras.
Lo que encontró en Misa fue diametralmente opuesto. "Me encantó que no todo se tratase de entretenimiento o diversión o de gente que rezase de cierta manera. Eran personas que se unían para adorar al Señor de forma ordenada. Sólo se trataba de Dios", explica.
Una conferencia pronunciada por un sacerdote, John Ricardo, terminó por derribar todos los mitos y prejuicios anticatólicos en los que había sido educado. La caridad, dice, fue determinante en su conversión y en que comenzase a asistir a las clases del rito de iniciación cristiana para adultos.
Speed estaba feliz. Ya no dudaba de si los pilares de su fe eran correctos por haber comenzado en la reforma, sino que tenía la certeza de hallarse en la Iglesia fundada por Cristo. Una felicidad y un cambio que irradió a su esposa, también protestante, hasta convertirse como católica en "una mujer más cristiana que nunca antes" había llegado a ser.
Concluida su formación, Speed y Conrad llegaron exultantes a la vigilia del pasado Sábado Santo, donde fueron definitivamente recibidos en la Iglesia católica.
"Ambos estamos muy emocionados y aliviados de que finalmente estamos llegando a una tradición cristiana que creemos que está rodeada de verdad, así como a los comienzos del cristianismo en la historia", expresó horas antes de recibir los sacramentos.
Había cosas que les asustaban. El nuevo papel que la Virgen María ocuparía en su fe y en su vida, el de los santos o incluso el de la Eucaristía como "verdadero Cuerpo y Sangre de Cristo", pero sabían que "aunque algunas cosas costasen, no significa que estén mal".
"Ahora realmente creo en lo que dijo Jesús cuando afirmó `Este es mi Cuerpo y mi Sangre´, porque eso es exactamente lo que quiso decir", concluye.
José María Carrera, ReL
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