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miércoles, 20 de diciembre de 2023

Evangelio del día


 

Libro de Isaías 7,10-14.

Una vez más, el Señor habló a Ajaz en estos términos:
«Pide para ti un signo de parte del Señor, en lo profundo del Abismo, o arriba, en las alturas».
Pero Ajaz respondió: «No lo pediré ni tentaré al Señor.»
Isaías dijo: «Escuchen, entonces, casa de David: ¿Acaso no les basta cansar a los hombres, que cansan también a mi Dios?.
Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emmanuel.


Salmo 24(23),1-2.3-4ab.5-6.

Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella,
el mundo y todos sus habitantes,
porque El la fundó sobre los mares,
Él la afirmó sobre las corrientes del océano.

¿Quién podrá subir a la Montaña del Señor
y permanecer en su recinto sagrado?
El que tiene las manos limpias
y puro el corazón;

él recibirá la bendición del Señor,
la recompensa de Dios, su Salvador.
Así son los que buscan al Señor,
los que buscan tu rostro, Dios de Jacob.


Evangelio según San Lucas 1,26-38.

El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: "¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo".
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.
Pero el Ángel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido.
Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús;
él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre,
reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin".
María dijo al Ángel: "¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?".
El Ángel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.
También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes,
porque no hay nada imposible para Dios".
María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho". Y el Ángel se alejó.


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

Bulle

Santa Faustina Kowalska (1905-1938)
religiosa
Diario, nº 1745 (La Divina Misericordia en mi alma, Editorial Padres Marianos, 4ª edic. autorizada Stockbridge, Massachussets 2001, p. 344)


¡Dios, en Su misericordia, Se ha preparado un templo, la Santísima Virgen!

Su Hijo Unigénito Oh Dios, que no has exterminado al hombre después de la caída, sino que en Tu misericordia lo has perdonado como Dios, es decir, no sólo le has perdonado la culpa, sino que le has colmado de toda gracia. La misericordia Te ha empujado a dignarte descender hacia nosotros y levantarnos de nuestra miseria.
Dios descenderá a la tierra, el Señor de los señores, el Inmortal se humillará. Pero ¿dónde descenderás, Señor? ¿Al templo de Salomón o haces construir un santuario nuevo al que piensas descender? Oh Señor, qué templo Te prepararemos, visto que toda la tierra es Tu escabel?
Tú Mismo Te has preparado un templo, la Santísima Virgen. Sus entrañas inmaculadas son Tu morada y se hace el milagro de Tu misericordia, oh Señor. El Verbo se hace Carne, Dios habita entre nosotros, el Verbo de Dios, la Misericordia Encarnada. Nos has elevado a tu divinidad a través de tu humillación; es el exceso de Tu amor, es el abismo de Tu misericordia. Los cielos se asombran de este exceso de Tu amor, ahora nadie tiene miedo de acercarse a Ti.
Tu eres Dios de la misericordia, tienes piedad de la miseria, eres nuestro Dios y nosotros Tu pueblo. Tú eres nuestro Padre y nosotros por Tu gracia somos Tus hijos. Sea glorificada Tu misericordia por haberte dignado descender a nosotros. (EDD)

Oración

Gracias por ser Santa María.
Gracias por haberte abierto a la gracia,
y a la escucha de la Palabra,
desde siempre.

Gracias por haber acogido
en tu seno purísimo
a quien es la Vida y el Amor.

Gracias por haber mantenido
tu "Hágase" a través de todos
los acontecimientos de tu vida.

Gracias por tus ejemplos
dignos de ser acogidos y vividos.

Gracias por tu sencillez,
por tu docilidad,
por esa magnífica sobriedad,
por tu capacidad de escucha,
por tu reverencia, por tu fidelidad,
por tu magnanimidad,
y por todas aquellas virtudes
que rivalizan en belleza
entre sí y que Dios nos permite
atisbar en Ti.

Gracias por tu mirada maternal,
por tus intercesiones, tu ternura,
tus auxilios y orientaciones.

Gracias por tantas bondades.
En fin, gracias por ser Santa María,
Madre del Señor Jesús y nuestra.
Amén.

(ACI)












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