
Meditar sobre la muerte tiene un valor educativo y permite orientar la vida hacia lo esencial, afirmó León XIV durante la audiencia general que presidió en la Plaza de San Pedro el 10 de diciembre de 2025. En su meditación semanal, el Papa presentó, frente a los cantos de sirena del transhumanismo, la fe en la resurrección de Jesús como camino hacia la felicidad.
En su catequesis, el Papa meditó sobre el "misterio de la muerte", que se presenta como el acontecimiento más natural y, a la vez, el más antinatural. A diferencia de los animales, que "no cuestionan el sentido, el propósito ni el fin de la vida", los seres humanos se sienten "impotentes" ante la muerte y, en última instancia, "desdichados", señaló el líder de la Iglesia católica.
León XIV enumeró las dificultades en nuestra forma de abordar la muerte, citando la "represión", el "escapismo existencial" y la tendencia a convertirla en un "tabú", evitando incluso ir al cementerio. También mencionó ciertas "visiones antropológicas actuales", como el "escenario transhumanista", que prometen "inmortalidad inminente y prevén la prolongación de la vida terrenal mediante la tecnología".
El Papa, por el contrario, instó a inspirarse en el santo italiano Alfonso María de Ligorio (1696-1787), quien enfatizó el valor pedagógico de la muerte, considerado un gran maestro de vida. Meditar sobre la muerte nos enseña a elegir verdaderamente qué hacer con nuestra existencia, a desprendernos de lo superfluo y lo efímero, afirmó.
León XIV instó a los fieles a esperar la muerte "con la firme esperanza de la resurrección". De hecho, la fe ilumina la muerte como "el paso a la vida eterna" y nos protege del "miedo a desaparecer para siempre", afirmó, enfatizando que la resurrección de Jesús cumple el "deseo de vida y eternidad" de la humanidad.
I.Media, Aleteia
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