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viernes, 23 de febrero de 2024

Evangelio del día


 

Libro de Ezequiel 18,21-28.

Así habla el Señor Dios:
Si el malvado se convierte de todos los pecados que ha cometido, observa todos mis preceptos y practica el derecho y la justicia, seguramente vivirá, y no morirá.
Ninguna de las ofensas que haya cometido le será recordada: a causa de la justicia que ha practicado, vivirá.
¿Acaso deseo yo la muerte del pecador -oráculo del Señor- y no que se convierta de su mala conducta y viva?
Pero si el justo se aparta de su justicia y comete el mal, imitando todas las abominaciones que comete el malvado, ¿acaso vivirá? Ninguna de las obras justas que haya hecho será recordada: a causa de la infidelidad y del pecado que ha cometido, morirá.
Ustedes dirán: "El proceder del Señor no es correcto". Escucha, casa de Israel: ¿Acaso no es el proceder de ustedes, y no el mío, el que no es correcto?
Cuando el justo se aparta de su justicia, comete el mal y muere, muere por el mal que ha cometido.
Y cuando el malvado se aparta del mal que ha cometido, para practicar el derecho y la justicia, él mismo preserva su vida.
El ha abierto los ojos y se ha convertido de todas las ofensas que había cometido: por eso, seguramente vivirá, y no morirá.


Salmo 130(129),1-8.

Desde lo más profundo te invoco, Señor.
¡Señor, oye mi voz!
Estén tus oídos atentos
al clamor de mi plegaria.

Si tienes en cuenta las culpas, Señor,
¿quién podrá subsistir?
Pero en ti se encuentra el perdón,
para que seas temido.

Mi alma espera en el Señor,
y yo confío en su palabra.
Mi alma espera al Señor,
más que el centinela la aurora.

Como el centinela espera la aurora
Espere Israel al Señor,
porque en él se encuentra la misericordia
y la redención en abundancia:
Él redimirá a Israel
de todos sus pecados.


Evangelio según San Mateo 5,20-26.

Jesús dijo a sus discípulos:
Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.
Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal.
Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego.
Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti,
deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso.
Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

Bulle

San Juan María Vianney (1786-1859)
presbítero, párroco de Ars
Sermón para el domingo de Quasimodo (Sermons de Saint Jean Baptiste Marie Vianney, Curé d'Ars, Ste Jeanne d'Arc, 1982)


La confesión nos prepara para el tiempo de Pascua

¿Por qué, mis hermanos, la Iglesia ha establecido el tiempo de Cuaresma? Me dirán que es para prepararnos a celebrar dignamente el santo tiempo de Pascua que es un tiempo donde el buen Dios parece duplicar sus gracias e incita al remordimiento de nuestras conciencias para hacernos salir del pecado. (...)
Examinemos la cuestión de más cerca. Para hacer una buena confesión, que pueda reconciliarnos con Dios, es necesario detestar nuestros pecados de todo corazón. No porque podríamos escondernos de nosotros mismos, sino porque es necesario arrepentirnos de haber ofendido a un Dios tan bueno, haber permanecido tanto tiempo en el pecado, haber menospreciado todas las gracias con las que él nos solicitaba de salir. He aquí, mis hermanos, lo que debe hacernos derramar lágrimas y romper nuestro corazón. Dígame, mi amigo, si usted tuviese este verdadero dolor, ¿no se apresuraría a reparar el mal que es su causa y rápidamente entrar en la gracia con Dios? ¿Qué diría usted de un hombre que, inoportunamente, se ha peleado con su amigo, pero reconociendo su falta, se arrepiente luego busca la manera de reconciliarse? Si su amigo hace algunos pasos frente a él con este fin, ¿no aprovechará la ocasión? Pero al contrario, si él despreciara todo, ¿no tendría usted razón diciendo que a él le da igual estar en buenos o malos términos con esta persona? La comparación es sensible. Aquél que ha tenido la infelicidad de caer en el pecado, sea por debilidad o sorpresa, o incluso por malicia, si tiene de ello verdadero arrepentimiento, ¿podría permanecer más tiempo en ese estado? ¿No recurrirá luego al sacramento de la Penitencia? (...)
Suspiremos sin cesar tras nuestra verdadera patria que es el cielo, nuestra gloria, nuestra recompensa y nuestra felicidad. Es lo que les deseo… (EDD)

Oración (acto de contrición)

“Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy y me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno.
Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna.
Amén."


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