43. Un Vuelo hacia el Pasado
(Fracción del Pan)
Subimos a un avión. El destino es Italia -
Roma. En el trayecto el piloto acciona una palanca misteriosa. Y he aquí el
avión aterriza en el aeropuerto de Fiumincino sin problemas. Pero luego
oscurece. Sentimos un ruido. Estamos en Roma pero en la Roma de hace mil años.
Estábamos viajando en un avión del tiempo último modelo.
Descendemos. Como es natural, no se ve
ningún automóvil. Pero ahí hay personas que ofrecen un carro de caballo.
Pasamos por calles romanas adoquinadas. El carro para tres personas vuela como
una flecha. En un automóvil no hubiéramos viajado mucho más rápidamente.
Es domingo. Vamos a la catedral de San
Pedro. Tiene un aspecto distinto. Quisiéramos participar en una Misa papal.
Quisiéramos abrir bien los ojos y los oídos para constatar si la Misa que se
celebró hace mil años igual que en nuestros días.
Realmente es un mundo conocido. Las
diferentes partes de la Misa son como las de hoy. Pero luego sucede algo que no
conocemos. Antes de la comunión - hace un momento el coro y el pueblo han
comenzado a cantar "Cordero de Dios" - y entonces se acercan al altar
siete jóvenes. Se llaman acólitos. Extienden sus manos y las cubren con un
lienzo blanco. De esta manera se forma algo como un recipiente. El sacerdote se
vuelve a cada uno de los acólitos con varias hostias en las manos. Las hostias
tienen el diámetro entre quince y veinte centímetros. El sacerdote fracciona
cada hostia en muchas partes. Las partes resultan, por supuesto, desiguales.
Esto se repite hasta que todas las hostias están fraccionadas. Al fraccionar
los panes producen un ruido característico que se escucha por toda la catedral.
Por encima se escucha el canto ´Cordero de Dios´. La mirada observa fascinada
como los acólitos reciben los pedazos de pan en el recipiente formado por las
manos y el lienzo. Recién entonces se distribuye la comunión.
No solamente a nosotros que hemos volado
con el avión del tiempo a Roma de hace mil años, nos llama la atención la
fracción del pan. También en tiempos pasados la comunidad contemplaba con ojos
grandes esta acción. En los días de los apóstoles se decía en lugar de
"Santa Misa" "Fracción del Pan". Así fue durante mucho
tiempo.
Regresamos con el avión del tiempo desde
Roma de hace mil años a nuestra patria e informamos. Por supuesto que enseguida
se levanta la contradicción: "Claro que sí, ¡es historia pasada empolvada
de antaño! ¡Qué suerte que hayamos superado estas cosas!" Nosotros
decimos: "También hoy tenemos la fracción del pan. No hay Misa sin
'Cordero de Dios' ni sin fracción del pan en varias partes". El otro
contesta: "Justo lo que digo: son cosas antiguadas que no necesitamos hoy
en día". - Nosotros insistimos: "Hasta hoy la madre de la familia
campesina tiene el privilegio de cortar el pan y darle a cada uno su rebanada
de pan.
Todavía hoy en día la madre francesa tiende
el pan baguette (pan blanco alargado) a su esposo y a los hijos. Cada uno
arranca un pedazo. Fracción del pan en el tiempo y en la vida presente y
actual". Fracción del pan quiere decir: ¡El único pan, redondo entero para
muchos, para cada uno de la familia! Fracción del pan dice: El pan vino de
muchos polvitos de harina y granos y espigas y llegó a ser al pan compacto;
ahora nuevamente se disuelve, un pedazo para cada uno. Fracción del pan dice:
todos somos uno, ya que comemos del mismo pan que es Jesucristo. Algo similar
dijo ya San Pablo.
No hay que abandonar en nuestros días los
signos de unidad y de paz. En el caso contrario solamente se hablará de
división, de divorcio y de conflictos.
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