La cercanía de la Semana Santa nos invita a contemplar a la Virgen unida a su Hijo y unirnos a ella
cf. ReL -¿Cuál es el origen la devoción de los Siete Dolores?
-En realidad, se puede decir que el origen está en
los mismos evangelios, como no podía ser de otra
manera, ya sea porque cada Dolor de la Virgen
se encuentra recogido en ellos, ya porque San Juan,
al pie de la cruz, es el primer «devoto» de la
Virgen dolorosa. De hecho, la Madre dolorosa
es encomendada por Cristo a su cuidado y
San Juan «la acogió como algo
propio» (Jn 19,27). Puntualicemos que
la palabra «devoción», hoy denostada como
si fuera algo accidental, arbitrario o incluso
trasnochado, en latín tiene un rico contenido
semántico de entrega, dedicación, consagración…
-¿Cómo llegó hasta nuestros días?
-Fue en el siglo XIII cuando realmente floreció,
se «sistematizó» y se extendió. Los siete
santos fundadores servitas, devotos de nuestra
Señora, recibieron de la Virgen el Viernes Santo de
1239, el deseo de que fundaran una Orden que
practicara y difundiera esta Devoción.
-¿En qué consiste?
-Esta forma de devoción mariana hace que el cristiano se asocie y viva con María los momentos que ella pasó de dolor en su existencia. Nada de lo humano le es ajeno a la Virgen, tampoco el dolor.
Los Siete Dolores de Nuestra Señora son:
- La profecía del anciano Simeón (le anuncia que una espada le traspasará el alma: Lc 2, 34-35)
- La huida a Egipto (María tuvo que emigrar por la amenaza de Herodes: Mt 2,13)
- El Niño Jesús perdido (María vive un «infierno» con la pérdida de su hijo adolescente que se había quedado en el Templo entre los doctores: Lc 2,48; cf. Cant 3,3)
- El encuentro de María con Jesús en el camino al Calvario (María no dejó a su Hijo en el momento del dolor y aunque la escena no es referida en los evangelios no hay duda de que ella estuvo a su lado camino del Calvario, ya que estuvo al pie de la cruz).
- La Crucifixión y muerte de Jesús (María está al pie de la Cruz con el discípulo amado y otras mujeres: Jn 19, 25)
- La lanzada que traspasó el Corazón de Jesús y su descendimiento de la cruz (María contempló la lanzada del soldado sobre el cuerpo de Cristo: Jn 19,34)
- La sepultura de Jesús (a petición de José de Arimatea, Pilato concedió que Cristo fuera sepultado en una tumba nueva y María tuvo que estar allí en las tareas de embalsamamiento y sepultura: Jn 19,38).
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