51. Permanece y vuelve de nuevo.
(Podéis ir en paz)
Año 1453. Los turcos bajo el mando del sultán Mahoma II han conquistado
Constantinopla después de un asedio prolongado. La gente busca refugio
en la Hagia Sofía, la catedral de la "Sabiduría Divina". Apretados unos
contra otros están arrodillados. La catedral tiene un segundo piso hecho
de cuerpos humanos. Lloran, gimen y rezan. En el altar mayor el monje
ciego, Makarios, celebra la Sagrada Liturgia, la Santa Misa.
Los turcos irrumpen el santuario. Luego de haberse reunido afuera
empujan las puertas de bronce. Como primero entra, sentado en su
caballo, el sultán Mahoma II. Cabalga por encima de los cuerpos humanos.
Detrás vienen cabalgando los oficiales. Ante el iconostasio, ante la
pared que está cubierta de imágenes santas, se detiene. Manda que
destrocen las imágenes a fuerza de hachazos. El sultán espolea su
caballo. El caballo sube el altar mayor. Allí el sultán se para. Quiere
decir que no solamente ha conquistado la ciudad imperial sino el
cristianismo.
Cuando el sultán entró a la catedral, en ese momento el monje ciego,
Makarios, abandona el altar. En sus manos lleva el santísimo sacramento.
Con paso seguro camina hacia la columna que sostiene la cúpula. Quieren
pararlo porque parece que no se percata de la columna. Sin embargo
continua caminando hacia la columna. Esta se abre y se cierra. El monje
está encerrado en la columna, con el sacramento en sus manos. La fe del
pueblo dice que volverá algún día y pondrá el cáliz en el altar y
celebrará la Santa Misa.
Puede ser que no nos dejarán ya celebrar la Santa Misa. Los enemigos
exteriores pueden convertir las iglesias en cinemas como sucedió con
muchas en Rusia. Enemigos interiores pueden querer robarnos la fe en el
cuerpo y la sangre de Cristo, en el sacrificio de la cruz. ¡Que quede en
tu corazón la fe en el santísimo sacramento del cuerpo y de la sangre:
"¡No permitas que nunca me separe de Ti" - aunque estén cabalgando por
encima de nuestras cabezas y de nuestros cuerpos! ¡Que El resucite en
todos los lugares donde han tratado de aplastarlo! Resucita en todo
lugar donde una persona, en cuya vida estaba "empotrada la fe en el
cuerpo y la sangre de Cristo", nuevamente vuelve a Cristo.
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