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viernes, 9 de febrero de 2018

10 pensamientos del Padre Hurtado para cambiar el mundo

"Acabar con la miseria es imposible, pero luchar contra ella es deber sagrado"

Cuando el papa Francisco se dirigió a los jóvenes durante su última visita apostólica a Chile, invitó a los jóvenes a conectarse con el “Wifi” de la Fe con una contraseña muy especial: “Qué haría Cristo en mi lugar”. La clave, lo recordó el mismo papa Francisco, responde a uno de los consejos del emblemático san Alberto Hurtado.
El Padre Hurtado (1901-1952), reconocido por su acción social y por haber fundado el Hogar de Cristo, tuvo un calado inmenso en Chile, al punto que el gobierno instituyó el Día de la Solidaridad el 8 de agosto, recordando el día de su prematura muerte por un cáncer de páncreas.
Sin embargo, el Padre Hurtado no sólo es recordado por su compromiso social. Sus mensajes inspiraron en vida, y tras ella, a miles de chilenos, se desempeñen donde se desempeñen. Aquí un compilado con algunas de las frases e ideas más destacadas de este gran santo latinoamericano.
1) ¿Qué haría Cristo en mi lugar? Ante cada problema, ante los grandes de la tierra, ante los problemas políticos de nuestro tiempo, ante los pobres, ante sus dolores y miserias, ante la defección de colaboradores, ante la escasez de operarios, ante la insuficiencia de nuestras obras ¿Qué haría Cristo si estuviera en mi lugar?
2) Lo más grande que tiene el mundo es la Santa Iglesia, Católica, Apostólica, Romana, nuestra Madre, como nos gloriamos en llamarla. ¿Qué sería del mundo sin ella? Porque es nuestra Madre, tenemos también frente a ella una responsabilidad filial: ella está a cargo de sus hijos, confiada a su responsabilidad, dependiendo de sus cuidados… Ella será lo que queramos que sea. Planteémonos, pues, el problema de nuestra responsabilidad frente a la Iglesia.
3) Todo buen ciudadano deberá estar profundamente interesado en que la Iglesia de su patria tuviera muchos y santos sacerdotes. Ellos son la más segura garantía de un progreso valiente y justo en el porvenir.El sacerdote es el padre, doctor, consejero, consolador, amigo, dispensador de la gracia. Cristo viviendo permanentemente en el mundo.
4) Un cristiano verdaderamente consciente de su fe no puede menos que preguntarse cuál es la situación de sus hermanos, cuáles son sus alegrías y sus dolores para “gozarse con los que gozan y dolerse con los que lloran”, como lo hacía Pablo de Tarso.
5) Para realizar este ideal una sola petición quiero haceros, jóvenes esposos: es que procuréis juntos trabajar cada día por conocer más íntimamente vuestra religión, por conocer mejor a Cristo, el gran desconocido de tantos hogares del siglo XX, que recorráis juntos las páginas del Evangelio, las meditéis con amor, y estoy seguro que esa lectura no será ineficaz.
6) Un cristiano sin una preocupación intensa de amar, es como un agricultor despreocupado de la tierra, un marinero desinteresado del mar, un músico que no se cuida de la armonía. ¡Si el cristianismo es la religión del amor!
7) Muchos van a la política para brillar, para surgir, para destacarse: motivos pobres. Otros para defender intereses de un gremio obrero o capitalista, o lo que es más triste todavía, puramente personales; para disfrutar de una influencia que se puede hacer pagar, motivo indigno y bochornoso. Otros van a defender los intereses de su partido, un motivo justo pero insuficiente, porque sobre los intereses del partido están los intereses nacionales. Otros, Dios quiera que sean muchos, van a la política para servir al país.
8) Acabar con la miseria es imposible, pero luchar contra ella es deber sagrado.
9) No descansen mientras haya un dolor que mitigar… Una cruzada de amor y respeto al pobre…porque el pobre es Cristo, Cristo desnudo, Cristo con hambre, Cristo sucio, Cristo enfermo, Cristo abandonado.
10) Es necesario comenzar por salir del ambiente enfermizo de preocupaciones egoístas. Hay gente que vive triste y atormentada por recuerdos del pasado, por lo que los demás piensan de él en el presente, y por lo que podría ocurrirle en el futuro. Que se olviden pues, de sí y se preocupen de los demás, de hacerles algún bien, de servirlos y los fantasmas grises irán desapareciendo. La felicidad no depende de fuera, sino de dentro.
Todas estas frases, y muchas más, se pueden encontrar en la gran colección de escritos y mensajes del padre Alberto Hurtado publicadas en: http://www.padrealbertohurtado.cl/
Esteban Pittaro, aleteia

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