“No hay mejor lugar para un niño que al lado de su familia”
No bien había terminado Mons Ovidio Pérez Morales –obispo emérito de Los Teques- de escribir estas líneas para los diarios nacionales: “Venezuela padece hoy un severo despoblamiento. Millones de compatriotas han tenido que irse y se están yendo, en su inmensa mayoría en búsqueda ansiosa de trabajo y seguridad, salud y paz; dentro de ellos identificamos muchos rostros doloridos de familiares, amigos y conocidos nuestros, cuya ausencia sentimos y su regreso anhelamos”, cuando identificamos otra arista pavorosa de la crisis.
Se descubrió que 52 niños fueron dejados en la frontera colombiana, a su suerte, por la imposibilidad de los padres de continuar manteniéndolos.
Una horrenda tragedia. Ocurrió en el departamento Norte de Santander, en la frontera con Venezuela. 22 de ellos, de menor edad, están sin sus padres. Esto ha obligado a diputados tachirenses a reunirse con funcionarios del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar para saber en qué condiciones fue rescatado el grupo niños.
“Sin conocer las razones por las cuales los padres los habrían dejado a su suerte, queremos saber si tienen familiares en Venezuela y si hay posibilidades de que esos familiares se hagan cargo de ellos”, dijo el parlamentario Sergio Vergara.
“Esta crisis que vive Venezuela nos deja situaciones desgarradoras. La directora del instituto de Bienestar Familiar (Colombia) constató previamente el abandono de 22 niños “ahí, en la calle. Sus padres no tienen ninguna consideración”.
“Esto es una tragedia. Por eso desde aquí quiero repetirle al presidente Maduro que estos son los resultados de sus políticas. No es culpa de los colombianos y es el resultado de su negativa de recibir ayuda humanitaria que se la hemos ofrecido en todas las formas”, había dicho el presidente Santos, el jueves 8 cuando viajó a Cúcuta para constatar el éxodo de venezolanos a su país.
Sobre devolver los niños a Venezuela, fueron enfáticos al afirmar: “En este momento la asistencia que ellos (Colombia) les pueda dar es primordial. Sin embargo, no hay mejor lugar para un niño que al lado de su familia. Lo que queremos es garantizar esa situación y constatar cuál es la condición de los familiares para que se hagan cargo de ellos”.
Antonio Ecarri, presidente nacional de la Alianza del Lápiz (*), en una visita ayer al máximo representante del Papa Francisco en el país, monseñor Aldo Giordano, le manifestó con profunda preocupación que se estima que de tres millones más de venezolanos abandonen las fronteras de Venezuela antes de que finalice el primer semestre de 2018.
(*) Las Casas del Lápiz forman y gradúan emprendedores populares para asistir las deficiencias educativas en los sectores populares. Es parte del proyecto social de la Fundación Arturo Uslar Pietri, laureado escritor e intelectual venezolano.
Macky Arenas/Aleteia Venezuela
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