El momento de hacer los deberes nunca suele ser divertido, pero estas sugerencias prácticas de psicólogos pueden cambiar totalmente la rutina
Para padres con niños en edad escolar, afrontar los deberes es un hecho de la vida. Sin embargo, a veces ese tiempo de hacer los deberes por la tarde o la noche puede ser una gran fuente de frustración y preocupación.
Quizás te preguntes cuál es la mejor manera de ayudar a tu hijo o dudes si te estás convirtiendo en un padre o madre helicóptero cada vez que recuerdas a tu hijo o hija el plazo límite para realizar una tarea.
Si hacer las tareas escolares es un momento de desafío en tu hogar, te encantarán estos consejos de mano de psicólogos clínicos. El doctor Nate Kornell, profesor adjunto de Psicología en la universidad William College (Massachusetts, EE.UU.), recuerda una vez que se sentó con su hija de 12 años, que le había pedido ayuda para encarar una tarea de biología con la que tenía dificultades.
El doctor Kornell dijo entonces las tres palabras que revolucionaron la forma en que abordaba la ayuda para los deberes. Cuando su hija pidió ayuda, él respondió: “Prepárate para enseñar”.
La respuesta del doctor Kornell a su hija venía respaldada por una investigación que él había leído y dirigido. “Los estudios muestran que enseñar a otra persona es una forma muy efectiva de aprender. Otra serie de estudios muestra que incluso si no vas a enseñar de verdad, el acto de prepararte para enseñar conduce a más aprendizaje que simplemente esforzarte cuanto puedas en aprender el material”, explicó.
Animar a tu hijo a enseñarte lo que ha aprendido o lo que ha estado trabajando en la escuela es una gran estrategia de educación con numerosos beneficios. No solo te da una oportunidad de conectar con tu hijo, sino que también fortalece su autoestima.
“Esta estrategia puede ser especialmente útil con niños que son un poco más obstinados y prefieren enseñar a ser enseñados”, explicó el doctor Andrew Sodergren, psicólogo clínico de Ohio. “Es también una de las razones del valor permanente de las clases con edades mixtas”.
Por ejemplo, muchas escuelas Montessori utilizan clases compuestas por niños de tres niveles. En este modelo, los estudiantes permanecen en la misma clase con los mismos profesores durante tres años.
Esto ofrece a los niños la oportunidad de aprender tanto de estudiantes mayores como de desarrollar poco a poco ellos mismos el papel de estudiante mayor, más competente, que puede enseñar algunas lecciones a estudiantes más jóvenes (o al menos orientarles y ayudarles en sus tares cuando sea necesario). Según el antiguo dicho atribuido a Séneca,“enseñando, aprendemos”.
Hemos pedido al doctor Sodergren consejo para que los padres puedan ayudar efectivamente a sus hijos en sus deberes y su educación.
1. Sé flexible con tu apoyo
Como padre o madre, lo natural es que quieras que tu hijo o hija tenga éxito y es tu función ayudarle a asumir la responsabilidad de su trabajo. Sin embargo, la forma en que ayudas a tu hijo cambiará a medida que se desarrolla.
Es importante que los padres sean flexibles con el cómo y cuándo intervienen en lo relativo a los deberes. “Los padres tienen que ayudar a sus hijos a asumir la responsabilidad de sus deberes y a enorgullecerse de ello. Su labor es apoyar a sus hijos en este aspecto”, explica el doctor Sodergren.
“En los primeros años, esto suele implicar ofrecer mucha estructura y dirección. Sin embargo, con el tiempo, los padres tienen que alejarse un poco y dejar que el niño adquiera más responsabilidad. Ayudarles a establecer y mantener un entorno y una rutina adaptables, como se ha descrito antes, les ayudará”.
2. Implementar una rutina sólida
Las buenas rutinas pueden ofrecer una estructura tanto para ti como para tu hijo a la hora de hacer los deberes. “Quizás sea útil crear un equipo de hacer deberes”, recomienda el doctor Sodergren. “Se trata simplemente de algún tipo de recipiente con todos los materiales que pueda necesitar para completar sus tareas (papel, lápices, regla, etc.).
Esto evita la necesidad de levantarse y buscar los materiales, lo cual conduce a distracciones y retrasos. Gestionar las distracciones en el entorno es también crucial (por ejemplo, la situación del niño, alejado de ver o escuchar la televisión o los niños vecinos jugando fuera).
Además, deberían estar en un lugar donde puedan ser fácilmente controlados por los padres, ya que la supervisión tiende a mejorar el rendimiento”.
3. Mantener el material fresco
Para los niños que tienen dificultades para mantener la concentración, el doctor Sodergren recomienda que los padres controlen que sus hijos vayan rotando entre diferentes áreas temáticas. “Esto les ayuda a mantener fresco el material, dándole a su cerebro algo de novedad”, explicó.
Esta práctica será diferente en cada hogar; después de todo, cada niño es un individuo único. El doctor Sodergren explicó lo que implica el rotar las asignaturas en la práctica durante los deberes: “Usa un cronómetro; la duración del tiempo dependerá de la capacidad del niño para concentrarse. Cuando se acabe el tiempo, que tu hijo rote a una asignatura diferente.
Entonces, reinicia el cronómetro y sigue rotando por todas las asignaturas hasta que termine los deberes. Otra estrategia común para ayudar a concentrarse al niño, sobre todo a los que tienen dificultades de atención, es mantener un reloj analógico delante para ayudarle a tomar consciencia del paso del tiempo”.
4. Limitar el acceso a la tecnología
En la cultura de hoy día, la tecnología está fácilmente disponible a los niños. Para ayudar a tu hijo o hija a centrarse a lo largo de sus deberes, querrás limitar su acceso a dispositivos electrónicos hasta que termine su tiempo de hacer deberes. Sin embargo, en algunas situaciones, la tecnología es necesaria para una tarea.
“Si se requiere un dispositivo para una tarea, todos los demás deberes deberían completarse primero”, aconseja el doctor Sodergren.
“Esto es porque el uso de estos dispositivos es tan gratificante para el cerebro que puede invalidar cualquier motivación para hacer otras tareas. Mantener a los niños lejos de la tecnología hasta que terminen sus tareas añade también una dosis de incentivo para esforzarse con sus tareas tediosas, difíciles o aburridas.
No obstante, quizás los padres tengan que comprobar la calidad del trabajo para asegurar que sus hijos no se han limitado a apresurarse para irse con su juego o serie favoritos”.
Chloe Langr, aleteia
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