¿Sabes lo que es la Cuaresma? Es un tiempo de gracia que se te da para tu conversión. Son 40 días que inician el Miércoles de Ceniza, el día que el sacerdote impone cenizas sobre tu frente haciendo la señal de la cruz, recordándote que la vida es muy corta. “Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás”.
Es un camino que te debe purificar y preparar para vivir la Pascua. Lo dedicas al sacrificio ofrecido, los ayunos, el silencio, la oración y la limosna, cuando compartes tus bienes con los que no tienen.
Siempre recuerdo aquél hombre, muy pobre, que salió de las sombras bajo un árbol, una noche y se dirigió hacia mí. Estaba con mis hijos subiéndolos al auto y pensé en todo lo que le diría para que no me molestara y siguiera su camino.
Estaba en harapos, con una barba sucia. Se detuvo frente a mí, me dirigió la mirada más profunda que alguna vez he sentido y me dijo con una voz suave que me llegó al alma:
“Tienes una hermosa familia. Dios te bendiga y te conceda la paz”.
Siguió su camino sin esperar mi respuesta.
Mi hijo que tenía unos 7 años y lo escuchó, asomó la cabeza por la ventana del auto y me dijo:
“Papá ese hombre merece que lo ayudes. Vamos a buscarlo”.
Había dado la vuelta en la esquina. Arranqué el auto, llegamos a la esquina, giramos, y para nuestra sorpresa había desaparecido. Fuimos por los alrededores y nunca más supimos de él. Aquella noche me decidí a no negarle nunca nada a un pobre que pidiera mi ayuda.
¿Qué es lo fundamental en Cuaresma?
Tu arrepentimiento. El deseo sincero de cambiar y volver la mirada a Dios.
Es un tiempo en que miras a Dios y Dios te mira. Y encuentras sentido a tu vida espiritual.
Me gusta pensar durante la Cuaresma en las palabras de la Virgen a los pastorcitos en sus apariciones de Fátima:
“Oren, oren mucho y hagan muchos sacrificios porque muchas almas se van al Infierno porque no hay quien ore ni se sacrifique por ellas”.
En esos días pienso y rezo por mis hermanas, las almas benditas del Purgatorio, para que el buen Dios limpie sus culpas y las lleve al paraíso.
¿Qué me he propuesto en esta Cuaresma?
Empezar con una buena confesión sacramental.
Estar dispuesto a cambiar, transitar el camino de Jesús.
Rezar para hablar con Dios.
Leer la Santa Biblia para escuchar sus palabras y conocer sus promesas.
Vivir a plenitud esta Cuaresma y darle más sentido a mi vida.
Ofrecerlo todo, aceptarlo todo, amar y perdonar.
Estar dispuesto a cambiar, transitar el camino de Jesús.
Rezar para hablar con Dios.
Leer la Santa Biblia para escuchar sus palabras y conocer sus promesas.
Vivir a plenitud esta Cuaresma y darle más sentido a mi vida.
Ofrecerlo todo, aceptarlo todo, amar y perdonar.
¿Este año será diferente?
Quiero vivir a plenitud la Cuaresma y seguir la recomendación de la Madre Teresa de Calcuta, cada vez que encuentre a un pobre en mi camino, a la persona que me hace daño, o a los que me aman:
“No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz”.
Claudio de Castro, Aleteia
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