Este 8 de marzo, el Pontífice invita a mirar el mundo con ojos de mujer y sentir con un corazón de madre para dejar atrás el odio, el antisemitismo, la xenofobia, la violencia
Este 8 de marzo de 2019, el Papa invitó a mirar a la mujer que es la que “hace todo hermoso en el mundo”, es sinónimo de paz, pues en ella – dijo- “nace y renace la ternura de las madres”, fue el “sueño” de Dios para Adán. Francisco exhortó a dar espacio a la mujer “si soñamos un futuro de paz”.
Lo dijo hoy al recibir en el Vaticano a una delegación del Comité de Judíos de Estados Unidos “American Jewish Committee”.
En medio del odio que aumenta en el mundo y hace perder terreno a los derechos humanos, instó a construir “una atmósfera de hogar, de familia, eligiendo con todas nuestras fuerzas el amor divino, que inspire respeto y aprecio por la religiosidad de los demás”.
El Pontífice quiso recordar el papel de la mujer en la indispensable labor de pacificación entre los hombres: “No es buenas intenciones (buenismo), es nuestro futuro”.
Y aprovechó el 8 de marzo para indicar “la insustituible contribución de las mujeres en la construcción de un mundo que es el hogar de todos”.
“La mujer es la que hace hermoso el mundo, lo cuida y lo mantiene vivo”. Su visión maternal “trae la gracia que hace las cosas nuevas, el abrazo que incluye, el coraje de darse a los demás. La paz es mujer. Nace y renace de la ternura de las madres”.
El Papa indica que la mujer fue el sueño de Dios para el mundo. “Por eso el sueño de paz se realiza mirando a la mujer. No es casualidad que en la historia del Génesis, la mujer sea sacada de la costilla del hombre mientras duerme (cf. Gn. 2:21)”.
“La mujer se origina cerca del corazón y en el sueño, durante los sueños. Por eso trae el sueño del amor al mundo. Si amamos el futuro, si soñamos con un futuro de paz, debemos dar espacio a las mujeres”.
Por otro lado, constató, con “gran preocupación” la “propagación de un clima de malicia y rabia en muchos lugares”, en los que “se arraigan los excesos perversos del odio”.
En especial se refirió al recrudecimiento bárbaro, en varios países, de los “ataques antisemitas”.
“Repito que para un cristiano cualquier forma de antisemitismo es una negación de los orígenes, una contradicción absoluta”, sostuvo el Papa.
Por ello, instó a mirar hacia el genio femenino, pues “debemos mirar al mundo a través de los ojos de las madres, con los ojos de la paz”.
“Los judíos y los cristianos también comparten una rica herencia espiritual, que nos permite hacer muchas cosas buenas juntos”, expresó.
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