El Pontífice invitó a usar dos medicinas antes de Cuaresma para curarse de la mala costumbre del chisme y hablar mal del otro a sus espaldas
El papa Francisco sostuvo que la mala costumbre de criticar y hablar mal de los demás a sus espaldas es un hábito del diablo. Y propuso dos medicinas para curarse: la oración y la dentadura. Además, explicó qué significa la hipocresía, según la espiritualidad cristiana.
“Si deseas “despellejar” a otro, criticar a otro, reza por él, reza por ella, y pide al Señor de resolver ese problema, y a ti, de cerrar la boca”, dijo el Pontífice en la parroquia romana de San Crispino de Viterbo, a las afueras de Roma, este domingo en la tarde, 3 de marzo 2019.
El Pontífice denunció que hablar de los demás a sus espaldas es la fuente de “tantas desuniones, tantas guerras domésticas, guerras en el vecindario, guerras en el lugar de trabajo, tantas enemistades”.
En su homilía, sin papeles en la mano, el Papa argumentó que Jesús explica a las personas la sabiduría cristiana con parábolas. Y se refirió al mensaje del Evangelio del domingo: “¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo?” .
¡Hipócrita!
En esta ocasión, el Papa reflexionó sobre la hipocresía siguiendo la parábola. “¿Cómo puedes decir a tu hermano: ‘Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo’, tú, que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita!,saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano.” (San Lucas 6, 39-45)”.
El Papa aseguró que con este mensaje, “el Señor quiere enseñarnos a no ir a criticar a los demás, a no mirar los defectos de los demás: mira primero los tuyos, tus defectos”.
“Pero, padre, ¡no tengo ninguno!” – ¡Ah, felicidades! ¡Le aseguro que si no se da cuenta de que los tienen (defectos) aquí, los encontrarán en el Purgatorio! Mejor verlos aquí”, añadió.
Todos tenemos defectos
“Todos tenemos defectos, todos. Pero estamos acostumbrados a ello, en parte por inercia, en parte por la fuerza de la gravedad del egoísmo, a observar los defectos de los demás: somos especialistas, todos, en esto”.
El Papa lamentó que la persona encuentra inmediatamente los defectos de los demás y habla enseguida a los demás sobre los males de los otros.
“Porque hablar de los demás parece dulce, nos gusta. No, en esta parroquia tal vez no ocurra [risas], pero en otras partes es muy común. Siempre sucede así: “Ah, ¿cómo estás?” – “Bueno, bien con este tiempo…” – “¿Pero viste a ése…?”. E inmediatamente [caemos en esto de hablar mal]”. comentó.
La hipocresía de hablar mal de los demás, ya sucedía en la época de Jesús. “Es algo que, con el pecado original que tenemos, nos lleva a condenar a otros, a condenar. E inmediatamente somos especialistas en encontrar las cosas malas de los demás, sin ver las nuestras”. “Y Jesús – continuó – dice: “Condenas a este por una pequeña cosa, y tu tienes muchas cosas más graves, pero no las ves”.
¿Qué significa ser hipócrita?
De esta manera, sostuvo que es cierto: nuestra malicia no es tanta, cuando se trata de sí. “Porque estamos acostumbrados a no ver nuestros límites, no a ver nuestras faltas, pero somos especialistas en ver las faltas de otros”.
Por eso, argumentó, “Jesús nos dice una palabra muy fea, muy fea: “Si vas por este camino, eres hipócrita”. “Es feo decir hipócrita: Jesús les dijo a los fariseos, a los doctores de la ley, que decían una cosa y hacían otras”.
Entonces, Francisco destacó que “hipócrita significa uno que tiene un doble pensamiento, un doble juicio: uno lo dice abiertamente y otro en secreto, con el que condena a los demás”.
“Es tener una doble manera de pensar, una doble manera de ser visto. Se muestran como personas buenas y perfectas, y por debajo condenan”.
“Es por eso – prosiguió – que Jesús escapa de esta hipocresía y nos aconseja: “Es más hermoso que mire sus faltas y dejen que otros vivan en paz. No te entrometas en la vida de otro: mira la tuya”.
“Y esto es algo que no termina ahí: la habladuría no termina en la habladuría; el chisme va más allá, siembra discordia, siembra enemistad, siembra mal”.
Lengua destruye como bomba atómica
El Papa dijo no exagerar al afirmar que “con la lengua inician las guerras”. “Tú, chismorreando sobre los demás, empiezas una guerra. Un paso hacia la guerra, una destrucción. Porque es lo mismo destruir al otro con la lengua que con una bomba atómica, es lo mismo […]. Es muy potente. Y no lo digo yo, lo dice el apóstol Santiago en su carta”.
Invitó a leer en la Biblia las consecuencias de hablar mal del otro. “¡Es muy poderoso! Es capaz de destruir. Y con los insultos, con el chisme, comienzan tantas guerras: “guerras domésticas, – se comienza con gritar -, guerras en el vecindario, en el trabajo, en la escuela, en la parroquia … Por eso Jesús dice: “Antes de hablar mal de otros, toma un espejo y mírate a ti mismo; mira tus faltas y avergüénzate de tenerlas”.
Hablar en la cara
El Papa insistió en que la lengua tiene el poder de destruir como una bomba atómica. Entonces habló del dilema de callar o hablar en la cara sobre las cosas malas que han hecho los demás. “No, padre, es que tantas veces hay gente mala, que tiene tantas faltas …”. Pero, de acuerdo, sé valiente y dilo en su cara: “Eres malo, eres malo, porque estás haciendo esto y esto”. Dígalo en la cara, no detrás. Dile en la cara”.
“Pero él no quiere escucharme”. Entonces díselo a quien puede remediar esto, a los que pueden corregir, pero no lo digan en el chismorreo, porque el chisme no resuelve nada, de hecho. Empeora las cosas y te lleva a la guerra”.
Dos medicinas antes de Cuaresma
El Papa recordó que en pocos días comenzará la Cuaresma: “Sería tan agradable que cada uno de nosotros, en esta Cuaresma, reflexione sobre esto. ¿Cómo me comporto con la gente? ¿Cómo está mi corazón frente a la gente? ¿Soy un hipócrita, sonrío y luego critico y destruyo con mi lengua?”.
Entretanto, explicó que sí al final de Cuaresma se corrige este mal y “no siempre se critica a los demás a las espaldas”, entonces, aseguró, que “la Resurrección de Jesús se verá más hermosa y más grande entre nosotros”.
Criticar es un hábito del diablo
“Eh, padre, es muy difícil, porque tiendo a criticar a los demás”, algunos podemos decir, porque es un hábito que el diablo pone en nosotros. Es verdad, no es fácil. Pero hay dos medicamentos que ayudan mucho. En primer lugar, la oración”, constató.
Si deseas “despellejar” a otro, criticar a otro, reza por él, reza por ella, y pide al Señor de resolver ese problema, y a ti, de cerrar la boca”.
Primer remedio: la oración. “Sin oración no podemos hacer nada. Y en segundo lugar, hay otra medicina, que también es práctica como la oración: cuando sientes el deseo de hablar de alguien, te muerdes la lengua. ¡Fuerte! Porque así se hinchará la lengua y no podrás hablar. [risa] Es una medicina práctica, es muy práctica”.
Francisco instó a los fieles a pensar seriamente en la enseñanza de Jesús: “¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo?”
“Piensa bien – dijo-. Piensen en que este hábito feo es el comienzo de tantas desuniones, tantas guerras domésticas, guerras en el vecindario, guerras en el lugar de trabajo, tantas enemistades.
Piensen en ello. “Y oren al Señor, oren para que nos dé la gracia de no hablar mal de los demás. ¡Y todos los días tengan sus dentaduras listas para aplicar el segundo medicamento! ¡El Señor los bendiga!”, concluyó.
Ary Waldir Ramos Díaz, Aleteia
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