Tantas personas que mueren, y nadie se ocupa de elevar una oración al cielo por ellas... ¡Roguemos pues, nosotros para aliviar sus penas! ¡Iniciemos nuestro tiempo de oración!-Comencemos: por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios Nuestro, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Oración del sexto día: En este día imploramos Tu socorro Oh Madre de Bondad hacia Tu Divino Hijo por todas las almas abandonadas, para que un rayo de luz celestial ilumine sus horrendas tinieblas, para que sean consoladas en su triste abandono, para que alcancen alivio en sus penas y amargas angustias. Amén. Ofrecimiento:Padre Eterno, yo te ofrezco en unión con todas las Misas celebradas hoy en todo el mundo: la Preciosísima Sangre, las Santas Llagas y los méritos de la Dolorosa Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo; las lágrimas y los dolores de Su Santísima Madre y los de San José, por la liberación de las Almas del Purgatorio, por la conversión de todos los pecadores y por la salvación de los moribundos. Amén. Confiemos nuestras intenciones:-Señor de Misericordia, te encomiendo el alma de tus hijos (Mencionar el nombre de sus familiares difuntos) concédeles la remisión de todos sus pecados, para que, por las humildes súplicas de la Iglesia, alcancen el perdón y así disfruten pronto del descanso eterno en el hogar de Tu Amor en el Cielo. Amén. María, Madre de Dios, y Madre de misericordia, ruega por nosotros y por todos los que han muerto en el regazo del Señor. Amén. Dales Señor el descanso eterno… y brille para ellas la Luz Perpetua. (Tres Veces) Que las almas de todos los fieles difuntos, por la misericordia de Dios descansen en paz. Así sea.
Encomienda para Hoy: Privarnos de algo que nos guste (ver tv, redes sociales, algún postre, etc.) y ofrecerlo en sufragio de las benditas Almas del Purgatorio. San Odilón
“Enterado San Odilón –dice Pedro Damiano- de que en los alrededores de un volcán de Sicilia oíanse a menudo grandes voces y alaridos de los demonios quejándose de que los vivos con sus limosnas y oraciones les arrebataban las almas de los muertos, dispuso que en todos los monasterios dependientes de su jurisdicción se celebrase anualmente la conmemoración de los fieles difuntos inmediatamente después de la fiesta de todos los santos”. |
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