Aquí podemos ofrecer sólo unos pocos aspectos de las mil maravillas de la Santa Misa
Salvados de la perdición eterna. |
Este sacrificio libra de la perdición eterna al alma renovando la muerte del Hijo de Dios. San Gregorio Magno |
Su Sangre fluye místicamente del altar para purificarnos. |
El cordero de Dios es inmolado en beneficio nuestro; su Sangre fluye místicamente del altar para purificarnos: brota la Sangre del costado herido del Salvador y recógese en el cáliz. San Juan Crisóstomo |
Todos participan de los méritos y de la virtud del sacrificio de la cruz. |
Lo que fue en la cruz un sacrificio de Redención es en la Santa Misa un sacrificio de propiciación merced al cual todos participan de los méritos y de la virtud del sacrificio de la cruz. San Juan Damasceno |
Jesús padece de una manera misteriosa en el santo sacrificio de la Misa. |
El que ha resucitado de entre los muertos, no puede morir ya; padece, no obstante por nosotros, de una manera misteriosa en el santo sacrificio de la Misa. San Gregorio Magno |
Es el mismo sacrificio. |
La Pasión de Cristo es el mismo sacrificio que ofrecemos en la Santa Misa. San Cipriano |
Jesús se inmola por la Iglesia. |
Vi durante la elevación a Jesús alzar con sus propias manos a su dulcísimo Corazón en forma de cáliz y presentarlo a su Padre. Inmolóse entonces por la Iglesia por modo incomprensible a las criaturas. Santa Gertrudis |
La Santa Misa es el centro de la congregación de los fieles. |
Es, pues, la celebración eucarística el centro de la congregación de los fieles que preside el presbítero. Enseñan los presbíteros a los fieles a ofrecer al Padre en el Sacrificio de la Misa la Víctima divina y a ofrendar la propia vida juntamente con ella; les instruyen en el ejemplo de Cristo Pastor, para que sometan sus pecados con corazón contrito a la Iglesia en el Sacramento de la Penitencia, de forma que se conviertan cada día más hacia el Señor. Concilio Vaticano II |
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