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domingo, 3 de abril de 2022

Evangelio del día


 

Evangelio según San Juan 8,1-11.

Jesús fue al monte de los Olivos.
Al amanecer volvió al Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y comenzó a enseñarles.
Los escribas y los fariseos le trajeron a una mujer que había sido sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio de todos,
dijeron a Jesús: "Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio.
Moisés, en la Ley, nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres. Y tú, ¿qué dices?".
Decían esto para ponerlo a prueba, a fin de poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, comenzó a escribir en el suelo con el dedo.
Como insistían, se enderezó y les dijo: "El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra".
E inclinándose nuevamente, siguió escribiendo en el suelo.
Al oír estas palabras, todos se retiraron, uno tras otro, comenzando por los más ancianos. Jesús quedó solo con la mujer, que permanecía allí,
e incorporándose, le preguntó: "Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Alguien te ha condenado?".
Ella le respondió: "Nadie, Señor". "Yo tampoco te condeno, le dijo Jesús. Vete, no peques más en adelante".


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.


Bulle

Santa Faustina Kowalska (1905-1938)
religiosa
Pequeño diario (Petit journal, la Miséricorde divine dans mon âme, Parole et Dialogue, 2002), trad. sc©evangelizo.org

Un océano de misericordia

Jesús mío, agradeciéndote por tantas gracias, te ofrezco mi alma y mi cuerpo, mi razón y mi voluntad y todos los sentimientos de mi corazón. Con mis votos, me di enteramente a Ti, no hay nada más que pueda ofrecerte.
Jesús me dijo: “Hija mía, no me diste lo que es esencialmente tuyo”. Entrando en mi mismo reconocí que amaba a Dios con todas las fuerzas de mi alma. No podía descubrir lo que no había librado a Dios y le pregunté: “Jesús, dímelo y Te lo libraré de inmediato, de todo corazón”. Jesús me dice con bondad: “Hija mía, líbrame tu miseria, ella es tu propiedad exclusiva”.
En ese momento un rayo de luz iluminó mi alma y conocí todo el abismo de mi miseria. En ese instante, me acurruqué en el Santísimo Corazón de Jesús, con una confianza inmensa. Aunque hubiera tenido sobre la conciencia todos los pecados de los damnificados, no habría dudado de la misericordia de Dios y con el corazón arrepentido me habría tirado en el abismo de Tu misericordia. Creo Jesús, que no me habrías rechazado lejos de ti, me habrías absuelto por la mano del que tiene Tu lugar.
Entregaste el Espíritu, Jesús. La fuente de vida ha brotado por las almas y un océano de misericordia se ha abierto para el mundo entero. Fuente de vida, insondable misericordia divina, abraza el mundo entero y sumérgenos.

Oración

" Señor Dios, Padre eterno y omnipotente, reconocemos y confesamos delante de tu santa Majestad que somos pobres pecadores,
nacidos en la iniquidad, inclinados al mal e incapaces por nosotros mismos de practicar el bien. Confesamos haber quebrantado diariamente y de distintas maneras tus santos mandamientos, y merecer así, por tu justa sentencia, la condenación y la muerte.
Pero, oh Señor, sentimos un vivo dolor por haberte ofendido y nos condenamos a nosotros mismos y a nuestras transgresiones con un verdadero arrepentimiento, acudimos a tu gracia y te suplicamos nos socorras en nuestra miseria.
Ten piedad de nosotros, oh Dios de toda bondad, Padre misericordioso, y perdona nuestros pecados, por el amor de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Salvador.
Concédenos y aumenta cada día en nosotros las gracias de tu santo espíritu, a fin de que reconociendo siempre nuestras faltas, nos arrepintamos y renunciemos a ellas de todo nuestro corazón y llevemos frutos de justicia y de santidad que te sean agradables, por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. »

(hozana.org)
























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