| En aquel tiempo, los discípulos se acercaron y le dijeron: "¿Por qué les hablas por medio de parábolas?". |
| El les respondió: "A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no. |
| Porque a quien tiene, se le dará más todavía y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. |
| Por eso les hablo por medio de parábolas: porque miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden. |
| Y así se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice: Por más que oigan, no comprenderán, por más que vean, no conocerán, |
| Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido, tienen tapados sus oídos y han cerrado sus ojos, para que sus ojos no vean, y sus oídos no oigan, y su corazón no comprenda, y no se conviertan, y yo no los cure. |
| Felices, en cambio, los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen. |
| Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron; oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron." |
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
San Bernardo (1091-1153) |
“Muchos profetas y justos han deseado ver lo que ustedes ven…”
| Mismo antes de la venida del Salvador, los santos no ignoraban que Dios tiene designios de paz para el ser humano. No hacía nada sobre la tierra sin revelarlo a sus servidores, los profetas. Este designio, sin embargo, permanecía escondido a muchos (…). Pero los que presentían la redención de Israel, anunciaban que Cristo vendría en la carne y con él, la paz: “Cuando él vendrá, habrá paz en la tierra”. (…) |
| Sin embargo, mientras ellos predecían la paz y el autor de la paz tardaba en llegar, la fe del pueblo se debilitaba ya que no había nadie para rescatarlos y salvarlos. Se quejaban de esa tardanza. Anunciado en otros tiempos por la boca de los santos profetas, el Príncipe de la Paz no llegaba. (…) Como si alguien en la multitud respondiera a los profetas: “¿Cuánto tiempo nos tendrán todavía en suspenso? Hace mucho tiempo que ustedes anuncian la paz y ella no llega. Prometen maravillas y todavía hay turbación. Esta promesa nos fue dicha de distintas maneras y en forma variada. Los ángeles lo anunciaron a nuestros padres y nuestros padres nos lo contaron: “Paz, paz: pero no hay paz” (…). ¡Qué Dios pruebe que “sus mensajeros son dignos de fe!”, si es cierto que son sus mensajeros! ¡Qué él mismo venga! ”. (…) |
| Por eso, sus promesas son dulces y consoladoras: « He aquí que el Señor aparecerá, no mentirá. Si tarda, espéralo, porque va a llegar, no tardará” o también “Su tiempo está cerca, sus días no tardarán”. Finalmente, “Aquí estoy. Haré correr hacia ustedes un río de paz y la gloria de las naciones como un torrente que desborda”. |
| (Referencias bíblicas: Am 3,7; Miq 5,5; Lc 1,70; Is 9,5; Heb 1,1; Jer 6,14; Ecli 36,15; cf. Hab 2,3; Is 14,1; Is 33,12) (EDD) |
Oración
Jesús, te quiero dar gracias por tus parábolas.
Con un lenguaje tan llano y sencillo nos haces comprender las actitudes que hemos de tener para vivir con realismo y fidelidad la vida de cada día.
Tienes razón cuando nos dices que hemos de aceptar que el trigo y la cizaña convivan en el mundo.
A nosotros nos gustaría que todo fuese bueno, bonito y fácil pero nos dices que el bien y el mal están mezclados porque siempre habrá los que siembren la buena semilla del trigo y los que siembran la semilla del mal, la cizaña.
Nos invitas a ser prudentes a la hora de juzgar y más aun cuando queremos hacer desaparecer a las personas que creemos que son los causantes del mal.
La vida, y mucho más las personas, es un misterio; correríamos el peligro de equivocarnos queriendo eliminar el mal, ya que podríamos arrancar también el trigo.
Ayúdame a ser sensato y prudente discerniendo, sin juzgar a las personas; pero también valiente en la lucha por el bien.
(eltestigofiel.org)

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