Evangelio según San Mateo 9,32-38.
En cuanto se fueron los ciegos, le presentaron a un mudo que estaba endemoniado. |
El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada, comentaba: "Jamás se vio nada igual en Israel". |
Pero los fariseos decían: "El expulsa a los demonios por obra del Príncipe de los demonios". |
Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias. |
Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. |
Entonces dijo a sus discípulos: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. |
Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha." |
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
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San Vicente de Paúl (1581-1660) |
«Rogad al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies»
Hay personas que por tener un porte exterior bien compuesto y el interior lleno de grandes sentimientos de Dios, se detienen en eso...; se contentan con las dulces conversaciones que tienen con Dios durante la oración... No nos engañemos: toda nuestra tarea consiste en pasar a los actos. Y esto es de tal manera así que el apóstol san Juan nos dice que tan sólo nuestras obras podrán servirnos para la otra vida (Ap 14,13). Reflexionemos pues sobre ello tanto más cuanto que, en este tiempo hay muchos que parecen virtuosos y, efectivamente, lo son, y sin embargo se inclinan hacia una vida dulce y cómoda más que a una devoción trabajosa y sólida. |
La Iglesia es comparada a una gran mies que precisa obreros, pero obreros que trabajen. No hay nada más conforme al Evangelio que acumular, por un lado, luces y fuerzas para su alma en la oración, en la lectura y en la soledad, e ir seguidamente a hacer participar a los hombres de este alimento espiritual. Es hacer lo que nuestro Señor ha hecho y, después de él lo han hecho los apóstoles; es unir el oficio de Marta al de María; es imitar la paloma que, para alimentar a sus pequeñuelos, digiere la mitad de la comida que ha tomado y después, con su pico, mete el resto en la boca de sus hijos. Esto es lo que debemos hacer nosotros, así es como, con nuestras obras, hemos de dar a Dios, testimonio de que le amamos. Toda nuestra tarea consiste en pasar a las acciones. (EED) |
Oración
Te damos gracias, Dios nuestro, por
tu llamada del Bautismo
a ser tu pueblo.
Te respondemos otra vez con nuestro "Sí".
Danos fidelidad para tu causa
y para nuestra vocación.
Renueva con un espíritu de
entusiasmo a todos los que
se dedican al servicio de
tu pueblo.
Da a nuestros jóvenes el deseo
de dedicarse a este servicio
en la vida religiosa, en el
sacerdocio, o como diáconos
y ministro laicos.
Llena sus corazones con tu
Espíritu de Sabiduría para
que proclamen tu evangelio,
y den testimonio de tu presencia
entre nosotros.
Amén.
(USCCB.org)
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