Evangelio según San Mateo 20,20-28.
La madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante él para pedirle algo. |
"¿Qué quieres?", le preguntó Jesús. Ella le dijo: "Manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda". |
"No saben lo que piden", respondió Jesús. "¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?". "Podemos", le respondieron. |
"Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre". |
Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos. |
Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad. |
Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; |
y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo: |
como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud". |
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
Orígenes (c. 185-253) |
“Jesús los llevó a solas a una montaña alta y se transfiguró ante ellos.” (Mc 9,2) Santiago, testigo de la luz
Todos los que ven a Cristo no son iluminados del mismo modo sino según la medida de su capacidad de recibir la luz. Nuestros ojos corporales no siempre están iluminados del mismo modo por el sol. Cuanto más alto uno sube, más puede contemplar su salida y mejor percibe su resplandor y su calor. Del mismo modo, nuestro espíritu cuanto más alto se eleva y sube hasta Cristo, más descubrirá el esplendor de su claridad, más intensamente será iluminado por su luz. El Señor mismo lo declara por boca del profeta: “Acercaos a mí y yo me acercaré a vosotros.” (Zac 1,3)... |
De manera que no todos nosotros nos llegamos a Cristo de la misma manera, sino que cada uno lo hace según “sus capacidades”. (Mt 25,15) O bien, nos vamos con las multitudes hacia él para que nos sacie con el pan de sus parábolas para no desfallecer por el camino (Mc 8,3), o bien, nos quedamos a sus pies, sin preocuparnos de nada más que de escuchar su palabra, sin dejarnos distraer por las múltiples necesidades del servicio. (Lc 10,38ss)... Sin duda alguna que los que se acercan así al Señor recibirán mucha más luz. |
Pero, igual que los apóstoles, sin alejarnos nunca de él, “permanecemos” constantemente con él en las tribulaciones (Lc 22,28) Cristo nos explicará en secreto lo que había dicho a las multitudes y con más claridad todavía nos iluminará. (M13,11ss). En fin, si él encuentra a alguien capaz de subir a la montaña con él, como Pedro, Santiago y Juan, éste ya no sólo será iluminado por la luz de Cristo sino también por la voz del Padre. (EDD) |
Oración
Oración para situaciones difíciles
Querido Santiago apóstol, intercede por mí en esta oportunidad.
Dios todo poderoso, principio y fin, omnipresente, omnipotente,
para ti no hay nada es imposible; a ti te alabo,
te doy todo honor y gloria y majestad.
Recibe toda alabanza, gran rey, acudo a ti en esta necesidad,
los problemas me agobian, no veo la salida, me siento ahogado.
La solución no la tiene otra persona, no la tiene el hombre,
no la tiene un trabajo, no la tiene ninguna cantidad de dinero.
Requiero de tu intervención divina en este asunto;
hecho sobre ti mis cargas.
Dios de lo imposible, te adoramos, eres invencible, soberano;
tú lo creaste todo Dios,
mandaste a tu hijo Jesús aquí en la tierra,
tu sabes cuales son las luchas humanas.
Tú sabes de qué tengo necesidad, Santiago Apóstol;
confió en que me darás la fuerza necesaria
para soportar toda situación que se me presente,
me darás toda la sabiduría para salir de cada escenario
que este atravesando,
me brindarás el entendimiento necesario
para saber el porqué de las cosas.
Tú me facilitaras la salida,
confió en ti Santiago Apóstol,
que estas en total control de esta situación,
que a ti nada se te escapa.
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