Evangelio según San Mateo 12,38-42.
Entonces algunos escribas y fariseos le dijeron: "Maestro, queremos que nos hagas ver un signo". |
El les respondió: "Esta generación malvada y adúltera reclama un signo, pero no se le dará otro que el del profeta Jonás. |
Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra tres días y tres noches. |
El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay alguien que es más que Jonás. |
El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que es más que Salomón." |
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
San Efrén (c. 306-373) |
«El signo de Jonás»
Después de todos los signos que nuestro Señor había dado, estos ciegos le dicen: «Nosotros queremos ver un signo tuyo». Nuestro Señor dejando de lado a los reyes y los profetas, sus testigos, llama a los Ninivitas... Jonás había anunciado la destrucción a los Ninivitas; el había inspirado su temor, tenía sembrado el estupor en casa de estos; y estos le presentarán el ramo de la contrición de alma y los frutos de penitencia. Las naciones han sido por tanto elegidas, y los incircuncisos son aprobados de Dios. Los paganos han recibido la vida, y los pecadores se han convertido... |
«Ellos reclaman de él un signo del cielo» (Lc 11,16), por ejemplo el trueno, como en Samuel (cf 1Sm 7, 10)... Habían entendido un predicación venida de lo alto, y no habían creído; también la predicación enseña las profundidades...» El Hijo del hombre estará en el seno de la tierra, como Jonás estuvo en el vientre de la ballena»... Jonás desde el mar enseña y predica a los Ninivitas que hagan penitencia y serán salvados; lo mismo nuestro Señor, después de haber resucitado su cuerpo del Seol, envía a sus apóstoles en medio de las naciones; serán perfectamente convertidas y recibirán la plenitud de la vida. (EDD) |
Oración
ORACIÓN PARA PEDIR LA GRACIA DE LA CONVERSIÓN
Aquí estoy, Señor, delante de ti,
con mi presente y con mi pasado a cuestas;
con lo que he sido y con lo que soy ahora;
con todas mis capacidades y todas mis limitaciones;
con todas mis fortalezas y todas mis debilidades.
Te doy gracias por el amor con el que me has amado,
y por el amor con el que me amas ahora, a pesar de mis fallas.
Sé bien, Señor, que por muy cerca que crea estar de Ti,
por muy bueno que me juzgue a mí mismo,
tengo mucho que cambiar en mi vida,
mucho de qué convertirme,
para ser lo que Tú quieres que yo sea,
lo que pensaste para mí cuando me creaste.
Ilumina, Señor, mi entendimiento y mi corazón,
con la luz de tu Verdad y de tu Amor,
para que yo me haga cada día más sensible al mal que hay en mí,
y que se esconde de mil maneras distintas, para que no lo descubra.
Sensible a la injusticia que me aleja de Ti y de tu bondad
para con todos los hombres y mujeres del mundo.
Sensible a los odios y rencores
que me separan de aquellos a quienes debería amar y servir.
Sensible a la mentira, a la hipocresía, a la envidia, al orgullo,
a la idolatría, a la impureza, a la desconfianza,
para que pueda rechazarlos con todas mis fuerzas
y sacarlos de mi vida y de mi obrar.
Ilumina, Señor, mi entendimiento y mi corazón,
con la luz de tu Verdad y de tu Amor,
para que yo me haga cada día más sensible a la bondad de tus palabras,
a la belleza y la profundidad de tu mensaje,
a la generosidad de tu entrega por mi salvación.
Ilumina, Señor, mi entendimiento y mi corazón,
para que yo sepa ver en cada instante de mi vida,
lo que Tú quieres que yo piense,
lo que Tú quieres que yo diga,
lo que Tú quieres que yo haga;
el camino por donde Tú quieres llevarme, para que yo sea salvo.
Ilumina, Señor, mi entendimiento y mi corazón,
para que yo crea de verdad en el Evangelio, la Buena Noticia de tu salvación,
y para que dejándome llevar por Ti, trabaje cada día con mayor decisión,
para hacerlo realidad activa y operante en mi vida personal y en la vida del mundo
Ilumina, Señor, mi entendimiento y mi corazón,
para que yo me haga cada día más sencillo,
más sincero, más justo, más servicial,
más amable en mis palabras y en mis acciones.
Ilumina, Señor, mi entendimiento y mi corazón,
para que Tú seas cada día con más fuerza,
el dueño de mis pensamientos, de mis palabras y de mis actos;
para que todo en mi vida gire en torno a Ti;
para que todo en mi vida sea reflejo de tu amor infinito,
de tu misericordia y tu compasión.
Perdona Señor, mi pasado.
El mal que hice y el bien que dejé de hacer.
Y ayúdame a ser desde hoy una persona distinta,
una persona totalmente renovada por tu amor;
una persona cada día más comprometida Contigo
y con tu Buena Noticia de amor y de salvación.
Dame, Señor, la gracia de la conversión sincera y constante.
Dame, Señor, la gracia de mantenerme unido a Ti siempre,
hasta el último instante de mi vida en el mundo,
para luego resucitar Contigo a la Vida eterna. Amén.
«En Jesús de Nazaret, encontramos el rostro de Dios,
que ha bajado de su cielo, para sumergirse en nuestro mundo
y enseñar el «arte de vivir», el camino hacia la felicidad;
para liberarnos del pecado y hacernos plenamente hijos de Dios.
Jesús vino para salvarnos y mostrarnos la vida buena del Evangelio».
Benedicto XVI
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