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sábado, 16 de julio de 2022

Especialmente para los que NO suelen ir a Misa los Domingos: para que vean lo que están perdiendo

 Aquí podemos ofrecerle sólo unos pocos aspectos de las mil maravillas de la Santa Misa

La Santa Misa encierra todo el valor del sacrificio de la cruz

La Santa Misa encierra todo el valor del sacrificio de la cruz... Para caer en la cuenta de lo que vale la Santa Misa, es preciso no perder de vista que el valor de ella es mayor que el que juntamente encierran todas las buenas obras, virtudes y merecimientos de todos los santos que haya habido desde el principio del mundo o haya de haber hasta el fin, sin excluir los de la misma Santísima Virgen María.

San Pedro Julián Eymard
Obras eucarísticas

Jesús quiere hacerme eucarístico.

En ese recinto (el sagrario), siempre me espera el Señor; me llama desde allí, y allí quiere hacerme "eucarístico".

Ratzinger Joseph (S.S. Benedicto XVI)
Eucaristía, centro de la vida 2003


Culto eucarístico y perfección sacerdotal. 1. Adoración.

Este culto de latría (adoración) se realiza por la digna celebración del sacrificio de la Misa, que debería celebrarse cada día con mayor fe, esperanza, caridad, devoción substancial, si no sensible. Se realiza también por la comunión eucarística, por la visita del Santísimo Sacramento, por la adoración reparadora, por la súplica y la acción de gracias.

P. Reginald Garrigou-Lagrange OP
La santificación del Sacerdote

Culto eucarístico y perfección sacerdotal. 2. Acción de gracias.

El segundo fin del sacrificio eucarístico es la acción de gracias por todos los beneficios divinos, esto es, por la creación y elevación del género humano al orden de la gracia y de la gloria, por la Encarnación redentora, por la institución misma de la Eucaristía y las gracias que de ella proceden, por las innumerables Misas y comuniones celebradas durante veinte siglos para confortamiento de las almas.

P. Reginald Garrigou-Lagrange OP
La santificación del Sacerdote


Culto eucarístico y perfección sacerdotal. 3. Reparación.







El tercer fin del sacrificio es la reparación por los pecados cometidos contra Dios y sacrilegios, perversísimos a veces, perpetrados por la inspiración del demonio; sólo Dios conoce la enormidad de ciertos sacrilegios, recuerdos vivos de la traición de Judas. Para reparar tales abominaciones se ha de celebrar santamente la Misa, y adorar la Eucaristía, públicamente expuesta.

P. Reginald Garrigou-Lagrange OP
La santificación del Sacerdote

Culto eucarístico y perfección sacerdotal. 4. Impetración.

El cuarto fin del sacrificio es la *impetración** a fin de alcanzar el auxilio divino, y las demás gracias necesarias para la salvación, máxime la de la perseverancia final que no es objeto de mérito, pero que puede obtenerse por la fuerza impetratoria de la oración, y principalmente de la suprema oración, contenida en la misma oblación de la Misa, en la que persiste "la intercesión de Cristo, vivo siempre para interceder por nosotros". Debemos unirnos a su intercesión, así como a su adoración, reparación y acción de gracias; así aumenta infinitamente el valor de nuestros actos.

P. Reginald Garrigou-Lagrange OP
La santificación del Sacerdote

Este culto eucarístico nos une íntimamente con Cristo-Sacerdote.

Esta consideración de los cuatro fines del sacrificio es sumamente práctica porque el alma, adorando a Dios, lo considera primero en su eternidad; luego mira al pasado, los beneficios recibidos, y da gracias, o los pecados cometidos para repararlos; finalmente, mira el futuro para pedir el auxilio divino.

Además, este culto eucarístico así concebido nos une íntimamente con Cristo-Sacerdote, con su adoración íntima y reparadora, con su intercesión y acción de gracias.

P. Reginald Garrigou-Lagrange OP
La santificación del Sacerdote


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