Camina a tu lado, vive pendiente de tu bienestar, es la misión que Dios le dio, ¿no sabes qué decirle? Aquí algunas ideas
«La desgracia no te alcanzará ni la plaga se acercará a tu tienda: pues a los ángeles les ha ordenado que te escolten en todos tus caminos«
Salmo 91, 10-11
Imagina que sales a pasear con tu mejor amigo o amiga y que le ignoras todo el día, no le diriges la palabra ni lo miras. ¿Qué sentirá?
Ahora piensa en tu ángel custodio. Camina a tu lado. Vive pendiente de tu bienestar, es la misión que Dios le dio. Pero no lo determinas, ni siquiera le rezas, ni lo recuerdas, ni le pides su auxilio. Está contigo, pendiente de tus necesidades, esperando que te acuerdes de él.
Aquí algunas originales representaciones de los ángeles de la guarda que te ayudarán a expandir un poco tu imaginación:
Siempre a nuestro lado
Cómo tener miedo sabiendo que está a nuestro lado… Bien decía san Josemaría Escrivá:
«Ten confianza con tu ángel custodio. Trátalo como un entrañable amigo, lo es, y él sabrá hacerte mil servicios en los asuntos ordinarios de cada día».
La lista es interminable: san Francisco de Asís, Padre Pío, santa Tersa de Ávila, san Luis Gonzaga, san Felipe Neri, santo Domingo Savio, el santo cura de Ars, don Bosco y muchos santos más tuvieron una relación muy especial con su ángel de la guarda y recomendaban a todos acudir a ellos en caso de alguna desventura.
¿Qué nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica?
«Desde su comienzo hasta la muerte, la vida humana está rodeada de su custodia y de su intercesión».
«Nadie podrá negar que cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducir su vida«.
Sabes que es él
Desde niño le he tenido gran afecto a mi ángel de la guarda. La verdad es que lo tengo muy presente con una enorme gratitud.
Cuando te recomiendo que acudas a él no es porque lo he leído, sino por las muchas vivencias en las que ha sido evidente su auxilio.
Cada vez, de alguna manera sobrenatural, he podido comprender que ha sido él.
Es como si dejara algo patente en el camino que te permite identificarlo con claridad, y lo sabes. Algún día te compartiré esas fuertes experiencias que marcaron mi vida.
«Fui yo», te dice tu ángel custodio, «estoy siempre contigo». Escribió san Josemaría:
«El ángel custodio nos acompaña siempre como testigo de mayor excepción. El será quien, en tu juicio particular, recordará las delicadezas que hayas tenido con Nuestro Señor, a lo largo de tu vida”.
Forja 93
6 cosas que le puedes pedir
Cuánta ilusión le da a tu ángel custodio verte orando con fervor, comulgar durante la santa Misa y realizar buenas obras. Y con cuánta alegría realiza las encomiendas que le haces.
Vive pendiente de ese momento en que te acuerdas de él, que tantos favores te hace.
He sabido de personas que en medio de un trágico accidente o una amenaza contra sus vidas o integridad acuden a su ángel de la guarda, piden su protección y salen airosos, como si nada.
Dale oficio a tu ángel custodio.
- No tengas reparo en pedir sus favores.
- Encomiéndale tu día.
- Pide su protección en un momento de peligro y agradécele sus cuidados.
- ¿Sabías que puedes pedirle por otras personas? Mándalo que hable con sus ángeles custodios.
- Pide que te ilumine y te cuide en medio de las grandes tentaciones.
- Envíalo a visitar y acompañar a Jesús en algún Sagrario abandonado.
Es muy conocido el caso de santa Gema, que usaba a su Ángel como cartero para que llevara sus misivas.
Los ángeles y la Eucaristía
Sabes que me encanta hablar y escribir sobre Jesús, prisionero de amor en el Sagrario.
Creo que alguna vez te lo he contado: durante esta pandemia, viendo cerradas las iglesias y a Jesús abandonado en tantos sagrarios, enviaba a mi ángel custodio a esos oratorios para que le hiciera compañía a Jesús Sacramentado.
Me ilusiona compartirte esta simpática entrevista que nos hiciera el conocido sacerdote y Youtuber con más de un millón de seguidores, el Padre Sergio Argüello y en la que hablamos de mi tema favorito: “Los Milagros patentes y la presencia de Jesús VIVO en el Sagrario”.
También te recomiendo leer este magnífico artículo sobre la vez que el ángel Custodio no pudo proteger al Padre Pío de los ataques del demonio por un motivo muy particular.
Es un escrito sencillamente extraordinario:
Ahora lo sabes, amable lector: tienes a tu lado un ángel que Dios envió para cuidarte y acompañarte.
No lo olvides, sé agradecido y antes de dormir rézale con aquella hermosa oración de la infancia:
Ángel de mi guarda,
mi dulce compañía,
no me desampares
ni de noche ni de día,
hasta que me pongas en los brazos
de Jesús, José y María.
Claudio de Castro
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