En la misa final o Misa de Envío de la JMJ de Lisboa, el Papa recuperó el lema de San Juan Pablo II: "¡No tengan miedo!" Al final de la misa, el Papa además invitó a los jóvenes a dos citas: el Jubileo de los Jóvenes en Roma en 2025 y la JMJ de 2027 en Seúl, Corea. El vídeo recoge toda la misa, y lo acompaña con imágenes aéreas de la multitud, que las autoridades contabilizan como millón y medio de personas en el Parque del Tajo (Parque Tejo).
Resumen y crónica de la Misa:
«¡No tengan miedo!»: Francisco cierra la JMJ evocando el legado de San Juan Pablo II
La misa final de la JMJ es una misa "de envío" (la misma palabra "misa" viene del latín "enviados"), y el Papa Francisco quiso finalizar su encuentro con más de millón y medio de personas recordando el gran eslogan del creador de las Jornadas, San Juan Pablo II: "¡no tengan miedo!"
Con esa frase, en los países comunistas que ahogaban la fe, Juan Pablo II devolvió fuerza y esperanza a millones de personas, y con esa frase, tomada de la liturgia de la Transfiguración, el Papa Francisco envía a los jóvenes al mundo.
Al final de la misa, el Papa además invitó a los jóvenes a dos citas: el Jubileo de los Jóvenes en Roma en 2025 y la JMJ de 2027 en Seúl, Corea.
No había una JMJ en Asia desde la de Filipinas en 1995, cuando Juan Pablo II juntó 3 o 4 millones de personas en Luna Park, considerada la mayor reunión de católicos de la historia.
"No tengan miedo"
Con la imagen original de la Virgen de Fátima, traída desde la Capelinha de las Apariciones del santuario portugués, Francisco insistió: "No tengan miedo. Ustedes, jóvenes que han vivido este gozo, diría esta gloria, porque algo de gloria tiene este encuentro, ustedes tienen sueños grandes, a veces piensan que no serán capaces, a veces son tentados por el desánimo, o por intentar esconder el dolor disfrazandolo con una sonrisa. Ustedes, que quieren cambiar el mundo, luchar por la justicia y la paz, a ustedes jóvenes que la Iglesia y el mundo necesitan, a ustedes jóvenes hoy les dicen: ¡no tengan miedo!"
Con motivo de la Fiesta de la Transfiguración de la liturgia del día, les dijo también: "Jesús mismo ahora os mira, Él que te conoce y lee en tu profundidad; mira en tu corazón, sonríe y repite que te ama siempre e infinitamente".
Misa final de la JMJ de Lisboa con el Papa Francisco y el cardenal Clemente.
"Levantaos": brillar con la luz de Cristo
Cientos de miles de jóvenes se habían levantado tras haber pasado la noche al raso en el Parque Tejo (o Parque del Tajo), en Lisboa. La mayoría había dormido muy poco. Algunos portugueses añadidos a última hora habían traído colchonetas, sacos de dormir e incluso tiendas, en principio prohibidas. Los peregrinos de lejos, que viajan con poco, durmieron sobre suelo. La brisa marina les refrescó.
Un millón de peregrinos despierta en el Parque Tejo de Lisboa para la misa final de la JMJ.
El Papa citó la frase del Pedro en el Evangelio en el monte Tabor: "¡Señor, qué bien estamos aquí" (Mt 17,4). "Fue bueno lo que vivimos con Jesús, lo que vivimos juntos y cómo oramos, pero después de estos días de gracia, nos preguntamos: ¿Qué nos llevamos cuando volvemos al valle de lo cotidiano?", planteó el Pontífice.
Respondió con 3 verbos: brillar, escuchar, no tener miedo.
El cristiano debe brillar con la alegría y la luz de Jesús y encender "chispas de esperanza en las tinieblas de este mundo".
Debe también escuchar a Jesús, "hablarle, leer su Palabra y ponerla en práctica, seguirlo... porque tiene palabras de vida eterna para nosotros, porque revela que Dios es Padre y amor, porque también nosotros nos convertimos en nosotros, gracias a su Espíritu, amados hijos. Esto es lo que necesitamos en la vida: no la fama, el éxito, el dinero, sino saber que no estamos solos, que siempre tenemos a Alguien a nuestro lado, que comenzamos y terminamos el día con la certeza del abrazo del Señor".
Y finalizó animando a vivir sin miedo, a cumplir el mandato de Jesús a los discípulos asustados: "Levantaos y no temáis" (Mt 17,7).
El texto de Juan Pablo II que inspiró a Francisco
En la versión escrita de su mensaje, el Papa contaba el mensaje de Juan Pablo II de la Vigilia de la JMJ del 2000: "Es a Jesús a quien buscas cuando sueñas con la felicidad; es Él quien os espera, cuando nada de lo que encontréis os satisface; Él es la belleza que tanto te atrae; es Él quien os provoca esa sed de radicalidad que no os permite ceder a los compromisos; es Él quien os impulsa a despojaros de las máscaras que hacen falsa la vida; es Él quien lee en vuestro corazón las decisiones más verdaderas que otros querrían sofocar. Es Jesús quien despierta en ti el deseo de hacer algo grande de tu vida. (...) No tengáis miedo de encomendaros a Él".
Peticiones en árabe, chino, alemán...
La ceremonia prosiguió con las peticiones. Los idiomas podían considerarse que tenían intencionalidades especiales. En chino se rezó por el Papa Francisco y todos los ministros del evangelio, "que puedan compartir valientemente el amor de Cristo con aquellos que no lo conocen", una forma de pedir libertad religiosa para evangelizar en lugares como China, donde esta libertad está muy restringida.
En polaco, se rezó "por los que gobiernan nuestra sociedad", para "que puedan construir una sociedad fraterna, con verdad, justicia y paz". En inglés, por los desempleados. En árabe, "por los pueblos martirizados por la guerra y la violencia, que elijan el camino del perdón, y no del odio" (hay más cátolicos árabehablantes de que rusohablantes, pero parece que se evitó la intencionalidad de dirigirse en ruso en plena guerra de Ucrania). En alemán, se rezó "por los jóvenes de la JMJ, para que fascinados por Jesús lleven esperanza y alegría a la Iglesia y al mundo".
La JMJ pasa de Lisboa a Seúl, jóvenes coreanos y portugueses posan para el momento.
Despedidas y anuncios: Roma 2025, Seúl 2027
El cardenal norteamericano Kevin Farrell, del dicasterio vaticano encargado de la JMJ, expresó en español gratitud hacia los jóvenes que "se han levantado, se han puesto en el camino que lleva a Jesucristo y a los demás", en tiempos en que "demasiadas guerras se combaten en muchas partes del mundo". Agradeció por los que no se desanimaron ante las dificultades, incluyendo la pandemia que aplazó un año la JMJ.
Antes de rezar el Ángelus final, el Papa habló de la gratitud y el deseo de corresponder (en portugués "obrigado"). Animó a testimoniar "lo que Dios puso en nuestro corazón". Dios las gracias al cardenal Clemente de Lisboa, a la Iglesia portuguesa y al pueblo de Portugal. Recordó a los santos patronos del evento, "y a uno en particular, Juan Pablo II, que dio vida a estas jornadas".
A los jóvenes les insistió: "Ustedes se van con lo que Dios puso en su corazón, cuidenlo con esmero, manténgalo presente cuando lleguen los momentos de cansancio y desánimo, que son inevitables... No olviden nunca, ¡esta es la realidad, estos son ustedes!, el santo pueblo fiel de Dios que camina con la alegría del Evangelio".
Y mencionó a los que no pudieron acudir en Lisboa pero participaron desde encuentros locales (citó el de Tánger), y los bloqueados por conflictos y guerras. "Siento un gran dolor por la querida Ucrania que sigue sufriendo", dijo entre aplausos. Quiso compartir "un sueño que llevo en el corazón, el sueño de la paz, el de jóvenes que viven en paz y rezan por la paz". Y mencionó también a las víctimas de una avalancha en Georgia, en el Cáucaso, orando por las tareas de rescate y recordando "a mi hermano el Patriarca Elías II", líder de la Iglesia de Georgia.
Los momentos más destacados de la misa final, en 90 segundos:
Acabó recordando "nuestras raíces, nuestros abuelos que nos transmitieron la fe, el horizonte de una vida. De regreso a casa, ¡sigan rezando por la paz! Ustedes esperanza para un mundo diferente".
Anunció dos citas para el futuro: en 2025, el Jubileo de los Jóvenes en Roma; y en 2027 la siguiente JMJ, "en Asia, en Seúl". Fue el momento esperado para que salieran los jóvenes coreanos con su bandera y sus obispos acompañantes.
G. de A., ReL
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