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sábado, 14 de octubre de 2023

Evangelio del día


 

Libro de Joel 4,12-21.

¡Que despierten y suban las naciones al valle de Josafat! Porque allí me sentaré para juzgar a todas las naciones de alrededor.
Pongan mano a la hoz: la mies está madura; vengan a pisar: el lagar está lleno; las cubas desbordan: ¡tan grande es su maldad!
¡Multitudes innumerables en el valle de la Decisión! Porque se acerca el Día del Señor en el valle de la Decisión.
El sol y la luna se oscurecen, las estrellas pierden su brillo.
El Señor ruge desde Sión y desde Jerusalén hace oír su voz: ¡tiemblan el cielo y la tierra! ¡Pero el Señor será un refugio para su pueblo, un resguardo para los israelitas!
Así ustedes sabrán que yo soy el Señor, su Dios, que habito en Sión, mi santa Montaña. Jerusalén será un lugar santo, y los extranjeros no pasarán más por ella.
Aquel día, las montañas destilarán vino nuevo y manará leche de las colinas; por todos los torrentes de Judá correrán las aguas, y brotará un manantial de la Casa del Señor, que regará el valle de las Acacias.
Egipto se convertirá en una desolación y Edóm en un desierto desolado, a causa de la violencia cometida contra las hijos de Judá, cuya sangre inocente derramaron en su país.
Pero Judá será habitada para siempre y Jerusalén por todas las generaciones.
Yo vengaré su sangre, no la dejaré impune, y el Señor tendrá su morada en Sión.


Salmo 97(96),1-2.5-6.11-12.

¡El Señor reina! Alégrese la tierra,
regocíjense las islas incontables.
Nubes y Tinieblas lo rodean,
la Justicia y el Derecho son

la base de su trono.
Las montañas se derriten como cera
delante del Señor, que es el dueño de toda la tierra.
Los cielos proclaman su justicia

y todos los pueblos contemplan su gloria.
Nace la luz para el justo,
y la alegría para los rectos de corazón.
Alégrense, justos, en el Señor

y alaben su santo Nombre.


Evangelio según San Lucas 11,27-28.

Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y le dijo: "¡Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron!".
Jesús le respondió: "Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican".


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Bulle

San Juan Casiano (c. 360-435)
fundador de la Abadía de Marsella
Conferencias, VIII-XVII, Sobre la ciencia espiritual, 9 (SC 54, Conférences VIII-XVII, Cerf, 1958), trad. sc©evangelizo.org


Palabras que alegran el corazón del hombre

El espíritu humano no puede permanecer vacío de pensamientos. Si no se ocupa de las cosas de Dios, se queda fatalmente comprometido con lo que aprendió precedentemente. En el momento que no tiene adonde ir y ejercer su infatigable actividad, una pendiente ineludible lo lleva hacia los temas de la primera infancia. (…)
Recogidas con entusiasmo, cuidadosamente posadas y nominadas en los retiros del alma, portando el sello del silencio, él recibirá palabras sanadoras como el vino de suave perfume que alegra el corazón del hombre. Maduradas por largas reflexiones y en la lentitud de la paciencia, las versará del receptáculo del pecho, con olas de exquisitos perfumes. Como un manantial incesante, abundarán en los conductos de la experiencia y canales plenos de virtudes. Surgirán de su corazón, como de un abismo, en ríos inagotables.
Le ocurrirá lo que dice el libro de los Proverbios dirigiéndose al hombre, en el que todo se transformó en realidad: “Bebe el agua de tu cisterna y la que fluye de tu propio pozo” (Prov 5,15). Según la palabra del profeta Isaías “Tú serás como un jardín bien regado, como una vertiente de agua, cuyas aguas nunca se agotan. Reconstruirás las ruinas antiguas, restaurarás los cimientos seculares” (Is 58,11-12). La bienaventuranza prometida por el mismo profeta le será compartida: “Aquel que te instruye no se ocultará más, sino que verás a tu maestro con tus propios ojos. Tus oídos escucharán detrás de ti una palabra: Este es el camino, síganlo, aunque se hayan desviado a la derecha o a la izquierda” (Is 30,20-21).
Entonces, no sólo toda la dirección de su corazón y su estudio, sino también las mismas disparidades de pensamiento y su vagabundaje, serán una santa e incesante meditación de la ley divina. (EDD)

Oración

Amado Dios, danos corazones que escuchen tu palabra.
Déjanos imitar al buen samaritano, quien no le da la espalda al sufrimiento.

Ayúdanos a escuchar.
Permítenos escuchar a aquellos que luchan diariamente por la dignidad.
Déjanos escuchar tu voz en las historias de aquellos en las periferias.
Ayúdanos a ver siempre lo que nos une como hermanos y hermanas.

Ayúdanos a sanar.
Que estemos dispuestos a estar en los zapatos de los otros.
Permítenos estar abiertos a las diferencias a las que lleguemos con entendimiento.
Ayúdanos a buscar reconciliación para que nuestro mundo refleje justicia.

Ayúdanos a responder.
Permite que nuestra fe nos mueva hacia la acción en el ámbito público.
Déjanos trabajar con otras personas de buena fe, para encontrar soluciones juntos.
Auxílianos, para poder ejercitar la caridad política, persiguiendo el beneficio común y la dignidad para todos.

Señor, tanos la valentía para confiar en tus manos son las que nos guían.

Danos la valentía para actuar como el Buen Samaritano, colocando a un lado las divisiones para atender las necesidades de otros. Que reconozcamos y veamos tu amor presente en las comunidades, haciéndose realidad y las formas en que nos amamos los unos a los otros.     

Amen.

(usccb.org)














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