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viernes, 20 de octubre de 2023

Evangelio del día


 

Carta de San Pablo a los Romanos 4,1-8.

¿Y qué diremos de Abraham, nuestro padre según la carne?
Si él hubiera sido justificado por las obras tendría de qué gloriarse, pero no delante de Dios.
Porque, ¿qué dice la Escritura?: Abraham creyó en Dios y esto le fue tenido en cuenta para su justificación.
Ahora bien, al que trabaja no se le da el salario como un regalo, sino como algo que se le debe.
Pero al que no hace nada, sino que cree en aquel que justifica al impío, se le tiene en cuenta la fe para su justificación.
Por eso David proclama la felicidad de aquel a quien Dios confiere la justicia sin las obras, diciendo:
Felices aquellos a quienes fueron perdonadas sus faltas y cuyos pecados han sido cubiertos.
Feliz el hombre a quien Dios no le tiene en cuenta su pecado.


Salmo 32(31),1-2.5.11.

¡Feliz el que ha sido absuelto de su pecado
y liberado de su falta!
¡Feliz el hombre a quien el Señor
no le tiene en cuenta las culpas,

y en cuyo espíritu no hay doblez!
Pero yo reconocí mi pecado,
no te escondí mi culpa,
pensando: “Confesaré mis faltas al Señor”.

¡Y tú perdonaste mi culpa y mi pecado!
¡Alégrense en el Señor, regocíjense los justos!
¡Canten jubilosos los rectos de corazón!


Evangelio según San Lucas 12,1-7.

Se reunieron miles de personas, hasta el punto de atropellarse unos a otros. Jesús comenzó a decir, dirigiéndose primero a sus discípulos: "Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
No hay nada oculto que no deba ser revelado, ni nada secreto que no deba ser conocido.
Por eso, todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad, será escuchado en pleno día; y lo que han hablado al oído, en las habitaciones más ocultas, será proclamado desde lo alto de las casas.
A ustedes, mis amigos, les digo: No teman a los que matan el cuerpo y después no pueden hacer nada más.
Yo les indicaré a quién deben temer: teman a aquel que, después de matar, tiene el poder de arrojar a la Gehena. Sí, les repito, teman a ese.
¿No se venden acaso cinco pájaros por dos monedas? Sin embargo, Dios no olvida a ninguno de ellos.
Ustedes tienen contados todos sus cabellos: no teman, porque valen más que muchos pájaros."


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

Bulle

San Juan Eudes (1601-1680)
presbítero, predicador, fundador de institutos religiosos
El Reino de Jesús, II, 30


“Descargad en él todo vuestro agobio, porque él cuida de vosotros” (1P 5,7)

    En diversos pasajes de las Sagradas Escrituras nos aseguran que constantemente cuida de nosotros con desvelo; que nos lleva y llevará siempre en su regazo, sobre su corazón y en sus entrañas; y no se conforma con decírnoslo una o dos veces, sino que lo afirma y repite hasta cinco veces en el mismo pasaje.
    Y en otro texto de Isaías nos asegura que si una madre llegara a olvidarse del hijo que un día llevó en su seno, El, sin embargo, jamás nos olvidaría y que ha escrito nuestro nombre en sus manos para no olvidarnos nunca; que si alguno nos tocara, lo heriría a El en la niña de sus ojos;  que no tenemos por qué preocuparnos de lo necesario para la vida y el vestido, pues El en persona lo hace por nosotros ya que de sobra conoce nuestras necesidades ; que ha contado todos los cabellos de nuestra cabeza y que ninguno de ellos caerá sin su licencia; que su Padre nos ama igual que a El, y que su propio amor a nosotros es idéntico al que profesa a su Padre; Que El desea estemos en donde El esté, es decir que anhela vernos reposar en el mismo regazo de su Padre; que quiere vernos sentados con El en el mismo trono; y que, en una palabra, no seamos con El sino una misma y sola persona unida a la del Padre.
(Referencias bíblicas : Is 46,3-4; 49,15-17; Za 2,12; Mt 6,31-3; 10,30; Lc 21,18; Jn 17,26; 15,9; 17,24; 1,2)  (EDD)

Oración 

Gracias, Dios, porque jamás andamos solos. Por enseñarnos la fidelidad absoluta. Tú que eres excelso modelo de compromiso y humildad, ayúdanos a merecer esa gracia. De ser fieles a tu creación y a Ti. Gracias también porque a pesar de nuestras faltas, sigues conmigo, porque a pesar de los errores y pecados, no dejas de darme bendiciones.

Padre Bendito, te damos gracias por la lealtad que me otorgas, a mí y a cada una de tus criaturas. Gracias padre por hacerme eterna compañía, fortalecer mis decisiones y ser la voz de aliento para el bien. Gracias señor por perdonarme del pecado y seguir ofreciéndome la vida y la eternidad a tu lado. Padre misericordioso, ayúdame a corresponderte.

Ayúdanos siempre, Señor. No nos abandones. Todos somos tus hijos, gracias por permitirnos la honra de conocer tu corazón. En especial por estar con aquellos cuyos seres queridos se han adelantado a tu gloria y con los prójimos que el pecado los retiene en turbulencia. Gracias por tu piedad.

(unidosenoracion.org)














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