Diego López Marina, ACI
8 de junio de 2024
Esta mañana en el Aula Pablo VI, el Papa
Francisco se dirigió a los participantes del IV Encuentro Internacional de
Corales, recordándoles las tres características fundamentales que deben tener
en su servicio a la Iglesia: armonía, comunión y alegría.
Este evento, promovido por el Coro de la Diócesis de Roma con motivo del 40º aniversario de su fundación, es organizado por Nova Opera y cuenta con el patrocinio del Dicasterio para la Cultura y la Educación y del Pontificio Instituto de Música Sacra. El encuentro se desarrolla en el Vaticano del 7 al 9 de junio de 2024.
Al inicio de su discurso, el Santo Padre,
agradeció a los organizadores del evento y resaltó el servicio que presta Mons.
Marco Frisina, fundador del Coro de la Diócesis de Roma.
Seguidamente, el Papa centró su discurso en
los tres aspectos esenciales del servicio de las corales.
Armonía en los coros musicales
Refiriéndose a la armonía, explicó que la
música tiene un “lenguaje universal e inmediato, que no necesita traducciones”.
“La música genera armonía alcanzando a
todos, consolando a quien sufre, devolviendo entusiasmo a quien está
desanimado”, aseguró, subrayando cómo esta forma de arte puede llevar a las
personas más allá de una visión materialista de la vida.
“Da así, a quien la cultiva, una mirada
sabia y sosegada, con la que se superan más fácilmente divisiones y
antagonismos”, acotó.
Comunión
en los coros musicales
En cuanto a la comunión, el Papa Francisco
resaltó el valor de trabajar juntos en un coro, “no solos”. “Y también esto nos
habla de la Iglesia y del mundo en que vivimos”.
“Nuestro caminar unidos, en efecto, se
puede representar como la ejecución de un gran ‘concierto’, en el que cada uno
participa con sus propias capacidades y ofrece su propia contribución, tocando
o cantando su ‘parte’ y encontrando así la propia unicidad enriquecida por la
sinfonía de la comunión”, explicó.
En ese sentido, el Papa recordó que así
funciona la Iglesia, “para que desde el mundo entero se eleve un canto de
alabanza a Dios”.
Alegría en los coros musicales
Finalmente, el Papa abordó la alegría,
advirtiendo sobre los peligros de la ambición y las divisiones que pueden
surgir en un coro o comunidad. “No dejen que la mentalidad del mundo lo
contamine con su propio interés, la ambición, los celos, las divisiones”,
aconsejó, animando a los presentes a mantener un alto nivel espiritual y a
vivir con entusiasmo su vocación.
El Papa concluyó su discurso agradeciendo a
los participantes por su servicio a la Iglesia y pidiendo que recen por él. “Les
agradezco que hayan venido y, sobre todo, agradezco el servicio que prestan a
la oración de la Iglesia y a la evangelización. Los acompaño con mi bendición.
Y les pido por favor que, mientras cantan, recen también por mí”, concluyó.
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