En las lecturas del Evangelio de este domingo Jesús habla de la semilla de mostaza, que siendo pequeña luego da origen a una gran planta, y otras semillas, que en lo oculto, bajo tierra, con tiempo y paciencia, luego dan grandes frutos.
Así sucede con el trabajo para el Reino de Dios: requiere la iniciativa de sembrar, pero luego requiere también paciencia y confianza en Dios.
En sus palabras previas al rezo del Ángelus dominical, desde el balcón del Palacio Apostólico, el Pontífice destacó que “varias veces Jesús usa esta similitud [la semilla y la siembra] y hoy lo hace invitándonos a reflexionar en particular sobre una actitud importante: la espera confiada”.
“En la siembra, por buena y abundante que sea la simiente que esparce el agricultor y por bien que prepare la tierra, las plantas no brotan inmediatamente: ¡hace falta tiempo! Hace falta paciencia”, subrayó el Papa.
"Es necesario que, después de sembrar, se sepa esperar con confianza, para permitir a las semillas que se abran en el momento preciso y a los brotes que germinen en la tierra y crezcan, lo suficientemente fuertes como para asegurar, al final, una cosecha abundante”.
"Debajo de la tierra ya se está produciendo el milagro, hay un enorme desarrollo, pero es invisible, se necesita paciencia y, mientras tanto, es necesario seguir cuidando las tierras, regarlas y mantenerlas limpias, a pesar de que en la superficie parezca que no sucede nada", añadió el Pontífice, señalando la relación entre confianza y trabajo: ambas cosas se requieren.
El Santo Padre señaló que “también el Reino de Dios es así”, pues “el Señor deposita en nosotros las semillas de Su Palabra y de su gracia, semillas buenas, eh, semillas abundantes, y después, sin dejar de acompañarnos, espera con paciencia”. “Y esto porque quiere que en su campo no se pierda nada, que todo llegue a la plena maduración”, resaltó.
Sin desanimarnos, esperara ayudando unos a otros
Al actuar así, precisó, “el Señor nos da un ejemplo: nos enseña también a nosotros a sembrar con confianza el Evangelio allí donde estemos y después a esperar que la semilla plantada crezca y dé fruto en nosotros y en los demás, sin desanimarnos y sin dejar de apoyarnos y ayudarnos unos a otros”.
Hacia el final de su mensaje, el Papa Francisco alentó a los fieles a preguntarse: “¿Yo siembro con confianza la Palabra de Dios en los ambientes en los que vivo? ¿Soy paciente a la hora de esperar, o me desanimo porque no veo inmediatamente los resultados? Y, ¿sé confiar todo serenamente al Señor, al tiempo que doy lo mejor de mí para anunciar el Evangelio?”
“Que la Virgen María, que acogió e hizo crecer en su interior la semilla de la Palabra, nos ayude a ser sembradores generosos y confiados del Evangelio”, concluyó.
Matanzas en Congo contra cristianos: "son mártires"
Tras rezar el Ángelus, el Papa Francisco se hizo eco de las noticias sobre violencia armada en el este de la República Democrática del Congo, donde hay cristianos que son "asesinados in odium fidei" (es decir, por odio a la fe). "Son mártires", especificó el Papa. "Su sacrificio es una semilla que germina y da frutos, y nos enseña a dar testimonio del Evangelio con valentía y coherencia”, añadió el Pontífice.
El Papa se dirigió "a las autoridades nacionales y a la comunidad internacional para que hagan todo lo posible para detener la violencia y salvaguardar la vida de los civiles".
Segçun parece, los atacantes son una organización terrorista llamada Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF, por sus siglas en inglés) que serían yihadistas que han jurado lealtad al Estado Islámico. Se habla de 80 personas asesinadas.
El Papa animó a los fieles a perseverar orando "por la paz en Ucrania, en Tierra Santa, en Sudán, en Myanmar y dondequiera que la gente sufra a causa de la guerra".
ReL
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