Aquí sólo podemos ofrecer unos pocos aspectos de las mil maravillas de la Santa Misa.
Asistir a la Santa Misa es unirse a Jesucristo. |
Asistir a la Santa Misa es unirse a Jesucristo; es, por tanto, para nosotros el acto más saludable. En ella recibimos las gracias del arrepentimiento y de la justificación, así como ayuda para evitar las recaídas. En ella encontramos el soberano medio de practicar la caridad para con los demás, aplicándoles, no ya nuestros escasos méritos, sino los infinitos de Jesucristo, las inmensas riquezas que a nuestra disposición pone. En ella defendemos eficazmente la causa de las almas del purgatorio y alcanzamos la conversión de los pecadores. La misa es para el cielo entero un motivo de gozo y produce a los santos un aumento de gloria exterior. San Pedro Julián Eymard |
La Santa Misa es el compendio de todo lo bueno que hay en la Iglesia. |
"La Misa de tal sacerdote toma demasiado tiempo, es una Misa de Semana Santa y cuando veo que se acerca al altar escapo de la iglesia". Los que así se expresan dan bien a entender que en poco, mejor dicho, que en nada aprecian el adorable sacrificio de la Misa. ¿Sabes lo que es en realidad la Santa Misa? Es el sol del mundo cristiano, el alma de la fe, el centro de la Religión católica, hacia el cual convergen todos los ritos, todas las ceremonias y todos los Sacramentos; en una palabra, es el compendio de todo lo bueno, de todo lo bello que hay en la Iglesia de Dios. San Leonardo de Porto-Maurizio |
Que vuestros hijos espirituales se acerquen frecuentemente a la Eucaristía. |
Hermanos, esforzaos por convencer a los fieles que su más excelsa ocupación es asistir a la Santa Misa y que la máxima dignidad que se puede esperar es participar del Santo Sacrificio de la Eucaristía. Nunca os sintáis satisfechos de vuestro trabajo espiritual si no lográis ver a vuestros hijos espirituales acercarse frecuentemente a la Eucaristía. S.S. Pio XII |
Cada Misa tiene un valor infinito. |
Cada Misa tiene un valor infinito, inmenso, que nosotros no podemos comprender del todo: alegra toda la corte celestial, alivia a las pobres almas del purgatorio, atrae sobre la tierra toda suerte de bendiciones, y da más gloria a Dios que todos los sufrimientos de los mártires juntos, que las penitencias de todos los santos, que todas las lágrimas por ellos derramadas desde el principio del mundo y todo lo que hagan hasta el fin de los siglos. San Juan María Vianney; Sermón sobre la Santa Misa |
Debemos procurar reproducir en el alma todo lo que se realiza sobre el Altar. |
El Sacerdote debe procurar reproducir en su alma todo lo que se realiza sobre el Altar. Como Jesucristo se inmola a sí mismo, así su Ministro debe inmolarse con él; como Jesús expía los pecados de los hombres, así él, siguiendo el arduo camino de la ascética cristiana, debe alcanzar la propia purificación y la de los demás. S.S. Pio XII |
Sé sacrificio y sacerdote de Dios. |
Así amonesta San Pedro Crisólogo: "Sé sacrificio y sacerdote de Dios; no pierdas lo que te dio la Divina Autoridad. Revístete de la estola de la santidad; cíñete con el cíngulo de la castidad; sea Cristo, velo sobre tu cabeza; esté la Cruz como baluarte sobre tu frente; pon en tu pecho el sacramento de la ciencia divina; quema siempre el perfume de la oración; aferra la espada del espíritu; haz de tu corazón como un altar y ofrece así seguro tu cuerpo como víctima a Dios... Ofrece la fe, de modo que sea castigada la perfidia; inmola el ayuno, para que cese la voracidad; ofrece en sacrificio la castidad, para que muera la lujuria; pon sobre el Altar la piedad, para que sea depuesta la impiedad; invita la misericordia, para que sea destruida la avaricia; y para que desaparezca la insensatez conviene inmolar la santidad; así tu cuerpo será tu hostia, si no está herido con algún dardo del pecado" Serm. CVIII: Migne-P.L. LII, 500, 01 S.S. Pio XII |
Un solo corazón y una sola alma en el Señor. | |
La Eucaristía, sacramento de la unidad, realiza la comunión de la Iglesia toda alrededor de un mismo Cristo. Cuanto más se unen las almas con Cristo, más se aproximan entre sí. Si los primitivos cristianos vivían en caridad fraterna tan perfecta, formando un solo corazón y una sola alma en el Señor Hc 4,32, lo debían a su unánime perseverancia en la oración Hc 1,14 y a la común participación en la fracción del pan Hc 2,42. P. Marie Michel Philipon O.P | |
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