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jueves, 25 de marzo de 2021

Especialmente para los que NO suelen ir a Misa los Domingos

La Santa Misa nos hace considerar la vida, pasión y muerte de Jesús.

La Santa Misa nos hace considerar la vida, pasión y muerte de Jesús, a la cual le sigue su gloriosa resurrección, con la diferencia de que todo esto fue vivido por la humanidad de Cristo y se cumplió durante el transcurso de 33 años, pasados realmente en las diferentes vicisitudes de la vida, mientras que en la Santa Misa, místicamente y en un breve espacio de tiempo, se renueva todo, en un estado de verdadero aniquilamiento, en el que las especies sacramentales contienen a Jesús vivo y verdadero, hasta que no lleguen a consumirse; de manera que después ya no existe su presencia sacramental en nuestros corazones, sino que regresa al seno de su divino Padre, como cuando resucitó de la muerte. Y luego, al ser consagradas nuevamente en la Santa Misa otras especies, desciende de nuevo a tomar el estado de víctima de paz y de amor propiciatorio, por lo que se renueva su estado sacramental para provecho nuestro, como viadores, y para satisfacción y gloria de su eterno Padre.

Así, en el sacramento, nos recuerda la resurrección de nuestros cuerpos a la gloria, ya que, como él, cesando su estado sacramental se va a residir al seno de su Padre, así las almas humanas, cesando su estado de vida presente, pasarán a morar eternamente en las moradas del cielo en el seno de Dios, mientras que nuestros cuerpos se consumarán al igual que las especies sacramentales, como si ya no tuvieran existencia; pero después, con un prodigio de la omnipotencia de Dios, adquirirán la vida el día de la Resurrección Universal, y unidos a la propia alma se irán a gozar, si fueron buenos, la eterna bienaventuranza de Dios; mas en el caso contrario, se apartarán de Dios, para sufrir los más atroces y eternos tormentos.

Sierva de Dios Luisa Piccarreta
Diario, volumen 1

Se necesitan tres eternidades.

Para ofrecer bien el Santo Sacrificio se necesitarían tres eternidades: una para prepararla, otra para celebrarla y una tercera para dar gracias.

San Juan Eudes


Grandes beneficios.

Mientras uno oye Misa no pierde el tiempo, sino que gana mucho, por muy dilatado que el sacerdote se esté en el Santo Sacrificio de la Misa.

Quien por los difuntos oye Misa y ora, por sí mismo trabaja.

Al que oye Misa entera, no le faltará el sustento necesario y alimento para su cuerpo.

San Agustín, Doctor de la Iglesia


Grandes auxilios.

Si alguno oye devotamente la Santa Misa alcanzará grandes auxilios para no caer en pecado mortal, y se le perdonarán sus defectos y pecados veniales e imperfecciones.

San Agustín, Doctor de la Iglesia




El alimento espiritual que nos sostiene.

La Santa Misa es el alimento espiritual que me sostiene y sin la cual no podría afrontar un solo día, ni una sola hora la vida de entrega a los pobres que he elegido.

Santa Teresa de Calcuta






Grandes auxilios.

Si alguno oye devotamente la Santa Misa alcanzará grandes auxilios para no caer en pecado mortal, y se le perdonarán sus defectos y pecados veniales e imperfecciones.

San Agustín, Doctor de la Iglesia

La Santa Misa es la escuela del amor.

La Santa Misa es la escuela en donde los católicos tienen que aprender a amar. Jesús nos da ejemplo. Nadie ama al Padre como Jesús en la Santa Misa. Nadie ama a los hombres como Jesús en la Santa Misa.

R.P. Carlos Miguel Buela IVE



Apostolado de la Santa Misa Diaria
http://www.sancta-missa-cotidiana.org





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