Vamos camino de una pascua, de un necesario morir para resurgir como Cristo en el don más excelso de Su amor
Amedida que vamos caminando siguiendo las huellas de Jesús esta Cuaresma, nos vamos descubriendo más como seres humanos llamados a vivir una libertad que imprime todo su carácter en el amor.
Vivir es pascua, vivir es pasar, vivir es caminar en libertad hacia la libertad que es a-mar
A-mar
Vivir es constantemente dar un paso detrás del otro, caminar invitados a darnos, a amar, a servir. La mayor libertad es la que se da en el a-mar, es decir, en ese fondo del mar de nuestro corazón donde anida el Espíritu de Dios y que recibió su semilla en el bautismo.
¿Sabré también entrar más a fondo en esta agua?
Cristo es el camino, que nos guía hacia esta pascua, donde es necesario morir para resurgir como Él en el don más excelso de Su amor, a una vida nueva.
El Espíritu Santo que impulsa
En las profundidades de nuestro mar interior encontramos a Dios, y también nos topamos con los límites que nos hacen humanos.
Sin embargo, en el amor sin medida, sin juicio, libre y profundo lo que importa no es cuán limitados somos, sino cuán capaces somos de dejar de vernos a nosotros mismos para ofrecernos como don.
Tenemos al Espíritu Santo que impulsa nuestros actos y nos vuelve océano para recibir y llevar a la orilla a quien ha naufragado, para conducir con sutileza a otros al puerto seguro de Dios.
Sin importar la tormenta o el mal tiempo, sabemos de antemano que Quien nos sostiene y guía, vive en nosotros.
Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo.(Mt 28,20)
Claudia Soberón, Aleteia
Artículo basado en el texto original: A-mar (A-mar con Espíritu Santo) de Pauline Lodder
Vea también Manifestación del Amor de Dios a los Hombres
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