En la Santa Misa siempre es más lo que recibimos que lo que damos. Nosotros le damos a Dios un poco de nuestro tiempo y atención y Él nos da la eternidad y toda su atención. Nosotros le damos un poco de amor y casi siempre tan imperfeto, Él en cambio nos da su infinito y perfectísimo amor divino. Y siempre, cuánto más damos, más recibimos, es decir, cuanto más frecuentemente participamos en la Santa Misa tantísimo más recibimos nosotros.En la Santa Misa siempre es más lo que recibimos que lo que damos. Nosotros le damos a Dios un poco de nuestro tiempo y atención, y Él nos da la eternidad y toda su atención. Nosotros le damos un poco de amor y casi siempre tan imperfecto, Él en cambio nos da su infinito y perfectísimo amor divino. Y siempre, cuánto más damos, más recibimos, es decir, cuánto más frecuentemente participamos en la Santa Misa, tantísimo más recibimos nosotros P. Pedro Rubio |
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