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viernes, 1 de octubre de 2021

Evangelio del día

 

Lucas 10:13-16
¡Ay de ti, Corazonada! ¡Ay de ti, Betsaida!


Jesús dijo a sus discípulos:

"¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de vosotros, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, hace tiempo que se habrían arrepentido, sentados en cilicio y ceniza. Y aun así, no les irá tan mal a Tiro y a Sidón en el Juicio como a vosotros. Y en cuanto a ti, Cafarnaúm, ¿querías ser exaltada hasta el cielo? Serás arrojada al infierno.

El que te escucha a ti, me escucha a mí; el que te rechaza a ti, me rechaza a mí, y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado".

Comentario



Bulle

San John Henry Newman (1801-1890)
teólogo, fundador del Oratorio en Inglaterra
Sermón  "Cristo ocultado del mundo", Sermones parroquiales, vol. 4 sermón 16


“Quien os escucha a vosotros, a mí me escucha; quien os rechaza a vosotros, a mí me rechaza.” (Lc 9,16)

        La Iglesia es llamada cuerpo de Cristo. Ella es lo que era el cuerpo de Cristo en su vida mortal. Es el instrumento de su poder divino. A ella nos debemos acercar para obtener la gracia. A través de ella se enciende la cólera de Dios cuando es insultada. Pero ¿qué es la Iglesia sino una entidad humilde que provoca a veces el insulto y la impiedad entre los hombres que no viven según la fe? Es un "vaso de arcilla" (2Co 4,7)...
        Sabemos que los mejores de sus ministros son personas imperfectas y falibles, sometidas a las pasiones al igual que sus hermanos. Y no obstante, de ellos Cristo ha dicho, hablando de sus apóstoles y de los sesenta y dos discípulos, (a los que los ministros actuales no son inferiores en cuanto a sus cargos): “Quien os escucha a vosotros, a mí me escucha; quien os rechaza a vosotros, a mí me rechaza, y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.” (cf Jn 13,20)
        Más aun, Cristo ha convertido a los pobres, a los débiles y afligidos en testimonios y agentes de su presencia. También aquí nos puede acechar la tentación de pasar de largo o tratarlos con irreverencia. Lo que era Cristo, lo son también sus discípulos en este mundo. Como su condición frágil y escondida incitaba a los hombres a insultarlo y a maltratarlo, así las mismas características de sus discípulos llevan a los hombres a insultarlos ahora. En todas las épocas, pues, está Cristo presente en este mundo, no menos visible ahora que durante su vida terrena. (EDD)

Oración en la fiesta de Santa Teresa del Niño Jesús

¡Oh Santa Teresita del Niño Jesús,
modelo de humildad, de confianza y de amor!
Desde lo alto de los cielos deshoja sobre nosotros
esas rosas que llevas en tus brazos:
La rosa de humildad, para que rindamos nuestro orgullo
y aceptemos el yugo del Evangelio.
La rosa de la confianza, para que nos abandonemos
a la Voluntad de Dios y descansemos en su Misericordia.
La rosa del amor para que abriendo nuestras almas
sin medida a la gracia, realicemos el único fin
para el que Dios nos ha creado a su Imagen:
Amarle y hacerle amar.
Tú que pasas tu Cielo haciendo bien en la tierra,
ayúdame en esta necesidad y concédeme del Señor
lo que Te pido, si ha de ser para gloria de Dios
y bien de mi alma. Así sea.
































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