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viernes, 14 de julio de 2023

Evangelio del día

Libro de Génesis 46,1-7.28-30.

Israel partió llevándose todos sus bienes. Cuando llegó a Berseba, ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac.
Dios dijo a Israel en una visión nocturna: "¡Jacob, Jacob!". El respondió: "Aquí estoy".
Dios continuó: "Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No tengas miedo de bajar a Egipto, porque allí haré de ti una gran nación.
Yo bajaré contigo a Egipto, y después yo mismo te haré volver; y las manos de José cerrarán tus ojos".
Cuando Jacob salió de Berseba, los hijos de Israel hicieron subir a su padre, junto con sus hijos y sus mujeres, en los carros que el Faraón había enviado para trasladarlos.
Ellos se llevaron también su ganado y las posesiones que habían adquirido en Canaán. Así llegaron a Egipto, Jacob y toda su familia
- sus hijos y sus nietos, sus hijas y sus nietas - porque él había llevado consigo a todos sus descendientes.
Israel hizo que Judá se le adelantara y fuera a ver a José, para anunciarle su llegada a Gosen. Cuando llegaron a la región de Gosen,
José hizo enganchar su carruaje y subió hasta allí para encontrarse con su padre Israel. Apenas este apareció ante él, José lo estrechó entre sus brazos, y lloró un largo rato, abrazado a su padre.
Entonces Israel dijo a José: "Ahora sí que puedo morir, porque he vuelto a ver tu rostro y que vives todavía".


Salmo 37(36),3-4.18-19.27-28.39-40.

Confía en el Señor y practica el bien;
habita en la tierra y vive tranquilo:
que el Señor sea tu único deleite,
y él colmará los deseos de tu corazón.
El Señor se preocupa de los buenos
y su herencia permanecerá para siempre;

no desfallecerán en los momentos de penuria,
y en tiempos de hambre quedarán saciados.
Aléjate del mal, practica el bien,
y siempre tendrás una morada,
porque el Señor ama la justicia
y nunca abandona a sus fieles.

Los impíos serán aniquilados
y su descendencia quedará extirpada,
La salvación de los justos viene del Señor,
él es su refugio en el momento del peligro;
el Señor los ayuda y los libera,
los salva porque confiaron en él.


Evangelio según San Mateo 10,16-23.

Jesús dijo a sus apóstoles:
"Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas.
Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas.
A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos.
Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento,
porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes.
El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir.
Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará.
Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra, y si los persiguen en esta, huyan a una tercera. Les aseguro que no acabarán de recorrer las ciudades de Israel, antes de que llegue el Hijo del hombre."


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.


Bulle

San Juan María Vianney (1786-1859)
presbítero, párroco de Ars
Sermón para el 2º Domingo de Pascua (Sermons de Saint Jean Baptiste Marie Vianney, Curé d'Ars, II, Ste Jeanne d'Arc, 1982), trad. sc©evangelizo.org


“Aquel que persevere hasta el fin se salvará” (Mt 10,22)

“Aquel que persevere hasta el fin se salvará” (Mt 10,22). El Salvador del mundo nos dice que será coronado, salvado, aquel que luche y persevere hasta el fin de sus días sin dejarse vencer. O aquel que habiendo caído se levante y persevere. Mis hermanos, estas palabras deberían hacernos temblar y congelarnos de espanto si consideráramos los peligros a los que estamos expuestos, nuestra debilidad y el número de enemigos que nos rodean. (…)
Pero, me dirán, ¿qué es perseverar? ¡He aquí mi amigo! Estar pronto para sacrificar todo -bienes, voluntad, libertad y su misma vida- para no desagradar a Dios. Ustedes dirán: ¿qué es no perseverar? He aquí. No perseverar es caer de nuevo en los pecados que ya hayamos confesado, seguir con las malas compañías que nos hayan llevado hacia el pecado, enorme infelicidad que nos hace perder a Dios. (…) Mis hermanos, si los santos temblaron toda su vida por el temor de no perseverar, ¿qué será de nosotros que no tenemos virtud, ni gran confianza en Dios, estamos cargados de pecado y poco atentos para no caer en las trampas del demonio? Caminamos cómo ciegos en medio de grandes peligros, dormimos tranquilamente entre una multitud de enemigos encarnizados en nuestra perdición.
Ustedes dirán ¿qué hace falta entonces para no sucumbir? Mi amigo, he aquí. Hay que huir las ocasiones que antes nos hicieron caer, recurrir sin cesar a la oración, frecuentar dignamente los sacramentos. Si ustedes lo hacen, si siguen ese camino, ustedes estarán seguros de perseverar. Pero si no toman esas precauciones, podrán tomar otras medidas pero no dejarán de perderse.  (EDD)

Oración

¡En este mes de Julio, Señor, quiero ponerme en manos de tu Madre la primera misionera para que mi vida se convierta en una asistencia espiritual, humana y material a todos los que lo necesiten! ¡Concédeme la gracia de salir en misión para dar a conocer el amor que Dios siente por cada hombre, especialmente a los más necesitan de su misericordia! ¡Concédeme, Señor, la gracia de tomar conciencia de que mi misión como cristiano es darte a conocer, es que te amen, es que las personas que me rodean alcancen el conocimiento de la verdad, para que aspiren a la vida eterna y a la plena felicidad! ¡Señor, como bautizado, que sea capaz de hacer mía siempre tu máxima: “Como tú me enviaste al mundo, así yo los envío también al mundo”! ¡Señor, hazme misionero de tu Evangelio y lléname de la luz de tu Espíritu porque solo podré salir en misión bajo el impulso de tu Santo Espíritu, alma vivificante de la evangelización! ¡Abre, Señor, en todo momento mi mente y mi corazón para sostener mi misión desde el amor! ¡Fortalécela desde la oración y que mi oración sirva también para sostener a tantos que llevan tu Palabra al mundo! ¡Señor, que donde no puedan llegar mis manos y mis pies, llegue al menos mi plegaria de comunión de los santos! ¡Que no olvide nunca, Señor, que para anunciar el Evangelio son necesarias primero mis obras de amor, que mis palabras sean las tuyas, que mis gestos sean los tuyos y mis actitudes las tuyas! ¡Recuérdame en todo momento, Señor, que nada de lo que haga es fruto de mi persona sino que todo es expresión de la fuerza que viene de Dios! ¡Pon, Señor, por medio de María, mi vida al servicio de la misión para contribuir a darte a conocer y no a darme para ser aplaudido! ¡Y a Ti, María, Estrella de la Evangelización, en este mes que dedicamos a Ti, ayúdame a tomar conciencia de mi ser cristiano tan unido a la misión que Cristo nos pide en la Pascua!  

Nota: En el Perú celebramos la fiesta de San Francisco Solano un gran predicador. El evangelio habla también del envío de los apósotoles.

























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