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domingo, 23 de julio de 2023

Una poderosa letanía a la Preciosísima Sangre de Cristo

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Esta antigua y profunda invocación nos recuerda el gran sacrificio del Señor Jesucristo en la cruz

Una de las primeras devociones en la Iglesia fue a la Preciosa Sangre de Jesucristo. Gran parte de esta devoción se deriva del relato bíblico del sacrificio de Jesús en la cruz y de la sangre que brotó de su costado. A continuación, presentamos una letanía de la Preciosa Sangre de Jesucristo que fue aprobada por el Papa Juan XXIII el 24 de febrero de 1960.

Señor ten piedad. Señor ten piedad.
Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad.
Señor ten piedad. Señor ten piedad. 

Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Cristo, por favor escúchanos. Cristo, por favor escúchanos. 

Dios Padre del Cielo, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, Dios Único, ten piedad de nosotros. 

Sangre de Cristo, Hijo unigénito del Padre eterno, sálvanos.
Sangre de Cristo, Verbo Encarnado, oh Dios, sálvanos.
Sangre de Cristo, del Nuevo y Eterno Testamento, sálvanos. 

Sangre de Cristo, caída sobre la tierra en Agonía, sálvanos.
Sangre de Cristo, derramada profusamente en la Flagelación, sálvanos.
Sangre de Cristo, que brotó en la Coronación de Espinas, sálvanos. 

Sangre de Cristo, derramada en la Cruz, sálvanos.
Sangre de Cristo, precio de nuestra salvación, sálvanos.
Sangre de Cristo, sin la cual no hay perdón, sálvanos. 

Sangre de Cristo, bebida eucarística y refrigerio de las almas, sálvanos.
Sangre de Cristo, torrente de misericordia, sálvanos.
Sangre de Cristo, vencedora de los demonios, sálvanos. 

Sangre de Cristo, valor de los Mártires, sálvanos.
Sangre de Cristo, fuerza de los Confesores, sálvanos.
Sangre de Cristo, alumbramiento de las Vírgenes, sálvanos. 

Sangre de Cristo, auxilio de los que están en peligro, sálvanos.
Sangre de Cristo, alivio de los agobiados, sálvanos.
Sangre de Cristo, consuelo en el dolor, sálvanos. 

Sangre de Cristo, esperanza del penitente, sálvanos.
Sangre de Cristo, consuelo de los moribundos, sálvanos.
Sangre de Cristo, paz y ternura de los corazones, sálvanos. 

Sangre de Cristo, prenda de vida eterna, sálvanos.
Sangre de Cristo, que liberas a las almas del purgatorio, sálvanos.
Sangre de Cristo, dignísima de toda gloria y honor, sálvanos. 

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros, Señor. 

V.   Nos has redimido, Señor, con tu sangre. 

R. Y nos has hecho, para nuestro Dios, un reino

Oremos: 

Dios todopoderoso y eterno, que has designado a tu Hijo unigénito como Redentor del mundo y has querido ser apaciguado por su sangre. Concédenos, te suplicamos, que podamos adorar dignamente este precio de nuestra salvación y por su poder seamos salvados  de los males de la vida presente para que podamos gozar de sus frutos para siempre en el cielo.  

Por el mismo Cristo, Señor nuestro. Amén.

Philip Kosloski, Aleteia 

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