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viernes, 28 de febrero de 2025

(EN VIVO) El Papa no celebrará públicamente el Miércoles de Ceniza

 

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Aleteia reúne, en un solo lugar, toda la información sobre la salud del Papa Francisco con actualizaciones en tiempo real. Hospitalizado en la clínica Gemelli desde el 14 de febrero, el Papa ha salido de la fase crítica de la enfermedad; sin embargo, aún no retomará sus actividades habituales

Viernes 28 de febrero

9:00 amel Papa no celebrará en público la Misa del Miércoles de Ceniza

El cardenal Angelo de Donatis, ex vicario de Roma y actual penitenciario mayor, celebrará la liturgia del Miércoles de Ceniza en el Aventino el 5 de marzo, en ausencia del Papa Francisco, que todavía está hospitalizado, informó el 28 de febrero de 2025 la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

El equipo médico quiere evitar exponer al Papa de 88 años a corrientes de aire o reanudar sus actividades demasiado pronto. En este contexto, el cardenal Angelo de Donatis, Penitenciario Mayor, ha sido designado por el Papa Francisco para presidir en su nombre la liturgia del Miércoles de Ceniza, que se celebrará el 5 de marzo en el Aventino.

Como es tradición casi cada año, esta liturgia de las Cenizas comenzará a las 16:30 horas en la iglesia Saint-Anselme regentada por los benedictinos, después una procesión conducirá a los participantes hasta la Basílica de Santa Sabina, regentada por los dominicos. Aquí es donde se celebrará la Misa.

8:00amLa noche transcurrió en paz

"Como en los días anteriores, la noche transcurrió en paz y el Papa se encuentra actualmente descansando", afirmó el Vaticano el 28 de febrero de 2025, la mañana del decimoquinto día de hospitalización del Papa Francisco.

"El Papa ha salido de la fase más crítica", confió anoche una fuente vaticana; sin embargo, el Pontífice deberá permanecer varios días más en el policlínico Gemelli de Roma, añade el boletín médico, hablando siempre de un cuadro clínico complejo. La Santa Sede no ha indicado aún si el Papa de 88 años podrá recitar públicamente el Ángelus el próximo domingo.

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Evangelio del día

 


Libro de Eclesiástico 6,5-17.

Las palabras dulces multiplican los amigos y un lenguaje amable favorece las buenas relaciones.
Que sean muchos los que te saludan, pero el que te aconseja, sea uno entre mil.
Si ganas un amigo, gánalo en la prueba, y no le des confianza demasiado pronto.
Porque hay amigos ocasionales, que dejan de serlo en el día de tu aflicción.
Hay amigos que se vuelven enemigos, y para avergonzarte, revelan el motivo de la disputa.
Hay amigos que comparten tu mesa y dejan de serlo en el día de la aflicción.
Mientras te vaya bien, serán como tú mismo y hablarán abiertamente con tus servidores;
pero si te va mal, se pondrán contra ti y se esconderán de tu vista.
Sepárate de tus enemigos y sé precavido con tus amigos.
Un amigo fiel es un refugio seguro: el que lo encuentra ha encontrado un tesoro.
Un amigo fiel no tiene precio, no hay manera de estimar su valor.
Un amigo fiel es un bálsamo de vida, que encuentran los que temen al Señor.
El que teme al Señor encamina bien su amistad, porque como es él, así también será su amigo.


Salmo 119(118),12.16.18.27.34.35.

Tú eres bendito, Señor:
enséñame tus preceptos.
Mi alegría está en tus preceptos:
no me olvidaré de tu palabra.

Abre mis ojos,
para que contemple las maravillas de tu ley.
Instrúyeme en el camino de tus leyes,
y yo meditaré tus maravillas.

Instrúyeme, para que observe tu ley
y la cumpla de todo corazón.
Condúceme por la senda de tus mandamientos,
porque en ella tengo puesta mi alegría.


Evangelio según San Marcos 10,1-12.

Jesús fue a la región de Judea y al otro lado del Jordán. Se reunió nuevamente la multitud alrededor de él y, como de costumbre, les estuvo enseñando una vez más.
Se acercaron algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: "¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?".
El les respondió: "¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?".
Ellos dijeron: "Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella".
Entonces Jesús les respondió: "Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes.
Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y mujer.
Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre,
y los dos no serán sino una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne.
Que el hombre no separe lo que Dios ha unido".
Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto.
El les dijo: "El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquella;
y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio".


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.


Bulle

San Juan Pablo II (1920-2005)
papa
Homilía para la apertura del Sínodo sobre la Familia, 26/09/1980, §5 y 7


“Los dos serán una sola carne”

Cuando Cristo, antes de su muerte, en el umbral de su misterio pascual, ora al Padre diciendo: “Padre Santo, guarda en tu nombre a los que me has dado para que sean uno, como tú y yo somos uno” (Jn 17,11), pedía también, quizás de un modo privilegiado, por la unidad de los matrimonios y de las familias. Ora por la unidad de sus discípulos, por la unidad de la Iglesia. Ahora bien, el misterio de la Iglesia es comparado por San Pablo al matrimonio. (Ef 5,32)
La Iglesia, por tanto, no sólo coloca el matrimonio y la familia en un lugar especial dentro de sus afanes, sino que, en cierto modo, considera también el matrimonio como preclara imagen suya. Colmada del amor de Cristo-Esposo, que nos amó "hasta el extremo", la Iglesia mira hacia los esposos, que se juran amor hasta la muerte, y considera como tarea suya peculiar salvaguardar este amor, esta fidelidad y esta honestidad y todos los bienes que nacen de ahí para la persona humana y para la sociedad. Es precisamente la familia la que da la vida a la sociedad. Es en ella donde, a través de la obra de la educación, se forma la estructura misma de la humanidad, de cada hombre sobre la tierra.
He aquí lo que dice, en el Evangelio de hoy, el Hijo al Padre: "Yo les he comunicado las palabras que tú me diste, y ellos ahora las recibieron... y creyeron que tú me has enviado...; todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío" (Jn 17, 8-10). ¿No resuena, en el corazón de las generaciones, el eco de este diálogo? ¿No constituyen estas palabras algo así como la historia viva de cada una de las familias y, a través de la familia, de cada hombre?... "Yo ruego por ellos..., por los que tú me diste; porque son tuyos" (Jn 17, 9).   (EDD)

Reflexión sobre el cuadro

En la lectura del Evangelio de esta mañana, Jesús presenta la visión que Dios tiene del matrimonio, tal como se expone en el libro del Génesis: una unión entre un hombre y una mujer, en la que se comprometen el uno con el otro para toda la vida, convirtiéndose en uno solo. Incluso en la época de Jesús, este ideal era recibido con escepticismo. Algunos lo consideraban poco realista, sin tener en cuenta la complejidad de las relaciones humanas. Sin embargo, Jesús reafirmó la enseñanza del Génesis.

Esta visión del matrimonio sigue encontrando resistencia hoy en día. Muchos abogan por una definición más amplia y flexible del matrimonio. Sabemos que, lamentablemente, no todos los matrimonios perduran. Muchos de nosotros lo hemos visto en nuestro propio círculo de amigos o incluso de familiares. Sin embargo, a pesar de estos desafíos, la visión que presenta Jesús era algo más que un mero acuerdo social. Era un vínculo de amor entre dos personas, que reflejaba el amor fiel de Dios por su pueblo. La Iglesia primitiva llegó a ver el matrimonio de forma similar, como una expresión del amor de Cristo por su Iglesia. Esta visión no siempre es fácil de mantener, especialmente en una cultura que a menudo la cuestiona o la desprecia.

Las presiones culturales y las normas sociales han cuestionado durante mucho tiempo la visión sacramental del matrimonio de la que habló Jesús. Un ejemplo sorprendente de ello es el cuadro de 1862 El Matrimonio Desigual, de Vasili Vladimirovich Pukirev. El título del cuadro refleja el claro desequilibrio entre la novia y el novio. La disparidad de edades es notable. Mientras que el novio parece tener más de sesenta años, la joven novia, aparentemente veinteañera, parece resignada y apenada. Este contraste emocional es fundamental para el mensaje del cuadro: el novio, que parece complacido y satisfecho de sí mismo, sugiere que la unión no se basa necesariamente en el amor. Esta era una realidad común en la Rusia del siglo XIX, donde las jóvenes, sobre todo las de familias pobres, solían casarse con hombres mayores y ricos en matrimonios concertados. La obra de Pukirev critica este sistema, destacando cómo el matrimonio se trataba a menudo como una transacción más que como una asociación de amor.

El cuadro también tiene un profundo significado personal para el artista. Algunos creen que el propio Pukirev estuvo enamorado de una mujer que se vio obligada a contraer matrimonio. Por ello, se cree que la figura lúgubre del fondo, que observa el desarrollo de la escena, es un autorretrato que simboliza su propio desamor. A través de esta composición cargada de emoción, Pukirev no sólo expone las injusticias sociales de su época, sino que también capta el dolor universal del amor perdido a causa de las expectativas sociales.

by Padre Patrick van der Vorst

Oración por la protección del matrimonio


Padre amado, gracias por nuestro matrimonio. Gracias porque tú nos permitiste encontrarnos y unirnos. Este matrimonio es un regalo tuyo y te alabamos por tu bondad. Ahora te rogamos, Señor, que nos protejas de los ataques del enemigo. Sabemos que su labor es crear división y destruir, por eso te pedimos que nos guardes de sus ataques y nos ayudes a mantenernos atentos, protegiéndonos el uno al otro.

Danos mucha sabiduría y discernimiento para estar alertas ante las trampas que el enemigo ponga frente a nosotros. Ayúdanos a tener claro lo que viene de ti y lo que no. Queremos permanecer unidos el uno al otro y unidos a ti, la fuente del verdadero amor. Por favor, ayúdanos a glorificarte con nuestra unión y a ser ejemplo para otros de lo que es vivir unidos por ti.

Ayúdanos a detenernos cuando algo nos moleste, que no nos dejemos llevar por el enojo o la confusión. Ayúdanos a buscar tu rostro y tu dirección, a hablar palabras que edifican y a actuar como tú lo deseas. Protégenos de tentaciones, de situaciones o personas que desean hacernos caer. Danos la entereza para decir no, y enfocarnos en fortalecer nuestro matrimonio y adorarte a ti.

Padre Dios, confiamos que con tu protección y con la unción de tu Santo Espíritu sobre nosotros, viviremos muchos años más juntos y llenos de tu amor. En ti confiamos, nuestro Señor y Dios. En el nombre de Jesús, amén.

Oración por la unidad en el matrimonio

Señor amado, muchas gracias por la bendición de nuestro matrimonio. Gracias por tu cuidado sobre nosotros día tras día. Gracias porque contigo podemos seguir adelante incluso en medio de las situaciones difíciles que se nos presentan. Gracias por la obra que has hecho en nosotros durante todos estos años y gracias por ayudarnos a llegar hasta aquí.

Padre, te rogamos que fortalezcas nuestra unión y nos ayudes a permanecer unidos. Son muchas las actividades y las personas que claman por nuestra atención. Ayúdanos a seguir dándonos prioridad el uno al otro, a desear compartir los momentos más importantes el uno con el otro y a trabajar activamente por nuestra unidad como pareja.

Señor, ayúdanos a estar atentos ante cualquier amenaza a nuestra unidad. Que no permitamos que nada ni nadie se meta entre nosotros y cause separación. Queremos permanecer unidos, emocional, física y espiritualmente, conectados el uno al otro y firmes en ti. Fortalece nuestro andar contigo, y que, según crecemos más cerca de ti, nos acerquemos más el uno al otro.

Gracias por todo lo que has hecho en nosotros y por nosotros hasta el día de hoy. Y gracias porque podemos tener la certeza de que seguirás con nosotros, ayudándonos en nuestro caminar juntos. En el nombre de Jesús, amén.

(bibliaon)














jueves, 27 de febrero de 2025

Cómo la Biblia regresó a muchos protestantes a la Iglesia

otwarte Pismo święte i szkło powiększające - atrybuty profesor Anny Świderek

Leer la Biblia con profundidad y coherencia ha hecho que muchos hermanos regresen a la Iglesia católica, incluso llegando a ser verdaderos apologetas cristianos

En las últimas décadas un buen número de pastores protestantes de diferentes denominaciones se ha convertido al catolicismo. Cada uno de ellos ha tenido su propio proceso de conversión pero todos ellos se sienten agradecidos por “su regreso al hogar”. Y de distintas maneras continúan sus caminos como verdaderos apologetas del cristianismo.

La ejemplar y admirable investigación bíblica, profunda y coherente, que ellos describen es la que tratamos de resumir aquí.

¿Cuál es la Iglesia verdadera? ¿La Biblia antes que la Iglesia?

Liturgia de la palabra

Para los protestantes, la Biblia es el “único” fundamento de fe, doctrina y conducta. Niegan, por tanto, la autoridad de la Iglesia. Pablo responde claramente a este problema en 1 Tim 3, 15:

“Para que así sepas cómo hay que comportarse en la casa de Dios, que es la Iglesia de Dios vivo, columna y fundamento de la verdad”.

Por tanto el fundamento de la verdad no es la Biblia, sino Jesucristo continuado por su Iglesia. “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Jn 14,6).

Sin embargo, para ellos, como solo la Biblia tiene autoridad, solo en la Biblia pueden encontrar la Iglesia verdadera: todos inician su conversión con una rigurosa búsqueda en las Sagradas Escrituras.

En este análisis se enfrentan con la primera cuestión: ¿en cuál de las pretendidas Iglesias se encuentra la plenitud de la gracia y del conocimiento divino?: (cf. Mt 28, 19-20; Jn 20, 30; Ga 1, 9; Ef 1, 22; 2, 21; 1 Ts 2, 7; 2 Ts 2, 15; 1 Ti 3, 15; y 1 Jn 2, 19; 4, 6).

Además, la división entre los cristianos no solo es contraria a lo dispuesto por Jesús, sino que también es causa de incredulidad para muchos (Jn 17, 21.23).

Cuando analizan el fondo eclesial de la Biblia y del cristianismo primitivo, comienzan a ver la Iglesia católica como la verdadera Iglesia de Jesucristo.

Esta es la Iglesia que descubren en la Biblia:

Una Iglesia apostólica: Jn 15, 16; 20, 21; Lc 22, 29-30; Mt 16, 18; Jn 10, 16; Lc 22, 32 ;Jn 21, 17; Ef 4, 11; 1 Ti 3, 1.8; 5, 17,

Con autoridad: Mt 28, 18-20; Jn 20, 23; Lc 10, 16; Mt 28, 20

Perpetua: Is 9, 6-7; Dan 2, 44; 7, 14; Lc 1, 32-33; Mt 7, 24; 13, 24-30; 16, 18; Jn 14, 16; Mt 28, 19-20

Infalible: Jn 16, 13; 14, 26; 1 Ti 3, 15; 1 Jn 2, 27; Hch 15, 28; Mt 16, 19.

Con unidad completa (espiritual y visible) de esa Iglesia: Jn 10, 16; 17, 17-23; Ef 4, 3-6 [cf 3, 21; 4, 14]; Rm 16, 17; 1 Co 1, 10; Flp 2, 2; Rm 12, 5; Col 3, 15.

Confirmada por el testimonio de los Padres de la Iglesia: en los primeros siglos de la era cristiana: San Clemente Romano (97 d.C.), San Justino Mártir (155), San Ignacio de Antioquía (165), Tertuliano (197), San Cipriano (250) y San Agustín (397), entre otros.

Respetando la Tradición: Pablo en Ts 2,15: “Así que, hermanos, estén firmes, y retengan la tradición que han aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra”.

“Los alabo, hermanos, porque en todo se acuerdan de mí, retienen las tradiciones tal como se las entregué” (1 Cor. 11,2).

Hay Tradición oral y escrita: (2 Tes 2,15; 2 Tim 1,13-14; 2,2). Pablo no hace distinción entre las dos formas.

Primacía del apóstol Pedro

Pedro fue el primero entre los Apóstoles: Mt 16,18-19; Lc 22,31-2; Jn 21,15-17.

El nombre de Pedro aparece el primero en todas las listas de los apóstoles; un ángel indica que él es la cabeza de los Apóstoles (Mc 16m7), y es aceptado por los otros (Hch 2:37-8,41).

Pedro realiza el primer milagro del tiempo de la Iglesia (Hch 3,6-8), pronuncia la primer anatema (Hch 5,2-11), resucita muertos (Hch 9,40). Es el primero en recibir a los gentiles (Hch 10,9-48), y su nombre es mencionado más que a ninguno de los otros discípulos puestos por junto (191 veces).

Con todas esas características, la evidencia bíblica y la historia señalan a la Iglesia católica como la Iglesia de Jesucristo.

¿Cuál es la Biblia correcta?

Su siguiente paso es decidir en cuál de las Biblias deben realizar su investigación.

Los protestantes heredaron la Biblia de la Iglesia católica que la conservó y protegió durante los 16 siglos anteriores, no solamente en lengua griega y latina sino traducida a muchas otras lenguas vernáculas

Pero hay siete libros de la Biblia católica que los protestantes no admiten, aparte de importantes diferencias de traducción: Tobías, Judit, 1 y 2 de Macabeos, Eclesiástico, Sabiduría y Baruc, más las adiciones en griego de Ester y Daniel.

Los protestantes llaman apócrifos a estos libros y los católicos los llaman Deuterocanónicos.

Martín Lutero excluyó de su traducción bíblica esos libros, como intentó excluir, también, las cartas de Santiago y el Apocalipsis.

Estos libros que excluye Lutero son los mismos que excluyeron, en el Concilio de Jamnia, los judíos fariseos (anticristianos), año 90 d.c., por considerarlos de cultura griega e influencia cristiana. Eso mismo hacen los protestantes. Eso es lo que hizo Lutero.

Por otro lado, los hallazgos más recientes en Mar Muerto o Rollos de Qumrán, prueban que esos siete libros también se encontraban en su original arameo o hebreo antes de ser traducidos al griego en la Biblia de los 70.

Hay que tener en cuenta que Jesucristo y los primerísimos cristianos, cuando hablan de la Sagrada Escritura no se refieren al Nuevo Testamento que se redactó posteriormente y cuyo contenido fue transmitido por la Tradición oral y escrita.

“Pero el Consolador, el Espíritu Santo, Él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que os he dicho”.

Juan 14,26

¿Y quién interpreta la Biblia?

"Sépanlo bien: nadie puede interpretar por sí mismo una profecía de la Escritura, ya que ninguna profecía proviene de una decisión humana, sino que los hombres de Dios, movidos por el Espíritu Santo, dijeron sus mensajes".

2 Pedro 1, 20-21

El propio Lutero, al final de su vida sufre las consecuencias de la libre interpretación de la biblia reclamada por él mismo.

Y en 1525 tuvo que lamentar la triste situación que se había creado desde el principio a causa de la interpretación privada de la Escritura. Afirmó:

"Hay tantas sectas y creencias como cabezas. Aquel miembro no quiere tener nada que ver con el bautismo; otro niega el Sacramento; un tercero cree que hay otro mundo entre este y el Último Día. Algunos enseñan que Cristo no es Dios; unos dicen esto, otros aquello. Si un rústico, por rudo que sea, sueña o se imagina alguna cosa, ya se cree que ha oído el susurro del Espíritu Santo, y se cree que él mismo es un profeta".

Grisar, Lutero IV, 386ss

Los investigadores protestantes descubren que los católicos “de a pie” confían inteligentemente esa tarea al Magisterio de la Iglesia por varias razones:

  1. El fiel común no dispone de tiempo suficiente para dedicarse cada uno a “investigar e interpretar” correctamente un libro tan profundo como la Biblia, aunque lo conocen bien y lo utilizan para encontrar a Dios y orar, para ilustrar su piedad y cultura.
  2. Comprenden que esa labor de investigación e interpretación ha llevado siglos de reflexión a personas especializadas y con conocimientos suficientes en disciplinas muy concretas: historia del pueblo hebreo y de la Iglesia Católica, lenguas como el arameo, hebreo, griego y latín; exégesis bíblica, teología, arqueología, géneros literarios,… Bibliotecas y más bibliotecas han acumulado durante esos siglos una ciencia teológica que tiene la veteranía y catadura del vino bien acunado y que, el paso del tiempo no ha hecho más que perfeccionar.
  3. Mt 16,19: “Todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos y…” Observan como la Iglesia ha empleado durante más de veinte siglos esa autoridad de forma muy prudente y concienzuda, tomando muchos años, a veces siglos, de investigación para definir las verdades de la fe tan espléndidamente expuestas en el Catecismo que es un verdadero tratado de teología sistemática con fundamento bíblico.
  4. En su doctrina no dependen de lo primero que se le ocurra a un párroco o a un teólogo, o incluso a un Obispo, por inteligentes que sean. Ni siquiera dependen de que un papa sea santo y haya habido papas viciosos. La Iglesia está gobernada por el Espíritu Santo. “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, Él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que os he dicho” (Juan 14,26).

Javier Ordovás, Aleteia

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en la fe y para anunciar el amor de Dios