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miércoles, 12 de febrero de 2025

Francisco interrumpe nuevamente su audiencia por la bronquitis: ya son tres veces en una semana

 "Con la bronquitis no puedo, espero poder la próxima semana", dijo este 12 de febrero

Pierluigi Giroli leyendo la catequesis del Papa Francisco.

Luigi Giroli, funcionario de la Secretaría de Estado, leyendo la catequesis del Papa este 12 de febrero.

jOSE mARia Carrera, ReL

    Una semana después de que Francisco mostrase sus primeros síntomas de bronquitis y encomendase la lectura de su catequesis a Luigi Giroli, funcionario de la Secretaría de Estado, el pontífice de 88 años se ha visto obligado a acudir nuevamente al sacerdote este 12 de febrero.

    Durante la catequesis que pronuncia cada miércoles en la audiencia general, hoy dedicada a profundizar sobre el nacimiento de Jesús en Belén, Francisco interrumpió su intervención y anunció: “Yo todavía con la bronquitis no puedo, espero poder la próxima semana”.

    Acto seguido encomendó su catequesis al padre Luigi Giroli, como también hizo el pasado 5 de febrero.

    Aunque la bronquitis le impide desarrollar su agenda con total normalidad por episodios como el de las dos últimas audiencias, continúa acudiendo a la práctica totalidad de sus citas y audiencias, que tienen lugar en la Casa Santa Marta, su residencia oficial en el Vaticano, para evitar su desplazamiento al Palacio Apostólico.

    La humildad del hijo de Dios que "entra en la historia"

    En su catequesis, Francisco profundizó en cómo, con el nacimiento de Jesús en Belén, “el hijo de Dios entra en la historia convirtiéndose en nuestro compañero de viaje y comienza a viajar cuando aún está en el vientre de su madre”.

    Siguiendo el Evangelio de San Lucas, destacó la humildad de un Dios que, al entrar en la historia, “no desestabiliza las estructuras del mundo, sino que quiere iluminarlas y recrearlas desde dentro”.

    A lo largo del texto, el pontífice plasmó algunas de esas muestras de la humildad de Dios narradas en el Evangelio.

    Entre ellas, que el hijo de Dios “no nace en un palacio real, sino en la parte trasera de una casa, en el espacio donde están los animales”. O también que los primeros testigos de aquel acontecimiento sean pastores, “hombres con poca cultura que viven al margen de la sociedad”. A ellos, Dios los elige como “destinatarios de la noticia más maravillosa que jamás haya resonado en la historia. En un lugar muy humilde, reservado a los animales, nace para ellos el Mesías tan esperado, para ser su Salvador, su Pastor”.

    Concluía la catequesis llamando a los presentes a pedir la gracia del “asombro y alabanza ante Dios” como los pastores, así como de ser custodios de los talentos, carismas, vocación y personas confiadas por Dios.

    “Pidamos al Señor saber discernir en la debilidad la fuerza extraordinaria del Niño Dios, que viene para renovar el mundo y transformar nuestras vidas con su proyecto lleno de esperanza para toda la humanidad”, despedía.

    "En vuestro rezos cotidianos, pedid la paz"

    Tras la catequesis dirigió sus saludos a los peregrinos de lengua italiana, mostrando también su preocupación ante las situaciones de conflicto y guerras.

    “Pienso en tantos países que están en guerra. Hermanos y hermanas recemos por la paz. Hagamos algo por la paz. No os olvidéis que la guerra es una derrota siempre”, enfatizó.

    Y añadió: “No hemos nacido para matar sino para hacer crecer a los pueblos. Que se encuentren caminos de paz. En vuestro rezos cotidianos, pedid la paz. Por la atormentada Ucrania, por Palestina, Israel, Myanmar, Kivu del Norte (región de la República Democrática del Congo), Sud Sudán… Hagamos penitencia por la paz”, concluyó finalmente.

    Una semana de bronquitis, sin graves consecuencias aparentes

    Este miércoles se cumple la primera semana desde que comenzaron a mostrarse los primeros síntomas. Aunque sin graves consecuencias aparentes, el pontífice ya se ha visto obligado a interrumpir actos públicos en tres ocasiones.

    La primera de ellas el 5 de febrero, cuando se excusó ante los cientos de fieles reunidos en el Aula Pablo VI durante la audiencia por su incapacidad para leer la catequesis.

    “Con este fuerte resfriado es difícil hablar. Le he pedido a mi hermano (Giroli) que lea la catequesis y la leerá mejor que yo”, aseguró el Pontífice de 88 años con la voz ronca y algo de tos.

    Una segunda interrupción tuvo lugar el 9 de febrero, durante la lectura de su homilía de la misa del Jubileo de las Fuerzas Armadas, Policía y Cuerpos de seguridad, que encomendó en esta ocasión a Diego Ravelli, maestro de celebraciones litúrgicas del Vaticano.

    “Ahora me excuso y pido al maestro que continúe con la lectura por las dificultades en la respiración”, señaló el Pontífice.







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