A lo largo de la historia se han
utilizado muchos eslóganes para definir la libertad, algunos de ellos
profundamente engañosos. Uno de los más infames fue el eslogan nazi
"El trabajo te hace libre" (Arbeit macht frei), que colgaba a las
puertas de los campos de concentración, distorsionando el verdadero
significado de la libertad. En cambio, en el Evangelio de hoy, Jesús
proclama, "La verdad os hará libres". Más
adelante, en el Evangelio de Juan, Él declara, "Yo soy la
verdad", dejando claro que la verdadera libertad se encuentra
en Él. Como afirma en el pasaje de hoy, "Si el Hijo os hace
libres, seréis verdaderamente libres."
Para los Cristianos, la verdadera
libertad no es sólo la capacidad de hacer lo que queramos. La sociedad
suele definir la libertad como el derecho a tomar nuestras propias
decisiones, siempre que no perjudiquen a los demás. Este punto de vista
sugiere que mientras nuestras acciones no afecten negativamente a otra
persona, somos verdaderamente libres. Sin embargo, la libertad Cristiana es
algo totalmente distinto. No se trata de seguir nuestros propios deseos,
sino de vivir de acuerdo con la voluntad de Dios. La verdadera libertad es
la capacidad de convertirnos en las personas que Dios creó para que
fuéramos, de llegar a ser la persona que Dios quiso que fuéramos y utilizar
nuestros talentos para su gloria. Sencillamente, no hay libertad fuera de
Él. La verdadera libertad nos libera del pecado, del miedo y de todo lo que
nos impide llegar a ser nosotros mismos.
Norman Rockwell creó una serie de cuatro
cuadros titulada las Cuatro Libertades, inspirada en el discurso del
Presidente Franklin D. Roosevelt de 1941, en el que esbozaba cuatro
libertades fundamentales que debían protegerse en todo el mundo. Estos
cuadros se publicaron en El Saturday Evening Post en 1943
y se utilizó para promocionar los bonos de guerra durante la Segunda Guerra
Mundial. Los cuatro cuadros son:
1. Libertad de expresión (ilustrada aquí)
- Representa a un trabajador corriente de pie hablando en una reunión
municipal, ilustrando el derecho a expresar libremente las opiniones.
2. Libertad de culto - Muestra a personas
de distintas creencias rezando, haciendo hincapié en la libertad religiosa
y la tolerancia.
3. Libertad de la necesidad - Representa
a una familia reunida en torno a una cena de Acción de Gracias,
simbolizando el derecho a necesidades básicas como la alimentación y la
vivienda.
4. Libertad del miedo - Presenta a unos
padres arropando a sus hijos en la cama, representando la protección frente
a la guerra y la violencia.
Libertad de expresión es quizá el más
emblemático de la serie. El cuadro muestra a un obrero que se levanta para
hablar en una reunión municipal, mientras los que le rodean escuchan
atentamente. Lleva una sencilla chaqueta de cuadros escoceses y un áspero
abrigo marrón, lo que le distingue de los hombres más formales que le
rodean. Su rostro serio y decidido refleja la importancia de sus palabras.
Sus manos, desgastadas por el trabajo, contrastan con el aspecto pulcro de
los demás, reforzando la idea de que la libertad de expresión pertenece a
todos, independientemente de su clase o estatus.
Aunque las libertades que Norman Rockwell
representó -discurso, culto, seguridad y necesidades básicas- son todas
importantes y valiosas, la verdadera libertad cristiana va mucho más allá
de ellas. La libertad cristiana no consiste sólo en derechos o protecciones
externas; es la liberación interior que viene de Cristo, liberándonos del
pecado, del miedo y de todo lo que nos separa de Dios.
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