Lectura del Libro de Isaías 6, 1-8
El año de la muerte del rey Ozías vi al Señor sentado en un trono excelso y elevado, y sus haldas llenaban el templo. Unos serafines se mantenían erguidos por encima de él; cada uno tenía seis alas: con un par se cubrían la faz, con otro par se cubrían los pies,
y con el otro par aleteaban, Y se gritaban el uno al otro: “Santo, santo, santo, Yahveh Sebaot: llena está toda la tierra de su gloria”. Se conmovieron los quicios y los dinteles a la voz de los que clamaban, y la Casa se llenó de humo. Y dije: “¡Ay de mí, que estoy perdido, pues soy un hombre de labios impuros, y entre un pueblo de labios impuros habito: que al rey Yahveh Sebaot han visto mis ojos!” Entonces voló hacia mí uno de los serafines con una brasa en la mano, que con las tenazas había tomado de sobre el altar, y tocó mi boca y dijo: “He aquí que esto ha tocado tus labios: se ha retirado tu culpa, tu pecado está expiado”. Y percibí la voz del Señor que decía: “¿A quién enviaré? ¿y quién irá de parte nuestra”? Dije: “Heme aquí: envíame”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Salmo 116
R. Vayan por todo el mundo y proclamen el evangelio.
• -¡Alaben al Señor, todas las naciones, aclámenlo, todos los pueblos! / R.
• -Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre. / R.
Lectura del Santo Evangelio Según San Mateo 28, 16-20
Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron. Jesús se acercó a ellos y les habló así: “Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario
En el libro de Isaías, nos presenta su experiencia personal en su vocación, la cual marcará su misión, que estará orientada a anunciar la santidad de Dios y la de sus Pueblo, para la cual necesitará de la generosidad y testimonio de sus enviados. Pablo nos recuerda que toda vocación implica una misión, un servicio al pueblo de Dios, el cual debe ser realizado con humildad y siempre en clave de ofrenda de vida.
En el evangelio de San Mateo, nos proclama el gran envió que el Señor hace a toda la Iglesia: anuncio, celebración y enseñanza continua de la fe, así el mundo experimentará la presencia del Señor en nuestro mundo.
Oración
Señor Jesús, te damos gracias por el testimonio de Santo Toribio de Mogrovejo, misionero místico de tu pueblo, para el perdón de nuestros pecados, y para la salvación de nuestras almas.
(mariauxiliadora)
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