Libro de la Sabiduría 2,1a.12-22.
Los impíos se dicen entre sí, razonando equivocadamente: |
«Tendamos trampas al justo, porque nos molesta y se opone a nuestra manera de obrar; nos echa en cara las transgresiones a la Ley y nos reprocha las faltas contra la enseñanza recibida. |
El se gloría de poseer el conocimiento de Dios y se llama a sí mismo hijo del Señor. |
Es un vivo reproche contra nuestra manera de pensar y su sola presencia nos resulta insoportable, |
porque lleva una vida distinta de los demás y va por caminos muy diferentes. |
Nos considera como algo viciado y se aparta de nuestros caminos como de las inmundicias. El proclama dichosa la suerte final de los justos y se jacta de tener por padre a Dios. |
Veamos si sus palabras son verdaderas y comprobemos lo que le pasará al final. |
Porque si el justo es hijo de Dios, él lo protegerá y lo librará de las manos de sus enemigos. |
Pongámoslo a prueba con ultrajes y tormentos, para conocer su temple y probar su paciencia. |
Condenémoslo a una muerte infame, ya que él asegura que Dios lo visitará.» |
Así razonan ellos, pero se equivocan, porque su malicia los ha enceguecido. |
No conocen los secretos de Dios, no esperan retribución por la santidad, ni valoran la recompensa de las almas puras. |
Salmo 34(33),17-18.19-20.21.
El Señor rechaza a los que hacen el mal |
para borrar su recuerdo de la tierra. |
Cuando ellos claman, el Señor los escucha |
y los libra de todas sus angustias. |
El Señor está cerca del que sufre |
y salva a los que están abatidos. |
El justo padece muchos males, |
pero el Señor lo libra de ellos. |
El cuida todos sus huesos, |
no se quebrará ni uno solo. |
Pero el Señor rescata a sus servidores, |
y los que se refugian en El no serán castigados. |
Evangelio según San Juan 7,1-2.10.25-30.
Jesús recorría la Galilea; no quería transitar por Judea porque los judíos intentaban matarlo. |
Se acercaba la fiesta judía de las Chozas, |
Sin embargo, cuando sus hermanos subieron para la fiesta, también él subió, pero en secreto, sin hacerse ver. |
Algunos de Jerusalén decían: "¿No es este aquel a quien querían matar? |
¡Y miren cómo habla abiertamente y nadie le dice nada! ¿Habrán reconocido las autoridades que es verdaderamente el Mesías? |
Pero nosotros sabemos de dónde es este; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde es". |
Entonces Jesús, que enseñaba en el Templo, exclamó: "¿Así que ustedes me conocen y saben de dónde soy? Sin embargo, yo no vine por mi propia cuenta; pero el que me envió dice la verdad, y ustedes no lo conocen. |
Yo sí lo conozco, porque vengo de él y es él el que me envió". |
Entonces quisieron detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él, porque todavía no había llegado su hora. |
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
![]() | Orígenes (c. 185-253) |
“Buscaban como agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora”
Buscar a Jesús, a menudo es un bien, porque es lo mismo que buscar al Verbo, que es la verdad y la sabiduría. Pero me diréis que las palabras “buscar a Jesús” a veces se dicen refiriéndose a los que le buscaban para hacerle mal. Por ejemplo: “Buscaban como agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora”. “Ya sé que sois linaje de Abraham; sin embargo, tratáis de matarme, porque no dais cabida a mis palabras” (Jn 8,37). “Tratáis de matarme a mí, que os he hablado de la verdad que le escuché a mi Padre” (Jn 8, 40). |
Estas palabras… no se oponen a esta otra palabra: “Quien busca encuentra” (Mt 7,8). Siempre hay diferencias entre los que buscan a Jesús: no todos le buscan sinceramente para su salvación y alcanzar su ayuda. Hay hombres que lo buscan por innumerables razones que están muy lejos del bien. Por eso tan sólo los que lo han buscado con toda rectitud han encontrado la paz, aquellos de los cuales se puede verdaderamente decir que buscan al Verbo que está junto a Dios (Jn 1,1), para que los lleve a su Padre… |
Él amenaza con marcharse si no es bien acogido: “Yo me voy y me buscaréis” (Jn 8,21)… Sabe muy bien de quien se aleja y cerca de quien permanece sin ser todavía encontrado, para que si se le busca se le encuentre en el tiempo favorable. (EDD) |
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PABLO VI
ORACIÓN A CRISTO
Oh Cristo, único mediador nuestro:
Te necesitamos para entrar en comunión con Dios Padre; para llegar a ser hijos adoptivos suyos contigo que eres su Hijo único y Señor nuestro; para ser regenerados en el Espíritu Santo.
Te necesitamos, oh único y auténtico maestro de las verdades recónditas e indispensables de la vida, para conocer nuestro ser y nuestro destino, así como el camino para alcanzarlo.
Te necesitamos, oh Redentor nuestro, para descubrir nuestra miseria y remediarla; para tener el concepto del bien y del mal, y la esperanza de la santidad; para deplorar nuestros pecados y obtener el perdón.
Te necesitamos, oh hermano primogénito del género humano, para volver a encontrar las razones verdaderas de la fraternidad entre los hombres, los fundamentos de la justicia, los tesoros de la caridad y el sumo bien de la paz.
Te necesitamos, oh gran paciente de nuestros dolores, para conocer el significado del sufrimiento y para darle valor de expiación y de redención.
Te necesitamos, oh vencedor de la muerte, para librarnos de la desesperación y de la negación, y para tener certezas que no fallen jamás.
Te necesitamos, oh Cristo Señor, Dios-con-nosotros, para aprender el amor verdadero y caminar con el gozo y la fuerza de tu caridad a lo largo del camino de nuestra vida fatigosa, hasta el encuentro final contigo, amado, esperado, bendito por los siglos.
(vatican.va)
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