Ya pasaron varios días desde que comenzó la Cuaresma… ¿y tus propósitos? ¿Siguen firmes o quedaron en pausa? ¿Te estás encontrando con Dios o solo acumulando frustración?
Es muy fácil comenzar con entusiasmo: elegir algo que dejar, comprometerse con más oración, incluso soñar con una Pascua distinta. Pero también es fácil tropezar. Fallar un día, luego otro… y convencernos de que no valemos lo suficiente, que no tenemos constancia, que esta Cuaresma será «una más».
Pero eso no es verdad. Dios no te mide por tu rendimiento, sino por tu deseo de volver. Y si esta semana no hiciste nada de lo que te propusiste, ¡hoy es el mejor día para comenzar de nuevo! La Cuaresma no es un examen, es un camino de amor. Y el amor se construye con constancia, sí, pero también con paciencia, con humildad, con reconciliación.
Revisar tu “status cuaresmal” no es para culparte, sino para reconectar. Para mirar dónde estás y volver a ajustar el rumbo. Porque aún queda camino. Porque Dios te espera.
Preguntas para reflexionar:
¿Cómo te sientes con tus propósitos de Cuaresma hasta ahora?
¿Qué obstáculos has encontrado? ¿Cómo podrías transformarlos en oportunidades para crecer?
¿Qué paso concreto podrías dar hoy para volver a poner a Dios en el centro?
catholic.link, ReL
No hay comentarios:
Publicar un comentario