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sábado, 21 de enero de 2017

“Pude perdonar a los asesinos de mi padre”

Un conmovedor testimonio de fe y humanidad en medio del genocidio que se vivió en Ruanda en 1994

“Pude perdonar a los asesinos de mi padre”


En 1994, el gobierno ruandés, formado por miembros de la etnia hutu, promovió la exterminación de la minoría tutsi del país, en uno de los genocidios más violentos de la historia.

Los enfrentamientos dejaron miles de muertos y en ese desastre también florecieron historias de esperanza, signos de resurrección como el de Inmaculée Ilibagiza, que Portaluz informó en una edición pasada.

Ahora traemos el relato de Jean-Marie Twambazemungu quien también ha vivido en su carne el corazón de la prueba en tiempos de guerra. En el conmovedor libro Rescapés de Kigali (Supervivientes de Kigali, Ed. Emmanuel), este padre de origen hutu -cuya esposa Stéphanie es de etnia tutsi- reflexiona sobre esas situaciones extremas que enfrentó.

Sólo cuando Jean-Marie hizo una experiencia vital, trascendente, la del amor de Dios, descubrió la paz y se movió al perdón. Esta es su Buena Nueva, cuya narración mantenemos tal como él nos lo cuenta, en primera persona…

Cuando tenía 17 años, hubo un drama en mi familia. Mi padre fue asesinado por sus familiares. Algo que para mí era muy difícil de aceptar, ¡en particular porque mi padre era todo para nosotros! Yo había leído y entendía que debía perdonar a mis enemigos. ¡Pero en esta situación particular, era algo impensable para mí! Si Dios existe, no me puede pedir algo así. ¡No sería justo! Sentía que si Él me amaba, lo mejor que podría hacer por mí era permitirme la venganza.

Tuvimos una especie de consejo de familia para decidir qué haríamos, porque éramos ocho los hijos, que vivíamos gracias al salario de mi padre. Evaluamos la posibilidad de volver al pueblo, pero era algo impensable… mi padre había sido asesinado por familiares debido a que él era el heredero. ¡Como nosotros éramos sus herederos, también corríamos el riesgo de perder la vida! Pero tampoco era sencillo quedarnos en la ciudad, donde la vida era demasiado costosa para nosotros.

Fue entonces cuando escuché una voz que me habló en mi corazón diciendo: “Yo soy tu Dios. Permanece en la ciudad. Yo te cuidaré”. Fue un impulso de vitalidad para mí. Me levanté ante todos, tomé la palabra y les dije: “Vamos a volver a la ciudad, Dios cuidará de nosotros”. Todos se burlaban de mí, tratándome como si estuviese loco: “¿Alguna vez viste caer dinero del cielo? “, decían.

Finalmente como para empezar, durante dos meses tuve un trabajo que me permitió llevar dinero a casa y financiar mis estudios. Aunque era duro trabajar e ir a la escuela, yo sabía que debía aprovechar todas las oportunidades que se me presentaban. Pero puedo testificar que Dios ha sido mi fuerza cada día. Este Dios que escuché, a quien creía distante, lo descubrí cercano. Él no sólo me conocía, sino que le importaba lo que yo estaba viviendo. ¡Incluso más aún!, Él me mostraba soluciones.

Esta experiencia de Dios cambió mi corazón. Regresó la alegría de vivir que había perdido y una gran paz me habitó a partir de ese momento. Gracias a esto pude perdonar a los asesinos de mi padre. Todo el peso que cargaba sobre mí cayó al suelo. No voy a decir que de inmediato los amé a todos, pero sí que les perdoné. 

Así es que hoy, puedo dar fe de que Dios nunca está lejos. Más bien, está cerca de los que sufren. Dios nos ama tanto a cada uno de nosotros, que se queda con nosotros en nuestro sufrimiento y Él no se complace al vernos sufrir. ¡Incluso sufre con nosotros! Él sólo quiere que le dejemos habitar nuestro corazón.

Fuente: Portaluz

miércoles, 13 de abril de 2016

Diez ideas de Chesterton sobre “los asesinos de la familia”

Frases que conectan, a la perfección, con la espiritualidad del Papa Francisco

Gilbert Keith Chesterton and Frances Blogg - es

J. Septién
Para nadie es un secreto que Gilbert Keith Chesterton, no obstante no haber tenido un hijo, fue uno de los grandes defensores de la familia en la Inglaterra de principios del siglo XX.

Son cientos, quizá miles de sus escritos que atestiguan una máxima, inventada por el mismo Chesterton, de que quienes atacan a la familia “no saben lo que hacen porque no saben lo que deshacen.”

Chesterton, corpulento y locuaz, agudo y fenomenal, dejó frases luminosas e irónicas, avanzadas y conservadoras sobre todos los aspectos del catolicismo, religión a la cual se convirtió –dicen—después de haber escuchado un sermón de un sacerdote en Londres.
La leyenda cuenta que al final de la Misa a la que había asistido Chesterton, refugiándose de un aguacero imprevisto, fue a la sacristía a pedir el bautismo, pues quería entrar en la Iglesia católica después de haber escuchado al padre en su homilía.

El cura, ufano, le preguntó qué había oído en su sermón que lo impulsara al bautismo, a los que el rey de la paradoja contesto algo así como: “Si la Iglesia católica ha sobrevivido 2,000 años con sermones tan malos como el suyo, es la Iglesia verdadera.”

Bromas aparte, ahora con la publicación de la Exhortación postsinodal “La alegría del amor” sobre la familia, creemos un deber de Aleteia, aportar al menos diez frases de lo que el propio Chesterton llamó –y que no necesita muchas explicaciones para entender a qué se refería—“los asesinos de la familia.” Frases que conectan, a la perfección, con la espiritualidad que a las conclusiones de ambos sínodos, el extraordinario de 2014 y el ordinario de 2015, imprimió el Papa Francisco:

1. “Es indudable que vemos ahora a esta institución doméstica en sus desventajas, luchando por la vida y casi hecha pedazos por las fuerzas del materialismo y del capitalismo.”

2. “La respuesta a cualquiera que hable del exceso de población es preguntarle si él mismo es parte de ese exceso de población; o si no lo es, cómo sabe que no lo es.”

3. “El verdadero y normal control de la natalidad se llama control de uno mismo.”

4. “En el momento en el que la sexualidad deja de ser un siervo, se convierte en un tirano.”

5. “La próxima gran herejía va a ser sencillamente un ataque a la moralidad, y en particular a la moralidad sexual (…) La locura de mañana no está en Moscú sino mucho más en Manhattan.”

6. “El sexo es un instinto que produce una institución, es algo positivo y no negativo, noble y no ruin, creador y no destructor, porque produce esa institución.”

7. “Pero lo que los periódicos capitalistas llaman control de la natalidad, no tiene nada que ver con el control. Más bien es la idea de que la gente debería estar por completo y absolutamente sin control alguno, siempre que pueda esquivar todo lo que es positivo y creativo, inteligente y digno de un ser libre.”

8. “Nosotros tenemos mucha más esperanza en las familias humanas y en su poder de encontrar la felicidad que quienes desean prevenir los nacimientos; podemos estar equivocados, pero no podemos ser mórbidos.”

9. “De cualquier forma, lo cierto es que el sexo puede ser usado con seriedad para construir algo o con frivolidad, para echarlo todo a perder.”

10. “Hay niños que no son deseados, pero ¿quiénes no los desean? Este individuo no quiere decir que los padres no quieren tenerlos. Lo que quiere decir es que los patrones no quieren pagar apropiadamente a los padres.”

viernes, 9 de octubre de 2015

EI difunde un vídeo asesinando a tres cristianos asirios y pidiendo dinero por sus otros cautivos


EI difunde un vídeo asesinando a tres cristianos asirios y pidiendo dinero por sus otros cautivos
Tres de los cristianos asirios del valle de Khabur mantenidos como rehenes por los yihadistas del Estado Islámico (EI, Daesh) han sido asesinados por sus secuestradores ante las cámaras de video, según una película difundida este jueves en Internet por los terroristas. 

En el vídeo, registrado según los rituales de escenografía seguidos en otros casos similares por la propaganda yihadistas, los tres cristianos asirios se ven de rodillas, vestidos como siempre con los monos naranjas en una zona desértica, y son asesinados con un tiro en la nuca por tres verdugos encapuchados.

Cada uno de los tres asirios, antes de ser asesinado, se identifica repitiendo su nombre y su localidad de origen: se trata de Audisho Enwiya y Assur Abraham – de la aldea de Tel Jazira – y de Basam Michael, de la aldea de Tel Shamiram.

Después de su ejecución, el vídeo termina con la imagen de otros tres asirios de rodillas y en traje de color naranja delante de los cuerpos de los tres ejecutados.

Estos últimos también dicen su nombre y pueblo de origen, y uno de ellos añade en árabe, señalando a los cuerpos de los tres asirios ejecutados, “nuestro destino será el mismo de éstos, si no se siguen los procedimientos correctos para nuestra liberación”.

La ejecución - advierten los creadores del vídeo macabro - tuvo lugar en la mañana del 23 de septiembre, día en que los musulmanes conmemoran la “Fiesta del Sacrificio” (Eid al-Adha).

Los tres hombres asesinados, como los tres que aparecen en el vídeo aún con vida, formaban parte del grupo de alrededor de 230 cristianos asirios que los yihadistas de Daesh tienen como rehenes desde finales de febrero, cuando la ofensiva yihadista alcanzó las aldeas cristianas del valle del río Khabur. 

El lugar de su detención, con toda probabilidad sigue siendo Al-Shaddadi el bastión del Daesh, a 60 kilómetros de Hassaké. El mensaje transmitido por el vídeo es claro y feroz: el rescate exigido para la liberación de los prisioneros cristianos todavía no se ha pagado, y las ejecuciones continuarán hasta que se pague la suma solicitada.

En las fases sucesivas al secuestro colectivo, los yihadistas exigieron 100.000 dólares por cada uno para la liberación de los rehenes. Ante las respuestas de los que declararon la imposibilidad de recoger tal cantidad exorbitante de dinero, las negociaciones fueron interrumpidas. 

Hace aproximadamente un mes, el arzobispo siro - católico Jacques Behnan Hindoinformó a la Agencia Fides de que retomaban conversaciones para encontrar un acuerdo sobre una suma de rescate por cabeza mucho menos onerosa. 
El vídeo de la ejecución de los tres asirios aplasta la esperanza, y aumenta la preocupación por la suerte de los cristianos de Khabur - incluidos mujeres y niños – que siguen en manos de los yihadistas. 
En este otro vídeo, de enseñanzas muy distintas a las yihadistas, el padre Douglas, con los refugiados cristianos en Irak explica por qué es importante perdonar a los enemigos y perseguidores