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viernes, 12 de septiembre de 2025

Evangelio del día


 

Primera Carta de San Pablo a Timoteo 1,1-2.12-14.

Pablo, Apóstol de Jesucristo por mandato de Dios, nuestro Salvador, y de Cristo Jesús, nuestra esperanza,
saluda a Timoteo, su verdadero hijo en la fe. Te deseo la gracia, la misericordia y la paz que proceden de Dios padre y de Cristo Jesús, nuestro Señor.
Doy gracias a nuestro Señor Jesucristo, porque me ha fortalecido y me ha considerado digno de confianza, llamándome a su servicio
a pesar de mis blasfemias, persecuciones e insolencias anteriores. Pero fui tratado con misericordia, porque cuando no tenía fe, actuaba así por ignorancia.
Y sobreabundó en mí la gracia de nuestro Señor, junto con la fe y el amor de Cristo Jesús.


Salmo 16(15),1-2a.5.7-8.11.

¡Tú eres mi herencia, Señor!

Protégeme, Dios mío,
porque me refugio en ti.
Yo digo al Señor:
El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz,

¡tú decides mi suerte!
Bendeciré al Señor que me aconseja,
¡hasta de noche me instruye mi conciencia!
Tengo siempre presente al Señor:

él está a mi lado, nunca vacilaré.
Me harás conocer el camino de la vida,
saciándome de gozo en tu presencia,
de felicidad eterna a tu derecha.


Evangelio según San Lucas 6,37-42.

No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados.
Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes».
Les hizo también esta comparación: "¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un pozo?
El discípulo no es superior al maestro; cuando el discípulo llegue a ser perfecto, será como su maestro.
¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo?
¿Cómo puedes decir a tu hermano: 'Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo', tú, que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano."

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

Bulle

Santa Catalina de Siena (1347-1380)
terciaria dominica, doctora de la Iglesia, copatrona de Europa
El Diálogo, Apéndice, XI (Le dialogue, Téqui, 1976), trad. sc©evangelizo.org


Enceguecido, no puedo juzgar

¡Oh foco de amor! ¡Gracias, gracias, oh Padre eterno! A mí, imperfecta y llena de tinieblas, usted el Perfecto, la Luz, ha mostrado la perfección y el camino luminosos de la doctrina de su Hijo único.
¡Estaba muerta y usted me ha rendido la vida! ¡Estaba enferma y me dio el remedio! No sólo el remedio de la Sangre de Cristo, que aplicó su Hijo al género humano enfermo. Me dio también contra una enfermedad secreta un remedio que yo no conocía, me enseñó esta doctrina de no juzgar jamás a las criaturas de razón y aún menos a sus servidores. ¡Cuántas veces los juzgué, con la excusa del honor suyo, Padre, y de la salvación de las almas!
Le agradezco, oh Bondad soberana y eterna, que me ha hecho conocer mi enfermedad descubriéndome su Verdad, al mismo tiempo que los engaños del demonio y las ilusiones del sentido propio. ¡Le suplico por su gracia y misericordia que sea hoy el final de mis desvíos! ¡Que no me aleje desde ahora de la doctrina que su Bondad me ha dado, a mí y a todos lo que los siguen!
Sin usted, no se puede hacer nada. Recurro a usted, mi refugio. Padre eterno, no sólo le imploro por mí, sino por el mundo entero y el cuerpo místico de la santa Iglesia. (EDD)

Reflexión sobre el relieve esculpido

Jesús enseña a menudo con imágenes vívidas, incluso un poco humorísticas, precisamente para que permanezcan en nuestra mente. Podríamos pensar en la imagen de un camello intentando pasar por el ojo de una aguja. En el Evangelio de hoy, nos ofrece otra escena casi cómica: alguien que camina con un tronco que le sale por el ojo. Sabemos lo irritante que puede ser una mota de polvo o una astilla, así que la idea de una tabla entera es absurda. Pero la exageración aclara el punto: a menudo nos apresuramos a notar el más pequeño defecto en los demás, mientras que somos ciegos a las faltas mucho mayores dentro de nosotros mismos.

Esta imagen desemboca en la advertencia de Jesús sobre los ciegos que guían a otros ciegos. Si somos ciegos ante nuestros propios pecados y debilidades, no estamos en condiciones de guiar a nadie; corremos el riesgo de extraviarnos a nosotros mismos y de extraviar a los demás. Lo que Jesús pide es humildad: vernos a nosotros mismos con sinceridad, buscar la luz de Dios para nuestra propia ceguera, y sólo entonces ayudar a los demás a caminar en la misma luz. El verdadero discipulado no empieza juzgando a los demás, sino permitiendo que Cristo abra nuestros propios ojos cegados. 

El relieve de Edward Sheffield Bartholomew, Homero ciego guiado por el genio de la poesía, ofrece un sorprendente diálogo visual con el Evangelio de hoy. Bartholomew, uno de los varios escultores neoclásicos estadounidenses que trabajaron en Italia a mediados del siglo XIX, muestra al gran poeta Homero, ciego y vulnerable, guiado con seguridad por la figura de la Poesía. Ambas figuras están vestidas con ropajes clásicos, y la imagen está equilibrada entre realismo e idealismo, un sello distintivo del periodo neoclásico. En nuestro relieve esculpido, Homero no está solo. Le guía la Poesía, imagen de la inspiración que da dirección y claridad. Así pudo dejarse guiar por la Poesía. Del mismo modo, Jesús nos invita a dejarnos guiar por la sabiduría de Dios y por otras personas que nos hacen bien... pero hay que elegirlas con cuidado.

 by Padre Patrick van der Vorst

Oración

¡Padre de bondad, cambia mi mirada; convierte mi corazón para que sea capaz de descubrir tu presencia y las huellas del Reino, tan cercanas y cotidianas, y mirar la vida con tus ojos! ¡Cambia mi mirada para vivir la fiesta del encuentro, para sorprenderme cada día con tu caminar a mi lado, Tu que eres Señor mi compañero y protector! ¡Cambia mi mirada, para descubrir a Tu Hijo Jesucristo, que vive en el que sufre, en el que tiene problemas económicos, en el que está enfermo, en el marginado por la sociedad, en el que no tiene esperanza, pero amado y preferido por Ti! ¡Cambia mi mirada para encontrar las semillas de Evangelio, que crecen en mi pobre y sencilla humanidad! ¡Padre de Amor y Misericordia, abre mis ojos y mis oídos, para encontrar la senda correcta y escuchar tus desafíos! ¡Dame Espíritu Santo la mirada del Evangelio que transforma el mundo para convertirlo en sacramento, señal viva de tu presencia y eco fecundo de tu aliento! ¡Ayúdanos, Padre Dios, a buscarte en la vida, a encontrarte en la historia de cada persona que se cruza en mi camino, a localizarte en lo cotidiano, para servir a los demás, trabajar hacer el mundo mejor y contribuir a construir con ello tu Reino!

(orarconelcorazonabierto)

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