Es de lo que todos hablan, Panamá empieza a llenarse de peregrinos venidos de todas partes del mundo. Es curioso, todos se ven alegres y cantan a su llegada con un entusiasmo que se desborda y se contagia. Llevan mochilas en sus espaldas y sombreros para protegerse del sol, en el alma a Jesús.
¿Qué hago en esta Jornada Mundial de la Juventud? Pues mirar sorprendido y admirado lo que estamos viviendo en mi país, esto es una fiesta, es como una fuente de alegría.
Voy a describirles lo que estamos viviendo. Hablaré con los peregrinos. Iré al sagrario a rezar por estos jóvenes, por los sacerdotes, las religiosas, los laicos, catequistas, por nuestra Iglesia, por el mundo, y por el Papa.
Todos, en Panamá y los que siguen la JMJ desde en otros países, vivirán una gran aventura espiritual.
La fe se renueva, crece en los jóvenes. Es una gracia que valoro mucho.
Me encanta saber que en esta JMJ nuestra madre del cielo estará presente en los corazones de todos los peregrinos.
Cada vez que surgen en mí inquietudes y veo lo que ocurre en Panamá en estos días, los pequeños inconvenientes que ya empezamos a sentir, recuerdo que la JMJ es un “encuentro con Cristo”.
Vendrán gracias abundantes sobre nuestro país. Pienso que ocurrirá como dijo un sacerdote: “Panamá será bendecida”.
Esta mañana recordé que, a pesar de todo, Dios siempre tiene la última palabra en su “AMOR”.
He leído en Internet lo que han hecho jóvenes de diferentes países para poder venir. Sé de un grupo que en este momento viaja en un velero, rumbo a Panamá.
La espiritualidad marca sus vidas, con el entusiasmo y la alegría propia de la juventud.
La Iglesia en Panamá ha hecho un trabajo extraordinario para que sea un éxito, de la mano de nuestro Arzobispo José Domingo Ulloa. Han ayudado los hermanos, sacerdotes, religiosas, Iglesias, voluntarios y congregaciones de otros países, sobre todo el papa Francisco que nos recuerda para qué es esta JMJ.
¿Viste su video? “Ustedes jóvenes tienen en la Virgen María un motivo de alegría y una fuente de inspiración”.
Dios quiera que este evento maravilloso de frutos en abundancia y nos recuerde a TODOS que somos hermanos, hijos de un mismo Dios y volvamos la mirada al cielo, con alegría, de la mano de María.
Por lo pronto, mientras se acerca el dia, te pido que reces por esta JMJ y por estos jóvenes, y que todos podamos “Comunicar la alegría del Evangelio al Mundo”.
Elevemos al cielo nuestras plegarias junto al Papa Francisco.
¡BIENVENIDOS PEREGRINOS DEL MUNDO A PANAMÁ!
Claudio de Castro, Aleteia
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