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lunes, 17 de agosto de 2020

8 tips para tener una relación más íntima con Dios

Una buena relación con Dios


Inicio contándote dos realidades con las que me he topado a lo largo de mi corta experiencia y mi relación con Dios. La primera es que me he dado cuenta que hay personas (jóvenes y adultos), que aunque llevan mucho tiempo en la Iglesia, no conocen al Dios de la Iglesia.
Otros saben mucho de Dios, pero no conocen a Dios. Hay gente que habla de Dios, pero no habla con Dios. ¿Se entiende la diferencia? Se puede estar en la Iglesia sin tener vida.
La segunda realidad es que, por un tiempo también pertenecí a ese grupo de personas. Tuve mi encuentro personal con Jesús a mis 17 años, y aunque ese encuentro me transformó y me llenó de alegría, no fue hasta que cumplí 21 que me determiné a tener una relación más íntima con Él.
Desde ese día hasta hoy que tengo 27, ha sido un tiempo de des-aprender mucho para aprender las cosas del Reino. Lo principal es que no se trata de cuánto sé sobre Él, sino cuánto lo experimento a Él.

¿Cómo está tu relación con Dios?

Bíblicamente la palabra conocer, viene del hebreo «Yada», que significa tener intimidad. ¡Wow! Esto me encanta porque quiere decir que cada vez que la palabra de Dios nos habla de conocer a Dios, no se refiere a tener información acerca de Dios, sino a tener una relación íntima con Él.
Los fariseos y maestros de la ley sabían mucho de Dios, pero no le conocían con el corazón. Eso fue lo que Jesús siempre les reprochó (hablando coloquialmente). Conocer a Dios no se da solo por estudio, sino por estar en contacto constante con Él.
Tener intimidad o una buena y verdadera relación con Dios no es más que decirle: «Ven, toma lo que es tuyo, yo soy tuyo. Quiero estar loco por ti, así como Tú estás loco de amor por mí». Esto le ha dado un giro de 180 grados a mi vida espiritual.
La vida nace de la intimidad con Dios. Los mejores sueños y proyectos nacen de tener momentos íntimos de corazón a corazón con Jesús, con el Padre, y con el Espíritu Santo.
Te comparto ocho tips que estoy seguro te ayudarán a llegar a un nivel más profundo en tu relación con Dios.

1. Utiliza una agenda

Piensa cuál es el mejor momento del día para estar a solas con Jesús. Si ya lo identificaste, agéndalo. Esto también es cuestión de organización. Para ganarle a la emoción hay que tener planificación. Haz una lista con todas tus actividades, y organiza por prioridades.
Dios se merece el mejor momento del día. Decídete a dárselo. Toma esto también como una invitación de Dios a ser más planificado. Tener una agenda es algo que te agradecerás con el tiempo.

2. Busca un lugar adecuado

Piensa en un lugar que te ayude a conectar con Él. Puede ser tu habitación, o algún otro lado donde te sientas a gusto para ser tú mismo. A Él le encanta que seas tú mismo. Te hizo auténtico. Este lugar será un refugio donde podrás ser transparente con Dios y sentirte en total confianza.

3. Lee su Palabra

Cuando llegue el momento de tu cita, no te olvides de llevar la Biblia, y léela en actitud orante. Su palabra tiene poder de sanarte, restaurarte, liberarte y transformarte. «La palabra de Dios es viva y eficaz» (Hebreos 4,12).
Si no sabes cómo leer la Biblia sigue estos pasos. También hay versículos que hablan sobre la esperanza y otros que con toda seguridad te levantarán el ánimo.

4. No importa el tiempo, importa la calidad del encuentro

El tiempo de oración dependerá de ti. Si eres alguien que no es asiduo a orar, empieza por poco. No te presiones, Dios es libertad, y ve con ternura los pasos que estás empezando a dar hacia Él.
Si eres constante te irás dando cuenta que el tiempo va incrementándose. Recuerda: no importa la cantidad de tiempo, sino la calidad. Una buena idea es empezar dando gracias.

5. Si te falta inspiración, recurre al corazón

¿Y qué digo? Lo que te brote del corazón. Agradece, bendice, adora. Te recomiendo que inicies una vida de oración espontánea y fluida con Él. Deja para otro momento los devocionarios —que son muy buenos— pero aquí lo mejor es que hables de corazón a corazón.
¿Acaso cuando estás con un amigo o un ser querido que te interesa te la pasas leyendo algún folleto o instructivo de cómo conocerse? ¡No! lo que quieres es hablar de tú a tú. Lo mismo sucede con Jesús, cuéntale lo que quieras.

6. Aprende a escuchar

Una pregunta que nunca nos debería faltar: ¿Tú qué quieres decirme, Señor? o ¿Qué quieres hacer Tú, Señor? Estoy abierto a escucharte. Lo que tú y yo tengamos que decirle a Él es muy importante, pero lo que Él tiene que decirnos es aún más.
Recuerda que así como tenemos boca para hablarle, también tenemos oídos para escucharle.

7. Atesora lo que escuchaste

Jesús dijo: «El que me ama guardará mis palabras» (Juan 14,23). La palabra guardar es sinónimo de atesorar. Ten un «diario de oración» donde puedas atesorar lo que Él te va mostrando, y también aquellos sueños que vas construyendo en su presencia.
Mi diario de oración es una libreta que me gustó desde que la vi. Consigue una que te guste. Yo utilizo plumones, lápices de colores, de vez en cuando dibujo lo que percibo que Él me dice.
También tengo amigos que escriben poemas de lo que sienten que Dios les dice en oración. ¡Usa tu creatividad! Una relación donde no hay creatividad, se marchita fácilmente.

8. Disfruta de tu relación con Él

Es muy importante disfrutarlo. Aprende a disfrutar de su presencia, desea tener una relación con Dios que te llene de alegría.
Deseo de corazón te determines a tener momentos diarios de intimidad con Aquel que te creó. Recuerda que la oración no es una emoción, sino una decisión. ¡Decídete!
Artículo elaborado por Arbey Escobar, catholic-link

Vea también  Consagración de nuestra libertad en relación con Dios

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