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sábado, 1 de agosto de 2020

El Evangelio de hoy

ChristianArt
Mt 14, 1-12La decapitación de Juan el Bautista
La aparición de la cabeza de San Juan Bautista, pintada por Gustave Moreau (1826-1898), pintada en 1876, óleo sobre lienzo, © Fogg Museum, Harvard Art Museums, Cambridge, Massachusetts
En aquel tiempo, el rey Herodes oyó lo que contaban de Jesús y les dijo a sus cortesanos: “Es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él fuerzas milagrosas”. Herodes había apresado a Juan y lo había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, pues Juan le decía a Herodes que no le estaba permitido tenerla por mujer. Y aunque quería quitarle la vida, le tenía miedo a la gente, porque creían que Juan era un profeta. Pero llegó el cumpleaños de Herodes, y la hija de Herodías bailó delante de todos y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que le pidiera. Ella, aconsejada por su madre, le dijo: “Dame, sobre esta bandeja, la cabeza de Juan el Bautista”. El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por no quedar mal con los invitados, ordenó que se la dieran; y entonces mandó degollar a Juan en la cárcel. Trajeron, pues, la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven y ella se la llevó a su madre. Después vinieron los discípulos de Juan, recogieron el cuerpo, lo sepultaron, y luego fueron a avisarle a Jesús.

Comentario
San Juan Pablo II (1920-2005)
papa
Carta apostólica Tertio Millenio adveniente, 37

Juan Bautista, mártir de la Verdad
La Iglesia del primer milenio nació de la sangre de los mártires: "Sanguis martyrum semen christianorum ; la sangre de los mártires es semilla de cristianos" Tertuliano). Los acontecimientos históricos...no podían de ninguna manera garantizar a la Iglesia su desarrollo tal como se realizó durante el primer milenio si no hubiera sido gracias a la semilla de los mártires y el patrimonio de santidad que caracterizaron las primeras generaciones cristianas. Al final del segundo milenio, la Iglesia es de nuevo una Iglesia de mártires. Las persecuciones contra los creyentes---sacerdotes, religiosos, laicos,--- han provocado abundantes semillas de martirio en diferentes partes del mundo. El testimonio por Cristo hasta entregar la vida ha llegado a ser un patrimonio común a los católicos, a los ortodoxos, a los anglicanos y a los protestantes, como ya lo afirmaba Pablo VI ...Es un testimonio que no hay que olvidar...
También en nuestro siglo los mártires están presentes. Muchas veces anónimos, son como “los soldados desconocidos” de la gran causa de Dios. En lo posible, hay que evitar que se pierda su testimonio en la Iglesia.... Las Iglesias locales tienen que hacer todo lo posible para no olvidar a los que sufrieron el martirio y esforzarse a recoger toda la documentación concernientes a ellos.
Esto no dejará de tener un acento marcadamente ecuménico. El ecumenismo de los santos, de los mártires, es quizá el que más convenza a la gente. La voz de la “comunión de los santos” es más fuerte que la de la división...El mayor homenaje que todas las Iglesias pueden rendir a Cristo en el umbral del tercer milenio será mostrar la presencia todopoderosa del Salvador por los frutos de la fe, de la esperanza y del amor en los hombres y mujeres de tantas razas y lenguas que siguieron a Cristo en las diversas formas de la vocación cristiana.(EDD)



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