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martes, 11 de octubre de 2022

Evangelio del día



Evangelio según San Lucas 11,37-41.

Cuando terminó de hablar, un fariseo lo invitó a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa.
El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer.
Pero el Señor le dijo: "¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia.
¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro?
Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro.

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.


Bulle

San Ambrosio (c. 340-397)
obispo de Milán y doctor de la Iglesia
Comentario al evangelio de Lucas, 7, 100-102

«El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro?»

«Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato». Como veis, nuestros cuerpos son llamados aquí con los nombres de objetos de tierra y frágiles, que una simple caída puede romper. Y los íntimos sentimientos del alma son llamados por expresiones y gestos del cuerpo, tal como lo que encierra el interior de una copa se deja ver por fuera. .. Ved, pues, que no es el exterior de una copa o de un plato lo que nos ensucia el interior.
Como buen maestro, Jesús os ha enseñado cómo limpiar las manchas de nuestro cuerpo, diciendo: "Más bien dad como limosna lo que tenéis y todo le demás será puro en vosotros" ¡Veis bien cuántos remedios hay! La misericordia nos purifica. La palabra de Dios también nos purifica, tal como está escrito: «Vosotros estáis ya  limpios gracias a la palabra que os he anunciado» (Jn 15,3)...
Es el punto de partida de un buen pasaje: el Señor nos invita a buscar la simplicidad y condena el estar ligado a lo que es superfluo y ramplón. Los fariseos, a causa de su fragilidad, son comparados, y no sin razón, a la copa y al plato: observan escrupulosamente puntos que no tienen ninguna utilidad para nosotros, y olvidan aquello donde se encuentra el fruto de nuestra esperanza. Cometen, pues, una gran falta, despreciando lo mejor. Y sin embargo, también a esta falta se le ha prometido el perdón si viene detrás de la misericordia y la limosna. (EDD)

Oración

Señor, tantas cosas me faltan, tantas cosas sufro, me cuesta tanto ver la profundidad de tu amor, la inmensidad de tus dones, dejarme tocar por la luz infinita de Cristo que ha venido al mundo por Mí, porque me ama y quiere salvarme.

Señor y Dios mío, te pido por la gracia del Espíritu Santo que fortalezcas mi alma, para poder purificarla en tus caminos de amor.

Dios mío, ayúdame a purificarme, manda tu Espíritu a quitar todo deseo y preocupación inútil de mi corazón.

Apártame Señor mío de tantos deseos por las cosas transitorias y pasajeras, ayúdame a ver todo en este mundo como hojas secas sueltas al viento, y a mí mismo como alguien que está de paso y que no descansará sino cuando vuelva a Ti.

Recuérdame Padre, que sin tí en este mundo todo es vanidad y aflicción de espíritu. Sólo en Tí hay sabiduría verdadera, sólo el humilde llega a tu Paz.

Señor, dame la sabiduría celestial, para que aprenda a buscarte y hallarte sobre todas las cosas, gustarte y amarte sobre todo, y entender todo lo creado como es, según el orden de tu sabiduría eterna e infinita.

Otórgame, Señor, prudencia para alejarme de los que se acercan a mí con palabras dulces y vacías, y para sufrir con paciencia a los que se oponen a mí.

Dame siempre tu apoyo para que yo no me mueva con cada viento de palabras, ni busque llevar mi oreja a los cantos de sirena, que halagan para engañar: que yo no quiera agradar a los hombres sino a Tí, mí Dios y mi Señor.Señor dame tu Gracia infinita, de preparar día a día mi corazón, para que nazca en él, el niño Dios; para que este sea siempre mi mayor deseo, tanto para mí como para mis seres queridos. Para andar así seguros por el camino de la salvación..

santamariavirgen.com

(Adaptación libre de extractos del libro «La imitación de Cristo» de Tomás de Kempis)






















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