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jueves, 10 de noviembre de 2022

Evangelio del día


 

Evangelio según San Lucas 17,20-25.

Los fariseos le preguntaron cuándo llegará el Reino de Dios. El les respondió: "El Reino de Dios no viene ostensiblemente,
y no se podrá decir: 'Está aquí' o 'Está allí'. Porque el Reino de Dios está entre ustedes".
Jesús dijo después a sus discípulos: "Vendrá el tiempo en que ustedes desearán ver uno solo de los días del Hijo del hombre y no lo verán.
Les dirán: 'Está aquí' o 'Está allí', pero no corran a buscarlo.
Como el relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre cuando llegue su Día.
Pero antes tendrá que sufrir mucho y será rechazado por esta generación."


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Bulle

Imitación de Cristo
tratado espiritual del siglo XV
II, capítulo 1, 1-2


“En medio de vosotros y dentro de vosotros”

“El Reino de Dios está en medio de vosotros” (Lc 17,21), dice el Señor. ¡Conviértete de todo corazón a Dios, olvida el mundo y tu alma encontrará el reposo! ¡Aprende, ante todo, a recogerte en tu interior y verás que el reino de Dios viene a ti! Porque el reino de Dios es “paz y gozo en el Espíritu Santo.” (Rm 14,17)
Esta alegría no se da a los hombres sin fe. Cristo viene a ti y te hará experimentar su consuelo si le has preparado dentro de ti una morada digna de él. “Ya entra la princesa, bellísima...” (Sal 44,14) Le gusta habitar en el interior. Al hombre interior, Dios le concede frecuentes visitas, conversaciones y consuelos, una gran paz y una familiaridad que confunde. Ea, pues, ¡prepárate para que se digne habitar en tu interior! Porque “el que me ama, se mantendrá fiel a mis palabras. Mi Padre lo amará, y mi Padre y yo vendremos a él y haremos morada en él.” (Jn 14,23)  (EDD)

Oración

¡Venga a nosotros tu reino, Señor, para que estés muy presente en mi corazón y reine en él la paz, el amor, la generosidad, la entrega y la misericordia! ¡Venga a nosotros tu reino, Señor, para que sea capaz de generar a mi alrededor un mundo de alegría y de esperanza! ¡Venga a nosotros tu reino, Señor, para que mi corazón se ilumine con el fuego de tu amor! ¡Venga a nosotros tu reino, Señor, para que Tú te hagas presente en mi cuando pienso, cuando siento, cuando hablo, cuando amo, cuando actúo! ¡Venga a nosotros tu reino, Señor, para que no me abone a la soberbia, al egoísmo, a la tibieza, a los sentimientos negativos, al creerme poseedor de la verdad, a emitir juicios equivocados! ¡Venga a nosotros tu reino, Señor, para que mi vida esté impregnada de tu plenitud! ¡Venga a nosotros tu reino, Señor, para que te sepa encontrar en la oración y te sienta cada día en el pan de la Eucaristía! ¡Venga a nosotros tu reino, Señor, para aprender a luchar contra las malas apetencias de mi espíritu y vivir recta y honestamente cada día! ¡Venga a nosotros tu reino, Señor, para hacer mis obras semejantes a las tuyas! ¡Venga a nosotros tu reino, Señor, para que este reino se haga presente cada día en mi vida, para que Tú reines en mi, para que Dios reine en mi y el Espíritu Santo reine en mi dando frutos de vida eterna!

(conelcorazonabierto)


















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