Evangelio según San Lucas 21,1-4.
Levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que ponían sus ofrendas en el tesoro del Templo. |
Vio también a una viuda de condición muy humilde, que ponía dos pequeñas monedas de cobre, |
y dijo: "Les aseguro que esta pobre viuda ha dado más que nadie. |
Porque todos los demás dieron como ofrenda algo de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que tenía para vivir." |
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
San Paulino de Nola (335-431) |
“Ella dio todo lo que tenía para vivir.”
Acordémonos de esta viuda que se olvidaba de sí misma para socorrer a los pobres, hasta dar todo lo que le quedaba para vivir, pensando sólo en la vida futura, como lo dice el mismo Señor. Los otros habían dado de lo que les sobraba, pero ella, más pobre quizá que muchos pobres, ya que su fortuna se reducía dos piezas de moneda, en su corazón era más rica que todos los ricos. |
Ella sólo miraba las riqueza perdurables. Deseosa de los tesoros celestiales, renunciaba a todo lo que ella poseía como bienes que vienen de la tierra y a ella vuelven. (Gn 3,19) Daba lo que tenía para poseer lo que no tenía. Daba de los bienes perecederos para adquirir bienes inmortales. Esta pobre mujercilla no había olvidado los medios previstos y dispuestos por Nuestro Señor para obtener la recompensa futura. Por esto, el Señor tampoco la olvida, y como juez del mundo ha pronunciado por adelantado la sentencia: hace el elogio de aquella que será coronada en el día del juicio. (EDD) |
Oración
Señor Jesús
enséñanos a ser generosos
a servirte como Tú mereces
a dar sin medida,
a combatir sin temor a las heridas
a trabajar sin descanso
sin esperar otra recompensa
que saber que hemos cumplido
tu santa voluntad.
(San Ignacio de Loyola)
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